Los artistas de las salidas a bolsa
El auge de las salidas a bolsa en Europa se está desinflando a causa de Reino Unido. La bonanza regional de las ofertas públicas de venta (OPV) ha dado buenas rentabilidades a los accionistas este año. Londres ha sido a la vez el epicentro de las nuevas emisiones y un serio lastre para el rendimiento. No es de extrañar que con unos inversores con cada vez menos tiempo y dinero las OPV se conviertan en una venta difícil.
Los mercados de renta variable en Europa están en auge. Hacia el 6 de junio de este año, la región había vendido 28.700 millones de dólares en nuevas acciones, según datos de Thomson Reuters. El 29 de mayo, las salidas a bolsa habían atraído 3,6 veces la cantidad recaudada en el mismo período del año pasado, con Londres como núcleo.
Tomemos como ejemplo las 10 principales salidas a bolsa de 2014, dejando el sector inmobiliario a un lado: Altice, Applus, ISS, Lenta, Anima, Saga, GTT, Pets at Home, AO Mundo y SFS. Comprar en cada una habría supuesto de media una rentabilidad del 13,9%, según un análisis de Breakingviews. Comprar en el índice Stoxx 600 en su lugar, habría otorgado un 5,6%.
Londres ha supuesto tanto el epicentro de las nuevas emisiones como un serio lastre para el rendimiento
Sin embargo, hay una división geográfica. Las cuatro salidas a bolsa de Reino Unido han arrojado un promedio negativo del 2,8% mientras que los seis debutantes de fuera del país han dado una rentabilidad del 25%. De las 10 mayores ofertas de Londres, seis están por debajo de su precio de oferta, y el rendimiento medio es del 0,1%.
La culpa es en parte de las tres salidas que tuvieron lugar en febrero y marzo –Pets, AO y Just Eat– realizadas cuando existía una mayor sensación de burbuja. El tono se ha suavizado desde entonces. Los comentarios de una fatiga de OPVs han crecido entre los inversores. Algunos aspirantes a emisores, como Fat Face, se han dado por vencidos. Otros, como Saga, tienen un precio bajo, o están buscando la forma de avanzar más rápido.
Dicho esto, una serie de empresas se sigue haciendo cola para salir a bolsa. El reciente récord sugiere que los inversores deberían hacer retroceder con más fuerza las valoraciones, especialmente en Londres.