PT paga por sus débiles controles
Portugal Telecom (PT) y la brasileña Oi siguen adelante con su proyecto de fusión después de que una empresa del grupo Espirito Santo no pudiera pagar un préstamo de más de 800 millones de euros a PT. La empresa de telecomunicaciones portuguesa paga por los débiles controles de su propia gestión de tesorería. Sus accionistas ahora tendrán una participación menor en el grupo que planeaba formar con Oi.
En lugar de diversificar sus inversiones, PT invirtió 897 millones de euros, lo que equivale a casi el 40% de su balance en efectivo, en deuda de Rioforte. La unidad Rioforte de Espirito Santo Financial Group es un gran accionista del Banco Espirito Santo, que a su vez tiene una participación del 10% en PT. Oi asegura que no estaba al tanto de la inversión.
Oi ha conseguido devolver el riesgo de esa deuda a PT. La deuda, que fue contribuida a Oi en mayo, retornará a PT y a cambio PT tiene que devolver unas acciones de Oi. Eso mermara su participación en la combinada a desde un 38 % inicial a un 25.6 %
El acuerdo mermará la participación de PT en la empresa combinada desde un 38% inicial a un 25,6%
PT podría no recuperar nunca su deuda de Rioforte, pero todavía tiene la opción de recomprar las acciones de Oi con una prima, por un total de 923 millones de euros. Pero el valor de la opción de compra se reduce con el tiempo, ya que el precio de recompra va subiendo y el porcentaje de las acciones que PT tiene el derecho de recomprar se irá reduciendo cada año.
Las acciones de PT rebotaron con el nuevo contrato, lo que puede reflejar el alivio de que la fusión sigue adelante. Pero siguen con una bajada de casi un 30% desde que se conoció la inversión de Rioforte, eliminando casi 700 millones de euros de su valor bursátil.
Con 897 millones de euros menos en efectivo, el balance general de la entidad combinada parecerá más débil. El consejero delegado de Oi y antiguo jefe de PT, Zeinal Bava, sigue adelante con el cambio de la empresa brasileña. Lo hará bajo diferentes condiciones y con una confianza mermada después de este mal comienzo, pero al menos ha aislado a sus accionistas del desorden portugués.