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Breakingviews
Columna
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Siguiente parada: los trenes de Siemens

Cerrada la guerra de ofertas por Alstom, Siemens y su rival francés podrían querer revisar el aspecto más convincente de la candidatura perdedora de la empresa alemana: una fusión de sus unidades de tren que crearía el equivalente ferroviario de Airbus, el fabricante de aviones europeo.

Eso pondría fin a uno de los principales dolores de cabeza de Siemens. Su unidad de material rodante está acosada por los problemas técnicos y tiene problemas para entregar los trenes a tiempo. Eso perjudicó tanto al beneficio como a la reputación una vez estelares de Siemens.

Proceder a una escisión de la división contribuiría a llevar a cabo la estrategia Visión 2020 del consejero delegado, Joe Kaeser, que se dio a conocer en mayo. Kaeser descartó los objetivos de crecimiento previos, excesivamente ambiciosos, y ha optado por centrarse en disminuir la complejidad del grupo.

La división de material rodante de la compañía alemana carece de masa crítica a escala global

Al igual que la unidad de transporte de Alstom, la división de material rodante de Siemens carece de masa crítica a escala global. Los fabricantes de trenes chinos como CNR y RSE dominan el mercado, mientras el beneficio ya es menor que en otros sectores. El margen operativo de la unidad de transporte de Alstom era de apenas un 5,6% en 2013. La feroz competencia de sus rivales asiáticos implica que los márgenes se ven sometidos a una presión aún mayor.

Las economías de escala no son significativas en la producción de trenes, a diferencia de la fabricación de automóviles. La puesta en común de las unidades de Alstom y Siemens puede crear, no obstante, importantes sinergias a medio plazo, en su mayoría derivadas de la adquisición conjunta, así como de la investigación y el desarrollo compartidos. Los cálculos de Breakingviews sugieren que una fusión podría generar sinergias anuales de hasta 300 millones de euros.

Tras perder ante General Electric en la lucha por los activos de energía de Alstom, Siemens no se distraerá con una adquisición compleja, costosa y con importante carga política. Centrarse en su propia reestructuración, y vender la división de trenes a Alstom, reuniría lo mejor de ambos mundos.

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