Cuatro factores del aumento de la financiación bancaria: motor del crecimiento económico
Cuando hablamos de crédito bancario, la principal vía de financiación que particulares y empresas tienen, estamos analizando un componente decisivo de la salida de la crisis económica en la que nos encontramos.
La tendencia está marcada principalmente por un pequeño aumento en la concesión de crédito a empresas que hace pensar en una estimulación de esta vía de financiación.
Múltiples son los factores que inciden en el aumento de la financiación bancaria del sector privado, el principal motor del crecimiento económico::
- La propia salud financiera de las entidades financieras que, según su solvencia, tendrán más o menos recursos para dedicar al crédito privado. No queda claro aún que los problemas de algunos bancos europeos se hayan resuelto aún de forma definitiva o van a necesitar nuevas inyecciones de capital público o privado.
- Las normas de solvencia que establecen los reguladores bancarios, que influyen en los requisitos de capital mínimo de cada banco. Así por ejemplo, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea estudia implementar medidas para dificultar que los bancos infravaloren los riesgos de sus activos, como poner fin a la política de considerar toda la deuda soberana automáticamente libre de riesgo. Estos cambios hacen que las entidades financieras tengan que destinar más recursos mantener los mínimos de solvencia que se establecen y, por tanto, menos al crédito.
- El déficit que genera el Estado español, que se ha de cubrir con nuevas subastas de deuda pública, a la que los bancos acuden de forma más o menos intensa en base a las presiones políticas, la rentabilidad de la subasta y demás aspectos que tienen en cuenta las entidades. A más dinero utilizado en comprar deuda pública, menos dinero para empresas y particulares.
- La situación económica del país. Los bancos conceden financiación a cambio de un tipo de interés y comisiones varias. A mayor riesgo de impago, menos crédito y más caro. Si tenemos en cuenta, por ejemplo, el último informe del Fondo Monetario Internacional, que prevé que no será hasta el 2019 que el paro baje del 20% (estima que en ese año el porcentaje de paro estará en el 18,7%), no parece que la morosidad de las familias vaya a reducirse de forma importante en los próximos años.
En cuanto al crédito a empresas, nos dice el ‘Boletín Económico’ del Banco de España de junio de este año que en el año 2013 el saldo de financiación bancaria empieza a repuntar:
“La evidencia presentada en este artículo muestra que el descenso del endeudamiento agregado del sector de sociedades no financieras de los últimos años ha sido compatible con la existencia de un porcentaje destacado de sociedades —entre el 35 % y el 40 %— en las que el saldo de su financiación bancaria no se ha reducido. Dicha proporción, que ha mantenido una tendencia decreciente entre 2008 y 2012, repuntó el pasado año, en línea con la incipiente recuperación económica.”
Por tanto, podríamos afirmar que el crédito a las empresas más dinámicas, que han sorteado la crisis, empieza a tener síntomas de mejora, si bien la financiación a particulares no acaba de despegar.
Condiciones actuales del crédito a familias
En materia hipotecaria se nota hace meses una creciente competencia entre bancos para captar la crema del mercado, es decir, los clientes con ingresos estables y con ahorros para pagar los gastos de la compra-venta del inmueble y el 20% del precio de compra.
Múltiples son ya los préstamos hipotecarios a interés variable que ya tienen un diferencial por debajo de los dos puntos porcentuales sobre el Euribor, desde la Hipoteca Naranja de ING Direct con un Euribor más 1,89%, pasando por el Euribor más 1,74% de Caja de Ingenieros o el 1,85 de Barclays o Triodos Bank.
En cuanto a los préstamos y créditos personales, la mejora no es tan evidente. De hecho, hay más dinamismo en préstamos entre personas o minicréditos que en crédito bancario. Podemos mencionar el crédito para reformar el hogar de Cofidis, que llega al 7,95% TAE para los mejores clientes y según cantidades y plazos de devolución, o el 9,32% TAE del préstamo de ING Direct.
El problema de la financiación personal actual (y en cierta manera de la hipotecaria) es que hay muy poca transparencia y homogeneidad en las condiciones, que se adaptan según el cliente. Es por ello que además de utilizar las herramientas analíticas para comparar, tenemos que acudir a las oficinas de los bancos.