España protege a los pequeños inversores en letras para que no pierdan dinero
El apetito de los inversores por la deuda soberana europea, incluida la de la periferia, ha creado una situación insólita. Las letras del Tesoro español han marcado estos días un interés negativo en el mercado secundario por primera vez en su historia. Es decir, hay inversores dispuestos a pagar con tal de poseer esos títulos, como sucedía con la preciada deuda alemana en los momentos más convulsos de la crisis en la zona euro. El rendimiento de las letras españolas a tres meses se ha situado en una tasa negativa de alrededor del 0,02% y en la sesión del viernes la referencia con vencimiento en el próximo mes de septiembre recibía peticiones en el mercado con un interés negativo del 0,03%.
Las letras del Tesoro ya llevan varios meses vendiéndose en las subastas a tipos cercanos a cero y no superan el 1% desde el año 2012. La última vez que estos títulos a tres meses se sacaron a subasta, el pasado 22 de julio, se vendieron 640 millones con una rentabilidad media del 0,127% y una marginal del 0,138%. Este pasado martes, el Tesoro adjudicó letras a seis meses a un interés marginal del 0,09%, muy cerca del coste cero para la financiación del Estado.
El actual entorno de mercado empuja por tanto a que en la próxima subasta de letras a tres meses, que se celebrará el martes día 26, la adjudicación resulte a un tipo de interés negativo, una situación favorable para el Tesoro pero perjudicial para los pequeños inversores que acudieran a la colocación. Y con el fin de evitar ese perjuicio, la institución que dirige Íñigo Fernández de Mesa anunció el viernes cambios normativos en las subastas de letras “para proteger al pequeño inversor frente a la posibilidad de que los valores a más corto plazo lleguen a tipos de interés por debajo de cero en subastas”.
Si la rentabilidad cae por debajo de cero, el pequeño inversor pierde su dinero. Para evitarlo, se establece que las peticiones que se realicen en la modalidad de suscripción no competititva se declaren automáticamente como no presentadas en el caso de que el tipo medio de una subasta resultase negativo, según explica el Tesoro.
Las peticiones no competitivas son aquellas en las que el comprador declara la cantidad que quiere adquirir, pero no la rentabilidad mínima que espera. Es de hecho el formato habitual en las solicitudes que realiza un pequeño inversor de cara a una subasta, mientras que el inversor institucional suele hacer su petición condicionándola a un tipo de interés. Y las peticiones no competitivas se adjudican de modo automático al tipo medio ponderado, que recoge el tipo interés del conjunto de solicitudes. Es decir, el pequeño inversor queda sujeto a la tendencia mayoritaria que marquen las peticiones de los inversores institucionales.
Con la reforma anunciada por el Tesoro, cambia esa situación en la que el pequeño ahorrador perdería dinero de forma inevitable si el tipo medio resulta negativo. La solución es dar por no presentadas las peticiones en la modalidad de suscripción no competitiva. En definitiva, se le evita al pequeño inversor adquirir un título de deuda a corto plazo con el que de entrada pierde dinero.
La modificación se aplicará a todas las subastas de letras del Tesoro que se celebren en lo que queda de 2014 y enero de 2015, empezando por la del próximo martes. En lo que queda de año y sumando el mes de enero de 2015, restan un total de diez subastas de letras del tesoro, según el calendario previsto. Dos por cada mes, de las que una corresponde a letras a 6 y 12 meses y otra a letras a 3 y 9 meses.
El Tesoro anunció a principios de año una emisión bruta para el conjunto de 2014 en letras por importe de 109.100 millones de euros, una cuantía equivalente a los vencimientos de estos activos previstos para el conjunto del ejercicio. Ha captado ya el 77,6% de todo lo previsto para 2014 en financiación a medio y largo plazo.