Tres de cada cuatro empresas familiares elevarán la inversión
La economía española va camino de encadenar su tercer trimestre consecutivo de crecimiento, gracias al repunte del consumo y de la inversión que está compensando la debilidad del sector exterior. Esa percepción macroeconómica ya está empezando a calar en el tejido empresarial, que se muestra más optimista que a finales del pasado ejercicio. En diciembre de 2013, el 42% de las empresas encuestadas en el primer barómetro de la Empresa Familiar, elaborado por KPMG, se mostraba optimista con su futuro para los próximos seis meses. Un semestre después, ese porcentaje se ha elevado hasta el 63%, como consecuencia de la mejoría experimentada por las ventas y la facturación. “Ahora que la facturación se estabiliza, es momento de plantear la estrategia de inversión y crecimiento; en especial para aumentar la rentabilidad y reforzar la expansión internacional”, señala Juan José Cano, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG.
El 31% revela que no logra financiarse, justo la mitad que hace seis meses (60%)
La encuesta, realizada en abril de 2014 a directivos de 125 empresas familiares localizadas en toda España, revela como las ventas del 50% de las empresas encuestadas ha subido en el primer semestre, casi el doble del 26% registrado seis meses antes. Un incremento de la facturación que ya se ha empezado a trasladar al mercado de trabajo, con nuevas contrataciones. El 36% de las compañías ha creado empleo en el último semestre y el porcentaje de las que han destruído empleo ha bajado desde el 37% al 15%. “Las mejoras sostenidas en los indicadores durante los primeros meses del año están animando nuestras expectativas a corto plazo, siempre dentro de la prudencia y sabiendo que hay que mantener el pulso reformador”, apunta Inés Juste, presidenta del Grupo Juste y de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (Adefam).
Ese cambio de escenario económico es que el que va a propiciar, según el barómetro, que los empresarios saquen los cajones antiguos proyectos de inversión paralizados por la crisis. El 73% de los encuestados planea realizar inversiones en su plan estratégico. De ellas, el 49% se destinaría a España y el 51% al exterior. Esos porcentajes han experimentado un profundo cambio, en gran medida por la mejoría de la demanda interna, aunque las empresas siguen mostrándose prudentes en sus movimientos. La mitad de los encuestados destinará las inversiones al negocio principal y tan solo el 30% optará por crecer en otros mercados. “Invertir en tu negocio principal te permite innovar y perfeccionar el producto oservicios que mejor conoces, siempre sin olvidar la búsqueda de nuevos clientes y potenciar la internacionalización de la empresa”, apunta Isabel Sánchez, consejera delegada del Grupo Disfrimur y presidenta de la Asociación Murciana de Empresa Familiar.
Otro dato que avala el cambio desde el pesimismo al optimismo empresarial es el mejor acceso a la financiación ajena, tras varios ejercicios de sequía. A finales de 2013, el 61% de los encuestados revelaba que tuvo dificultades para acceder a financiación. Seis meses después, el porcentaje ha bajado a la mitad (30%). “La lectura esencial que se extrae de este barómetro es por tanto la de un mayor optimismo y un mayor apetito de hacer planes a futuro”, concluye Cano.