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Escapadas

Ruta por el País Vasco francés

San Juan de Luz, Biarritz y Bayona, sorpresas al otro lado de los Pirineos

La Roca de la Virgen es uno de los rincones más reconocibles de Biarritz.
La Roca de la Virgen es uno de los rincones más reconocibles de Biarritz.Atout France

Sin necesidad hoy de tener que cruzar los Pirineos para respirar libertad, como ocurría cuando Franco vivía, pasar la frontera hacia Francia sigue siendo una muy buena idea. Sobre todo si lo hace por su extremo más occidental.

Merece la pena comprobar que la belleza y atractivo del País Vasco español puede incluso ser superada por la del lado francés, un paisaje de profundo verde salpicado por las casas típicas de la zona, todas blancas con detalles en rojo y verde, y bordeadas de una costa que es reclamo desde hace décadas de la alta burguesía del país y de miles de surfistas que adoran las olas del Atlántico.

San Juan de Luz se encuentra a tan solo 25 kilómetros de San Sebastián. El principal atractivo de esta localidad, frecuentada en el siglo XIX por la aristocracia inglesa y que vio casarse, dos siglos antes, al rey Luis XIV con María Teresa de Austria, es quizá pasear por sus calles semipeatonales, adoquinadas y llenas de tiendas cuidadas hasta el último detalle –no podrá evitar fisgonear en los establecimientos de la rue Gambetta– o la plaza de Luis XIV, centro de celebraciones de la ciudad y que durante los meses de verano acoge numerosos conciertos e incluso bailes populares.

Deténgase en Guéthary, un antiguo puerto ballenero, y en la playa de Bidart

De camino a Biarritz, no deje de hacer parada en dos pequeños pueblos sorprendentes: Guéthary, un antiguo puerto especializado en la pesca ballenera, y Bidart, con su magnífica playa y su frontón de pelota vasca.

Pero si lo que quiere es sentirse cual aristócrata, Biarritz es su destino. Allí veraneaban los nobles del siglo XVIII y su impronta sigue viva en los magníficos edificios que rodean toda la costa del que fue un pueblo ballenero. Lo mejor que puede hacer aquí es pasear desde la playa Costa de los Vascos, la más concurrida por los aficionados al surf, hasta el faro.

No se pierda la Roca de la Virgen, que debe su nombre a la estatua de la virgen colocada en su cima en 1865. A este peñasco se accedía desde tierra firme por un puente de madera perforado en la piedra. Hoy existe una pasarela metálica construida por Eiffel. Tampoco deje de bajar al puerto de pescadores a cenar, un bonito rincón que conserva la esencia del antiguo Biarritz.

Playa del País Vasco francés.
Playa del País Vasco francés.

Si nos adentramos en el interior, podemos ir hasta Arcangues. En su cementerio está enterrado el cantante de operetas y películas musicales de los cincuenta y sesenta Luis Mariano, cuyos admiradores siguen manteniendo su tumba llena de flores.

También merece la pena acercarnos hasta Saint-Jean-Pied-de-Port, punto de partida de la vertiente francesa del Camino de Santiago.

El tercer gran enclave de referencia en la zona es Bayona, una pequeña ciudad llena de canales y puentes –el País Vasco francés también tiene su propia Venecia–, repleta de patrimonio histórico y cultural y rincones que nos pueden transportar a otras épocas gracias a sus casas señoriales del Renacimiento, su catedral gótica o sus murallas y torres romanas.

De nuevo, pasear por sus calles limpias, cuidadas y decoradas con flores de todos los colores y dejarse sorprender por lo que se encuentre al doblar la esquina es la mejor opción.

La zona ofrece magníficas playas y actividades deportivas típicas e idóneas para quienes no temen a las olas.
La zona ofrece magníficas playas y actividades deportivas típicas e idóneas para quienes no temen a las olas.

Guía para el viajero

Cómo ir. Tanto si parte desde San Sebastián (hay vuelos desde Madrid y Barcelona) como si decide volar hasta el pequeño aeropuerto de Biarritz-Anglet-Bayona (ningún vuelo directo desde España pero sí desde varios puntos de Francia), o va en tren hasta Hendaya, es imprescindible contar con un coche para recorrer la zona.

Dónde dormir. Sus montañas están llenas de casas rurales, pequeños hotelitos con encanto y campings repletos de apuestos surfistas, pero quizá lo mejor sea alojarse en Biarritz. Le proponemos el Carlina Lodge, a los pies de la playa de Côte des Basques, que ofrece habitaciones y apartamentos desde los que escuchar el batir de las olas.

Dónde comer. Solo por la gastronomía vasco-francesa merece la pena la visita. No se olvide del famoso jamón de Bayona (parecido al jamón serrano pero menos curado y menos salado). De postre, no se pierda los deliciosos macarons, únicos de San Juan de Luz, y, por supuesto, los quesos (recuerde que en Francia es la manera de terminar las comidas).

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