El trabajo y las vacaciones, mucho mejor separados
El ordenador portatil, los informes o el móvil, nunca en la maleta Unos días antes de la vuelta a la rutina, hay que mentalizarse
Tras un duro año de actividad y trabajo, las vacaciones llegan para descansar. Y para desconectar. Sin embargo, no todos consiguen hacerlo. El periodo de reposo debe ir acompañado de un aislamiento total de la rutina laboral, y hay muchos directivos que no terminan de desprenderse totalmente de todos los utensilios que utilizan en su día a día. “El siglo XXI ha traído avances, pero también adicciones. Las personas relacionadas con las tecnologías tienen dificultad para despegarse de estos aparatos que te conectan a lo que en teoría te tienes que desconectar”, explica la doctora María Sáinz, presidenta de la Fundación de Educación para la Salud, que añade que por culpa de las tecnologías, ya “se debe diferenciar entre vacaciones reales y vacaciones digitales”. El primer paso para disfrutar de unas reales y, por lo tanto, de una desconexión plena, es dejar el portátil y el móvil de la empresa fuera de la maleta.
Una vez superado este trance inicial, empieza la primera fase del periodo vacacional. En los primeros días puede haber cierto nerviosismo, “el propio silencio puede alterar”, explica Sáinz. En estos momentos, gestionar el tiempo es esencial para el desarrollo completo del resto de las vacaciones. “La sensación generalizada es la necesidad de dormir, pero la gente no se da cuenta de que no todo ha de ser relajación absoluta. A muchos les cuesta darse cuenta de que están de vacaciones, no terminan de creérselo y lo que hacen cuando lo asimilan es tumbarse durante todo el día”, afirma Sáinz. “Es necesario evitar pasar del todo a nada y hacer algo de ejercicio, dar paseos, o nadar”, añade.
Jesús Mari Iturrioz, profesor de Deusto Business School, también da importancia a la variedad y diversidad de actividades durante el verano. “Uno no desconecta estando varios días tirado en el sofá, sino haciendo cosas distintas de aquellas que han provocado la necesidad de alejarse de la rutina”. Un frenazo en seco es contraproducente para el cuerpo. Incluso en vacaciones, es bueno mantener un cierto ritmo.
Cuatro consejos útiles
Equipaje. Hay que dejar fuera de la maleta el ordenador portátil, el móvil de la empresa y cualquier elemento que recuerde al trabajo.
Deporte. Es necesario huir del sedentarismo y dar paseos, nadar o salir a hacer running. Un frenazo en seco es contraproducente.
Paisajes. No se puede desconectar sin cambiar de espacios, de vistas y de compañías.
Prevención. Dos o tres días antes de volver a la rutina, hay que hacer algunas llamadas para prepararse para lo que va a venir y evitar una vuelta al trabajo brusca.
Cambiar de ambientes también es necesario para la desconexión total. “Hay que variar los espacios, renovar las vistas y los paisajes y pasar el mayor tiempo posible con la gente de la que no has podido disfrutar durante todo el año”, comenta Iturrioz. Esto incluye a la familia y a los amigos. “Y también a uno mismo, algo que cada vez es más necesario en el mundo directivo, para volver a la carga lo más centrado posible y para poner en práctica todo lo reflexionado. Cambiar de aires puede ayudarte a cambiar de ideas”, añade Iturrioz.
En algún momento puede entrar el estrés y la ansiedad al estar completamente desconectado de la rutina. “Una cena con los amigos o la familia te ayudará a olvidar los e-mails y un libro dejará los informes de la empresa apartados”, afirma Iturrioz. También es vital estar abierto a la flexibilidad y a los cambios. “En las vacaciones, como en el día a día de la empresa, no todo sale como se ha planificado. También es importante estar abierto a la espontaneidad”, añade Iturrioz.
Pero como todo, los descansos también llegan a su fin. “Lo que te espera a la vuelta no es lo que apetece. Dos o tres días antes de incorporarse, hay que hacer algunas llamadas y lecturas previas para ir poniéndose al día y acercarse a lo que va a venir”, explica Iturrioz. Sáinz apunta en la misma dirección. “Tomar estas medidas evitarán una vuelta brusca. Es el principio de conexión con la rutina”, añade.