El ajetreado día de un 'lobista'
Abraham fue el primer lobista de la historia Washington y Bruselas son las capitales del lobby
Abraham, por su negociación con Dios para salvar del fuego a Sodoma y Gomorra, ha sido reconocido como el primer lobista de la historia. En España también podríamos presumir de antecedentes históricos de esta profesión que algunos, no sin intención, han querido rebautizar como “la más antigua del mundo”. De hecho Carlos I de España protagonizó una de las primeras grandes operaciones de lobby a escala europea, al invertir en 1519 un millón de florines de oro para convencer a los electores de sus méritos para ser elegido emperador. Lo recuerda el profesor y doctor en Derecho Constitucional de la Universidad Complutense Rafael Rubio, en el libro El lobby en España, ¿asignatura pendiente?, elaborado por la Asociación Profesionales de las Relaciones Institucionales (APRI) quien afirma que cada vez los grupos de poder o de influencia tienen un mayor peso, a pesar de que en España no exista un registro de lobbies, que permitiría certificar dicho crecimiento.
Por ejemplo, en Europa, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio fue el primer lobby español en establecer una oficina en Bruselas en 1997. Diez años más tarde, tras la creación del primer registro de lobbies de las instituciones europeas, se registraron unas 40 empresas y órganos de gobierno españoles, entre ellas Altadis, Arcelor o la Junta de Andalucía.
Sin embargo, esta cifra se ha ido incrementando lentamente: en estos momentos, dentro de las 5.789 organizaciones que aparecen en el registro único, solo hay 326 con domicilio social en España, de las que 40 son profesionales del lobby, 149 empresas y asociaciones profesionales o sindicales, 80 son ONG, 32, universidades, 17 representan a entidades territoriales y cuatro son despachos de abogados. Su ámbito de actuación va desde el medio ambiente, a la investigación, tecnología o la energía.
Pero qué hace un lobista, cómo es un día en la vida de este profesional. El consejero delegado de Ketchum Lenci Public Affairs, José Ramón Caso, cuenta cómo es una jornada laboral.
7:00 horas
La primera tarea, mientras toma el primer café de la mañana, es encender la radio o la televisión para conocer la información del día. El siguiente ejercicio matutino es leer la prensa para identificar las noticias de relevancia, así como las iniciativas legislativas o políticas que pueden afectar a los intereses de sus clientes. A este cometido de actualizar información empleará, dice Caso en la citada obra, un par de horas.
10:00 horas
Acudirá con alguno de sus clientes a alguna cita con un alto cargo de la Administración pública. Previamente a esta reunión habrá repasado los objetivos y la estrategia a seguir en la cita tomando un café con el cliente. “Reforzar la credibilidad de la empresa ante el interlocutor gubernamental con una exposición detallada de sus intenciones es crucial para sus objetivos”, explica Caso. Tras la reunión, se evalúa con el cliente el resultado y sobre todo la receptividad del responsable institucional. Se planifica además el seguimiento a realizar.
12:00 horas
Reunión en la oficina con el equipo. Lo suelen conformar unas 10 personas que se ocupan de gestionar diferentes clientes de diversos sectores de actividad (industria alimentaria, farmacéutica, energética o transporte). El objetivo: aportar ideas a las iniciativas que están en marcha y analizar el seguimiento de las propuestas gubernamentales y legislativas que afectan a los clientes. Se plantean planes de acción sobre las iniciativas legislativas que se van a debatir en el Congreso o en el Senado, y se examinan las declaraciones en medios de comunicación de altos cargos de los ministerios.
14:00 horas
Llega la hora del almuerzo. Muchas veces se celebran comidas de trabajo con parlamentarios. Es ahí donde se les invita a participar en foros de debate y donde se exponen iniciativas y planteamientos en los que se está trabajando.
17:00 horas
Vuelta a la oficina. “Es el momento de participar en una conferencia vía satélite con la red internacional de su agencia, con el objetivo de debatir con un cliente internacional interesado en un reglamento que va a aprobar la Unión Europea, señala José Ramón Caso. Es necesario coordinar con el equipo que se tiene en varios países la estrategia y los mensajes que se van a plantear.
19:00 horas
Pasa el resto de la tarde despachando con otros clientes. “En ocasiones surgen crisis imprevistas relacionadas con informaciones que afectan a un sector o empresa”, reconoce este lobista, que advierte que este tipo de profesionales ha de ser experto en comunicación política. “Las empresas y las organizaciones quieren tener voz en la toma de decisiones políticas de un país”.