El vicepresidente de la Fed cree que la recuperación económica es "decepcionante"
El vicepresidente de la Reserva Federal de Estado Unidos (Fed), Stanley Fischer, ha calificado de “decepcionante” la recuperación de la economía global tras la crisis, lo que ha llevado a una revisión de las perspectivas de crecimiento tanto a corto como a largo plazo.
En un discurso en Estocolmo organizado por el Ministerio de Finanzas de Suecia, Fischer señala que desde la crisis financiera se ha registrado un repunte “constante, pero no espectacular” del crecimiento global, con un crecimiento medio del 3% en los cuatro años posteriores a la crisis.
Sin embargo, destaca que, “salvo con pocas excepciones”, el crecimiento en las economías avanzadas ha sido peor de la esperado en su salida de la recesión y “año tras año” las autoridades han tenido que explicar a mediados del ejercicio por qué el crecimiento era menor de lo que se había estimado dos trimestres antes.
En el caso de las economías emergentes, subraya que la recuperación inicial ha estado más en línea con los datos históricos, pero recientemente el ritmo de crecimiento también ha sido “decepcionante” en estas economías, como China o América Latina.
Fischer subraya que estos “decepcionantes” datos del Producto Interior Bruto (PIB) no sólo han provocado repetidas revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento a corto plazo, sino también una reevaluación del crecimiento a largo plazo.
En el caso concreto de Estados Unidos, señala que la Fed en enero de 2009, en pleno corazón de la crisis, preveía un crecimiento a largo plazo en el país de entre el 2,5% y el 3%, mientras que en junio de este año la institución calculaba que es de entre el 2% y el 2,25%.
En este sentido, añade que este revisión a la baja no solo se da en las cifras de la Fed o en los pronósticos para Estados Unidos, ya que el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que el crecimiento de la economía global a largo plazo es un punto porcentual inferior a lo que se esperaba antes de la crisis financiera, lastrado tanto por las economías avanzadas como por las emergentes.
En este contexto, considera que es “necesario evaluar y calibrar” las políticas apropiadas para salir adelante y recuperar el crecimiento, aunque para ello hay que separar los aspectos cíclicos y estructurales de la “Gran Recesión” y sus consecuencias en la economía.
“La dificultad de desentrañar los factores de oferta y demanda hace que el trabajo de los encargados de diseñar la política monetaria sea especialmente difícil, ya que complica la evaluación de la debilidad de la economía o la capacidad productiva infrautilizada”, añade.