España 'se libra' de Olli Rehn... pero llega otro finés
Olli Rehn asume hoy su escaño en el Parlamento Europeo, tras cuatro años como comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros. Desde ese cargo, el finlandés ha ejercido una férrea vigilancia sobre España, para martirio del Gobierno de Zapatero primero y del de Rajoy después.
La salida de Rehn puede suponer un alivio para Madrid, pues el finlandés no ha cejado de presionar al Gobierno, con continuas exigencias de recortes o reformas. La última, con motivo de la reforma fiscal, a la que dio una fría acogida nada más hacerse pública.
Su sustituto hasta noviembre será el también finlandés Jyrki Katainen, del Partido Popular Europeo, como Mariano Rajoy, y con quien miembros del Gobierno español mantienen una excelente relación.
La llegada de Katainen coincide con una flexiblización del Pacto de Estabilidad. Pero su cotinuidad en el puesto dependerá del reparto de carteras bajo el nuevo presidente de la CE, Jean-Claude Juncker. Algunos países, como Italia, ya han reclamado que el comisario de Economía cambie de nacionalidad, para poner fin al período Rehn que algunos identifican con la intransigencia en la aplicación del Pacto.
Durante cuatro años, Rehn ha sido una de los ejes de la troika, junto al BCE y al FMI. Y aunque la Comisión empezó ejerciendo el papel más blando dentro de ese grupo, el finlandés ha acabado representando el lado más duro y el último en aferrarse a unos diagnósticos y unas recetas que hasta el FMI ha reconocido que estaban en gran parte equivocadas, sobre todo, en el caso de Grecia.
Bajo el mandato del finlandés se ha reformado y endurecido el Pacto de Estabilidad, con un control más preciso sobre los desequilibrios macreoeconómicos y no solo sobre el déficit y la deuda. El resultado, sin embargo, ya cosecha las primeras críticas, comenzado por el FMI que considera el sistema de vigilancia de la zona euro demasiado complejo. El organismo internacional ha pedido su simplificación y que se centre, sobre todo, en controlar el nivel de de deuda pública.
Rehn ocupará desde hoy un escaño en el Parlamento Europeo, que inicia su octava legislatura. El ya ex-comisario formará parte del grupo Liberal, que es el cuarto más numeroso de la Eurocámara. Rehn pone fin así a casi 10 años en la Comisión Europea, donde ocupó la cartera de Ampliación (2004-2010), antes de asumir la de Economía.
Aficionado al rock y al fútbol (todavía lo practica), Rehn, nacido en Mikkeli, en 1962, se ganó la confianza del presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, durante su primer mandato. En el segundo, el portugués le confió la responsabilidad de Economía, en sustitución de Joaquín Almunia, en un momento crucial para la zona euro: era febrero de 2010 y acaba de estallar la crisis griega.
Tras ese primer zarpazo, Rehn, como el resto de la Comisión, militó a favor de una salida europea y basada en la solidaridad. En el histórico fin de semana del 9 de mayo de 2010, el comisario finlandés hizo a trabajar a su equipo a contrarreloj para presentar el domingo al Ecofin (consejo de ministros de economía y finanzas de la UE) un proyecto de fondo de rescate de la zona euro controlado por la Comisión. Berlín dinamitó la propuesta nada más comenzar la reunión e impuso una fórmula mucho menos ambiciosa, al margen de la UE y bajo la tutela del FMI.
Bruselas, como el resto de capitales, tuvo que aceptar esa salida como mal menor, aunque en cuestión de meses se comprobó que había sido un error y que acabaría contribuyendo a que el rescate de Grecia haya sido el más caro de la historia del planeta. "Perdimos dos años", lamentaba ayer Rehn en una entrevista con The Wall Street Journal. Un quejido que también llega con retraso. Con cuatro años de retraso.