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Editorial
Tribuna
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Un PIB más acorde con la realidad

Las modificaciones que el Instituto Nacional de Estadística (INE) introducirá en el cómputo del PIB de 2013 –un dato que se hará público el próximo 25 de septiembre– incluyen novedades que pueden despertar interés más allá de lo que es habitual. Pese a ello, se trata de cambios estadísticos que no son ni unilaterales ni arbitrarios, sino impuestos por la oficina europea de Eurostat. Bruselas ordena actualizar de forma periódica las fuentes y procedimientos estadísticos utilizados para medir la economía, que deben ser homogéneos en todos los Estados miembros por dos sencillas razones. La primera es para que reflejen del modo más exacto posible la realidad que pretenden medir. La segunda, para que los datos de los países puedan ser homologados y comparados.

Los cambios que Eurostat ha impuesto en esta ocasión se realizan con la nueva base del año 2010 e incluyen una modificación importante en el modo en que se mide el gasto en I+D. Si hasta ahora esas partidas se contabilizaban como consumo intermedio –dado que se consideraba un gasto perdido en el periodo en el que se computaba–, a partir de este año pasará a considerarse una inversión o formación bruta de capital fijo. Un cambio que resulta claramente más acorde con la naturaleza de esos conceptos, que no solo perduran durante un periodo extendido de tiempo, sino que también ofrecen réditos en el futuro. A ese cambio en el cómputo hay que sumar nuevas delimitaciones de sectores económicos y más fuentes estadísticas. Es el caso del censo de población y vivienda de 2011 o la actualización de la balanza de pagos realizada por el Banco de España.

La novedad más llamativa, sin embargo, es la decisión de incluir las actividades ilegales en el cómputo de la contabilidad nacional: desde la prostitución hasta el contrabando y el tráfico de drogas, entre otras. El cambio viene impuesto también por Bruselas y su objetivo es evidente: medir del modo más exacto posible la realidad económica de los distintos países. Una realidad que incluye toda la creación de riqueza, no solo la regulada o la legal, sino también la generada por sectores que operan de forma ilegal. El reto de este cambio es la metodología a utilizar para medir una actividad que por su propia naturaleza es opaca, que impone también Bruselas y que, por razones de prudencia, no se hace pública. A la espera de cerrar esas cifras, las estimaciones apuntan a que el PIB de 2013 se verá incrementado por estos cambios estadísticos.

Cuestión diferente, y bastante más relevante, son las correcciones al alza de las previsiones de crecimiento de la economía española a lo largo de este año. La última es la sostenida por Funcas, que ayer elevaba al 1,4% en 2014 y al 2,2% en 2015 sus estimaciones sobre el PIB y confirmaban que la recuperación de España no es casual y que estamos a las puertas de un nuevo ciclo de alto crecimiento.

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