Tierras de piratas
Las islas de las Antillas encierran apasionantes historias y parajes de fábula para refugiarse
Históricamente, la perla del Caribe ha sido Cuba, la joya de la Corona española en tiempos del descubrimiento, pero las Antillas, las grandes y las pequeñas, esconden muchos tesoros, en algunos casos aún por descubrir para el gran turismo.
Casi todas comparten un pasado común, cuando Cristóbal Colón y sus hombres las convirtieron en grandes baluartes para España. Su estratégica situación como rutas comerciales de los galeones españoles despertaron la avaricia de piratas, bucaneros, filibusteros y corsarios para hacerse con suculentos botines y esconderse entre su exuberante orografía o sus recónditas bahías.
La imaginación y la curiosidad de escritores como Salgari, Stevenson o Walter Scott transformaron en leyendas a auténticos forajidos como Barbanegra, Francis Drake, Morgan o el Olonés, y el cine inventó un entrañable –aunque inexistente– capitán Jack Sparrow, el más famoso pirata de la gran pantalla.
Hoy muchas de estas pequeñas islas son paraísos fiscales y grandes centros financieros internacionales, con prácticas a veces poco transparentes –el pasado siempre vuelve–, pero también son parajes increíbles, algunos aún vírgenes, donde los tópicos se hacen realidad.
Buen clima casi todo el año, a pesar de los huracanes, algunas de los mejores playas del mundo, un pasado colonial, diversión garantizada, relax, alojamientos exclusivos para los más caprichosos, ecoturismo y todo lo que pueda soñar, eso sí, a ritmo tropical.
De cayo en cayo por la ruta de los antiguos galeones
PARA SIBARITAS. Más de 700 islas, cayos e islotes componen el archipiélago de las Bahamas, situado frente a las costas de Florida y al norte de Cuba. Una situación estratégica que no pasó inadvertida para los galeones españoles que trasladaban la plata y otros metales preciosos del Nuevo Mundo a Europa.
El laberinto de islas también entusiasmó a piratas, bucaneros y filibusteros que poco a poco hicieron de ellas un escondite perfecto. Hoy día, Bahamas es uno de los países más ricos del continente gracias al turismo y a sus actividades bancarias. Dispone de la tercera mayor barrera coralina del mundo y eso la convierte en un destino de primera para los amantes de las actividades acuáticas, incluido el buceo libre.Algunas de sus playas están consideradas entre las mejores del mundo y en tierra firme podrá acceder a los mejores spas, practicar el golf en campos excepcionales o pasear y divertirse en la alegre y relajada Nassau. Si busca exclusividad puede alojarse en la villa de alguna de las islas o cayos privados y alquilar servicios complementarios como barcos, chefs o mayordomos.
La última leyenda del Trópico en mar abierto
PARA AVENTUREROS. A merced de los huracanes, la pequeña isla de Tortuga, al noroeste de Haití, ha sido alguna vez borrada del mapa, pero solo aparentemente, porque tras la tempestad siempre aparece sobre el océano con su característica forma de caparazón. Habitada por pescadores y comerciantes, es una reserva virgen, llena de leyendas, porque fue un gran refugio para los piratas del siglo XVII, cuyas fechorías fueron fuente de inspiración para escritores y cineastas.El norte es montañoso y está rodeado de terrazas y acantilados inaccesibles y es conocida como la Costa de Hierro, mientras que el sur de la isla goza de playas increíbles y excepcionales arrecifes, pero es aún una desconocida para turismo. En el litoral que da al canal se suceden pequeñas calas entre plantaciones de mangos y bananos y sobre la arena se afanan, con ritmo tropical, los pescadores que ponen a punto sus barcos y capturas, a veces tiburones, pequeños, pero disuasorios para zambullirse en sus aguas. Tierra adentro, sobre la vegetación se divisan casitas de alegres colores. Es lo más parecido a un pueblo.
Llegar, ver, comprar todo, disfrutar y marcharse
A pesar de su pequeño tamaño, el archipiélago de las Caimán es un importante centro financiero internacional, a menudo cuestionado por la falta de transparencia en sus prácticas. Por allí recaló, en la segunda mitad del siglo XVI, el pirata Francis Drake, ya convertido en corsario, merced a otra triquiñuela, esta vez política, la patente o carta que el gobierno británico y otros otorgaban a sus filibusteros para asaltar “legalmente” barcos enemigos, fundamentalmente navíos españoles.Hoy las islas Caimán, al noroeste de Jamaica, en pleno Caribe, son un paraíso fiscal y un destino de lujo, escala inevitable de los grandes cruceros internacionales, donde los pasajeros recalan unas horas o un par de días para consumir sin pausa.Gran Caimán es la más grande de las tres pequeñas islas, el puerto de entrada al archipiélago y la que cuenta con mayores infraestructuras turísticas y de ocio. La zona más típica es Seven Mile Beach, donde se concentran los principales hoteles, restaurantes y otras atracciones, como los centros comerciales de lujo.Caimán Brac es un destino imprescindible para los amantes del submarinismo y de las playas desiertas y Pequeña Caimán es un oasis para observar las especies autóctonas y para huir de las aglomeraciones turísticas. Si no le gustan las multitudes, evite ir entre los meses de diciembre y abril.
Todo tipo de actividades lúdicas para no aburrirse
PARA ALUCINAR Jamaica es la cuna del reggae y los rastafari y también una isla engañosa. Como les ocurrió a los conquistadores españoles que confundieron la bauxita, un mineral al que los indígenas llamaban oro bendecido con el vil metal.
La decepción fue mayúscula y tras los ataques sin tregua de los piratas del Caribe, los españoles decidieron explorar otros rumbos y abandonar la isla. Sin ser uno de los destinos vacacionales punteros de este mar, Jamaica esconde muchos atractivos y sus habitantes presumen de que es imposible aburrirse allí. Visita obligada para fans y curiosos es la tumba de Bob Marley, pero en la isla encontrará tantas actividades como se le ocurran: rutas a caballo o a pie, snorkel, golf o contemplar el paisaje desde una tirolina. Las cataratas del río Dunn en Ocho Ríos, la isla deshabitada de Lime Cay o darse un baño en las aguas fluorescentes de la Laguna Luminosa en Montego Bay serán experiencias inolvidables. Famosas son las impresionantes playas de Negril y también merece la pena adentrarse en las exuberantes montañas de Santa María y Golden Eye.
Una playa infinita para cada uno de los días del año
Apenas 40 kilómetros separan Antigua y Barbuda, dos de las islas de Barlovento entre las Pequeñas Antillas. En tiempos remotos, su interminable barrera de arrecifes de coral, le aseguraba un muro de protección natural. Un sitio perfecto para ocultar una flota completa... de piratas o para zafarse de ellos. Hoy son un destino perfecto para unas vacaciones tranquilas, con su colorida y animada capital Saint John, con sus edificios coloniales y también un paraíso fiscal y financiero.De Antigua se dice que tiene más de 300 playas, una para cada día del año, todas de arena –casi polvo– blanca. Una de las más solitarias es playa Fugitiva, ideal para relajarse y disfrutar de un zumo de piña negra, una variedad que solo se da en esta isla. La pesca y los deportes acuáticos son otros de sus reclamos, pero no conviene descuidarse porque abundan los tiburones.
La cercana Barbuda se ha convertido en una gran reserva de caza habitada por ciervos, jabalíes, palomas y patos con playas divinas y lujosos hoteles. No se prive de alquilar un velero y rodear sus costas.