Qué pueden hacer los accionistas de valores suspendidos 'sine die'
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendió de cotización a la Seda de Barcelona, una compañía histórica del parqué español el año pasado, igual que hizo con las acciones de la inmobiliaria Fergo Aisa. Como ellas, en el parqué español hay otra docena de empresas cotizadas, cuyas acciones fueron suspendidas de negociación por el supervisor en algún momento y desde entonces llevan paradas de cotización. Martinsa Fadesa, la inmobiliaria que protagonizó la mayor suspensión de pagos hasta entonces tiene sus títulos congelados desde 2008, momento en el que entró en concurso de acreedores. Seis años en los que sus accionistas no han podido ni comprar ni vender en Bolsa los títulos de la compañía y una vez superado el concurso, trata ahora de evitar la liquidación. El próximo 26 de junio celebra junta de accionistas.
Lo mismo le ocurre a accionistas de compañías más pequeñas como Nyse Inbesós, Sniace o Vértice 360. “La mayoría de estas empresas se encuentra en situación concursal o saliendo de ellas”, explican fuentes de mercado. Pescanova es una de las últimas en sumarse a este grupo. Sin embargo, en el caso de la compañía de pescados congelados, las cosas han ido más rápidas. La compañía ha conseguido salir del concurso en apenas tres meses. Sin embargo, sus títulos siguen congelados.
Entonces, qué posibilidades deja a estos accionistas que tienen pillados sus ahorros.
Tener claras las razones de la suspensión. En todos los casos se trata de compañías que han cotizado en Bolsa. Se trata de empresas cuya cotización ha sido suspendida para evitar situaciones que alteren el mercado y que perjudiquen al pequeño inversor, situaciones concursales, etc. Hay supuestos en que la suspensión de la cotización es muy breve, y en otros hay sociedades que llevan años con la acción suspendida de cotización. También están los títulos que han sido excluídos definitivamente de cotización. En este caso son empresas que, por voluntad propia han dado el paso de salir de la Bolsa, lanzando una OPA de exclusión, y que haya accionistas que se hayan quedado sin acudir a la misma.
Buscar comprador. Cuando se dice que una acción está suspendida de cotización siginifica que no se puede comprar ni vender en Bolsa. Cuando se dice que una acción está suspendida de cotización significa que no podremos acudir a la Bolsa para ello. Hay una vía que implica poder vender esas acciones a un tercero. Para ello, hay que recurrir a un intermediario bursátil y el precio al que se pueden vender esas acciones tambien se pacta. Para llevarlo a cabo cada una de las partes se pondrá en contacto con su banco, agente o sociedad de valores, indicándoles el deseo de llevar a cabo dicha operación, y ellos se encargarán de todo, cobrando las correspondientes comisiones. Incluso es posible que les podamos encargar la búsqueda de ese comprador.
Es una salida que puede tener cierto uso en las suspensiones, especialmente las de no largo plazo, en las que queremos hacer líquida nuestra posición, si bien tiene limitaciones, especialmente el encontrar esa contraparte y el poder acordar un precio que sea satisfactorio para las dos partes.
Quedarse como está y esperar a que se levante. En muchos casos, los expertros creen que hay que esperar a que las acciones sean levantadas de cotización. El problema es que esta situación se puede alargar con el tiempo con los correspondientes gastos y sin recuperar la inversión.
Cómo evitar los gastos de custodia. Mientras que las acciones se tienen en poder y a pesar de que no coticen en Bolsa, el accionista tiene que hacer frente a los gastos de custodia. Es la comisión que cobran las entidades financieras por mantener acciones en cartera. La comisión por custodia se devenga por la posición de valores y por la entrada de títulos nuevos. Puede cobrarse mensual, trimestral, semestral o anualmente. Actualmente, hay muchas entidades que no la cobran como es el caso de Ahorro Corporación. En principio, mientras las acciones sigan representadas como anotaciones en cuenta, el depositario seguirá cobrando comisiones. Existe un supuesto en que la CNMV permite que no se cobren dichas comisiones, a solicitud del cliente. Y es cuando se trata de sociedades inactivas, es decir, aquellas que llevan más de cuatro años sin practicar ningún asiento en el Registro Mercantil. En este caso, si somos accionistas de una sociedad inactiva podemos renunciar a la titularidad de las mismas, solicitándoselo a nuestro depositario, acreditando con los certificados del Registro mercantil tal situación así como nuestra voluntad inequívoca al respecto, y con ello procederá a la baja de nuestra titularidad ante Iberclear.
Española de Zinc y Cinsa, liquidadas
El camino seguido por la inmobiliaria Cisa fue parecido, dejando de cotizar en febrero de 2012. Otras compañías estuvieron a punto de ser liquidadas pero que lograron salir a flote después de un tiempo sin cotizar. Este fue el caso de Banesto en los tiempos de la intervención por parte del Banco de España hace más de 20 años. Desde 2013, las acciones de la entidad financiera no cotizan en Bolsa pero por diferentes motivos. El grupo Santander decidió absorver Banesto y lanzar una opa para excluirlo del mercado. Este caso es diferente de los anteriores porque los pequeños inversores pudieron acudir a la opa y deshacerse de sus acciones aunque al precio ofertado por Santander.