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Columna
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Mejor no perder el tiempo con la inflación

La inflación está bajo un control excelente en las economías desarrolladas. Los líderes de los bancos centrales no deben perder mucho tiempo hablando de ello este fin de semana en el simposio anual en Jackson Hole, Wyoming.

Las autoridades monetarias se han estado centrando sobre todo en la inflación desde 1970, cuando había espirales de precios y salarios y tasas de dos dígitos. Para muchos de ellos, el control de la inflación está en el centro de su mandato. Pero una inflación descontrolada no ha sido un problema desde hace casi tres décadas. Los temores actuales de deflación son exagerados.

Los inversores se preocupan por los minúsculos cambios en la inflación, pero la estabilidad es lo que mejor describe los patrones de precio en Estados Unidos, la eurozona, Japón y Reino Unido. Las tasas nacionales no son idénticas, por supuesto, pero los efectos debilitantes de la grave inestabilidad de precios están ausentes.

Los banqueros centrales podrían abrir el diálogo para reducir los niveles de deuda del sistema financiero

Por ahora, los bancos centrales tienen temas más importantes sobre los que debatir. Para empezar, hay unos mercados laborales débiles, tema oficial de este año, aunque es posible que la política monetaria no pueda hacer mucho más para ayudar. Más pertinente para el grupo: el sistema financiero mundial parece frágil.

Es cierto que sus herramientas actuales no pueden hacer mucho para hacer frente al mayor problema financiero de hoy, unos niveles excesivamente altos de deuda. Pero podrían utilizar sus posiciones para ayudar a iniciar las conversaciones serias necesarias sobre la aceleración del proceso de desapalancamiento, no a escondidas a través de la inflación, sino directamente a través de amortizaciones de deuda y monetización.

Si las conversaciones sobre los niveles de deuda decaen, la ubicación del simposio podría inspirarles a hablar de las montañas de reservas de divisas potencialmente desestabilizadoras en todo el mundo. Y hay mucho más que decir sobre el difícil camino que queda por recorrer: cómo subir los tipos de interés sin crear otra crisis financiera. Las preocupaciones sobre la inflación son solo una distracción.

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