Artistas del motor
Maestros del pincel y el aerógrafo se reúnen esta semana en el Mulafest
Los apasionados de las motos saben que cuando alguien compra una Harley-Davidson es casi seguro que va a someterla a cambios mecánicos y estéticos para adecuarla a su contextura física y gustos personales.
Y lo primero que suele cambiar es la pintura del depósito y guardabarros. “Es la firma del motociclista”, dice David Mata, un diseñador que se dedica a la personalización de cascos y vehículos en su estudio de Badajoz.
Mata, de 31 años, es uno de los 100 artistas del mundo de la customización de motos que exhibirán sus trabajos en el Mulafest, el festival de tendencias urbanas de Madrid, que arranca este jueves, 26 de junio, en los pabellones de Ifema.
El colectivo –en el que están incluidos pintores, ilustradores, mecánicos, constructores y tapiceros, entre otros oficios relacionados– llega a la tercera edición del certamen con la esperanza de que el repunte de las matriculaciones de motos se mantenga (crecieron un 14% interanual en mayo y un 20% en los cinco primeros meses del año), ya que el mercado lleva seis años de caídas y si no se venden motos nuevas, la gente no las personaliza.
El colectivo llega al festival con la esperanza de que el repunte de las matriculaciones se mantenga
“Antes de la crisis había muchos clientes que invertían en mantener sus motos en condiciones”, recuerda Javier Minchán, especialista en restauración de BMW clásicas. “Ahora, en cambio, los encargos de este tipo de cliente –el motero de toda la vida, al que le gusta irse de excursión un fin de semana– se han reducido. En su lugar ha ganado peso un nuevo tipo de usuario de alto poder adquisitivo, al que no le interesa tanto que la máquina esté bien sino que se vea bonita para poder llamar la atención cuando sale con los amigos”, explica.
Mata coincide en que si su negocio no se ha visto afectado por la recesión ha sido gracias a que el destinatario final de su trabajo es un tipo de cliente “para el que el presupuesto no es un problema”. Pero esto incluye también a pilotos de carreras que compiten en circuitos profesionales.
“A ellos no les ves la cara, solo el casco, por eso les interesa que este elemento identificador sea lo más personal posible”, señala. Y aclara: “El color es importante. Ferrari es Ferrari porque sus coches son rojos, no verdes. Aquí pasa lo mismo. Hay customizadores a los que se les conoce mejor por la pintura”.
Para dar una idea del perfil de usuario que normalmente acude a sus talleres, Minchán, quien también vende piezas para la personalización de BMW clásicas a través de su tienda Max Boxer, precisa que dependiendo del estado original del vehículo y lo profunda que vaya a ser la reparación, el coste de una restauración puede variar desde los 6.000 hasta los 12.000 euros.
Por otra parte, Mata, que abandonó sus estudios de Empresariales para dedicarse al diseño gráfico y la pintura personalizada, descarta que los jóvenes estén viendo en oficios como el suyo una alternativa a la caída del mercado laboral. “En toda España habrá, como mucho, diez pintores, de los que solo cinco haremos custom. Competencia real hay en países como Alemania, Italia y Estados Unidos, aquí no”, remacha.
Sin embargo, Roberto Rua, director del área de garaje de Mulafest, tiene una impresión distinta. “La falta de dinero obliga a la gente a pensar cómo puede darle a su coche o moto la apariencia que quiere sin pasar por el taller oficial de la marca. El formato háztelo tú mismo está ganando cada vez más adeptos y haciendo que afloren oficios que estaban olvidados, como el de tornero, tapicero o soldador”, sostiene.
Concurso de Lambretta, BMW y bicis
Garage es la sección de Mulafest dedicada a “los artistas del mundo del metal”, como le gusta llamarlos a Roberto Rua, director del área. Aquí están comprendidos desde pintores como David Mata hasta restauradores como Javier Minchán.
Este año, la principal novedad es la organización de tres concursos de personalización: de motos BMW, Lambretta y bicicletas. Este último ha sido concebido para los aficionados que no tienen dinero suficiente para comprarse una moto.
Además, la organización ha destinado una zona para que torneros, tapiceros, sopladores y otros artesanos del motor exhiban sus obras y muestren al público cómo trabajan las piezas.
El festival se celebrará del jueves 26 al domingo, 29 de junio. En esos cuatro días, los organizadores esperan recibir entre 30.000 y 35.000 asistentes.