Largas colas en la Puerta del Sol para entrar en la tienda de Apple
No podían esperar más y los madrileños más fieles a la firma tecnológica de la manzana mordida no han faltado a su cita para entrar en la historia, al menos de la marca, y ser los primeros en inaugurar la tienda que Apple ha abierto hoy en la madrileña Puerta del Sol, tras varios años de espera.
El primero, en solitario, emocionado, con cientos de personas coreando su nombre y con los brazos en alto como si de un maratoniano en el Estadio Olímpico se tratara, Eduardo Domínguez, se ha convertido en la primera persona en entrar en la tienda, para envidia del resto de los allí presentes.
“Llevo desde las ocho de la mañana de ayer y vengo a inspeccionar la tienda de arriba a abajo”, ha explicado el joven -que sólo tiene 17 años-, minutos antes de vivir su gran momento.
Frente a él, el número 1 de la Puerta del Sol totalmente restaurado, blanco, luciendo bandera con la célebre manzana mordida y más de un centenar de dependientes en su interior que se preparaban, con bailes y cánticos como si de un calentamiento se tratara, para lo que se les venía encima, que aguardaba a espaldas de Domínguez.
Cientos de personas, todas ellas equipadas con sus dispositivos de la marca -como buenos devotos-, sedientas de tecnología y con algo de sueño -lo normal tras haber pasado la noche “acampados” en la Puerta del Sol-.
“A las siete menos cuarto de ayer por la tarde ya estábamos aquí”, ha subrayado Celestino Echevarría, a quien la espera se le ha hecho más amena gracias a la compañía de sus amigos, todos ellos usuarios de la marca tecnológica y que lucían conjuntados equipación de gala para la ocasión.
Un poco más allá, pero también en primera fila, estaba Daniel Kateuf, un joven que ha admitido llevar allí “desde las diez de la noche” y que aguardaba el gran momento sentado plácidamente en una silla de playa, como los buenos profesionales de la espera.
“La verdad es que la silla no es mía”, ha reconocido el joven, quien ha explicado que cuando llegó “no conocía a nadie”, pero después de pasar tantas horas allí se han hecho amigos y han tenido tiempo incluso para pasarlo bien.
“Cuando pasaba gente por aquí nos preguntaba que qué hacíamos esperando y nosotros les contestábamos que estábamos guardando cola para comprar entradas para un concierto de Justin Bieber”, ha bromeado Kateuf.
Las 9.30 horas se acercaban, apenas quedaban unos minutos y la gente seguía llegando a una Puerta del Sol donde la cola, muy organizada y supervisada por decenas de miembros del equipo de seguridad de control de Apple, ya iba hasta más allá de la famosa cúpula de cristal que preside la plaza.
Si el joven que estaba el primero estaba contento, también lucía sonrisa el último en llegar, Juan Antonio López, quien portaba en su mano un Ipad e ironizaba sobre si le dejarían pasar.
“Yo creo que entraré igualmente, pero por si acaso vengo preparado con todos mis dispositivos, sólo me he dejado en casa el MacBook, porque me parecía demasiado”, ha explicado entre risas López.
Con puntualidad británica, a las 9.30 horas, la tienda ha abierto, con música de fondo y un estado de histeria colectiva presidiendo el ambiente.
Desde entonces los devotos han comenzado a desfilar y en algunos casos hasta se han arrodillado al entrar obnubilados por las bondades tecnológicas allí expuestas.
“Se nos antoja todo”, han comentado Sara y Carmen impresionadas; “esto es genial”, ha señalado, por su parte, Makhzuna; las tres bajo el hechizo y el olor a nuevo de una tienda que se ha hecho de rogar y que al fin ha llegado.