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El complejo fue cedido a la Orden Benedictina en 1954

Los monjes de El Paular pierden el negocio hotelero tras sesenta años

El monasterio de El Paular comenzó a construirse en el año 1390 En 1954 el Gobierno cedió en usufructo el complejo a la Orden Benedictina El hotel Sheraton que forma parte del conjunto cierra sus puertas este mes

Interior del hotel Sheraton en El Paular.
Interior del hotel Sheraton en El Paular.

"Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena” comentó ayer a este diario un monje del complejo El Paular, situado en el pueblo de Rascafría, en la sierra norte de Madrid. El próximo 14 de julio expira una concesión que la Orden Benedictina recibió en 1954 para gestionar dicho complejo, formado por el monasterio en el que viven los monjes, un huerto y un hotel, posiblemente el más representativo de la sierra madrileña.

El manido refrán ha sido la única declaración que ha sido posible extraer de los monjes desde que el miércoles este diario contactara con la Orden para poder entender de la mejor manera posible que está pasando en Rascafría. El monje se refería a que a día de hoy no tienen claro cuál va a ser el futuro del complejo, que empezó a construirse en 1390, a pesar de que desde hace décadas está marcada la fecha del fin de esa concesión.

El hotel de El Paular ha sido gestionado desde mediados de los años setenta por la cadena Sheraton. El hotel cerrará sus puertas el próximo 30 de junio, para desesperación de sus casi cincuenta trabajadores y director, Javier Cortés. “Es una faena”, comentó este último en una conversación telefónica con este diario, “todos estamos muy ligados a este hotel... aquí celebramos la comunión de mi hija...”. Cortés explicó que se está negociando con los trabajadores su posible reubicación en otros de los hoteles de la cadena en España y facilitar jubilaciones.

En 1954, por Decreto de 15 de enero, se cedió en usufructo todas las edificaciones de El Paular a la Orden Benedictina por 30 años prorrogables finalizando el actual periodo el mes próximo “sin que hoy exista posibilidad jurídica de prorrogar dicho usufructo”, señalaron fuentes oficiales del Ministerio de Cultura.

En julio de 1973 la comunidad benedictina arrendó las instalaciones hoteleras del conjunto, que hasta entonces habían sido explotadas por la sociedad pública Entursa, a una empresa que, a su vez, cedió el arriendo a la cadena Ciga Hotels, hoy propiedad de Starwood. Ni la cadena hotelera ni los monjes han querido informar sobre el precio de esos contratos de arrendamiento.

En diciembre de 2011 la compañía hotelera, a través de la Orden Benedictina, comunicó al Ministerio de Cultura su voluntad de abandonar la explotación del hotel a partir del 14 de julio de 2014. La Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales comenzó a explorar “vías administrativas y jurídicas que permitieran una gestión integral y autosuficiente de todo el conjunto”, explicaron las fuentes consultadas en Cultura.

Desde finales de los años noventa el Estado español ha invertido en el complejo de El Paular 12,2 millones de euros y la Comunidad de Madrid otros 2,9 millones. El Museo del Prado ha trabajado en la restauración de 52 cuadros de Vicente Carducho, coetáneo de Velázquez, que estaban en el monasterio, con un coste de tres millones.

El Ministerio de Cultura ha venido realizando estudios “para posibilitar una gestión integral del conjunto monacal, un Bien de Interés Cultural complejo, con el objetivo fundamental de atender el interés general sin perjuicio de contar con terceros para ello”.

Las fuentes oficiales consultadas en el ministerio que dirige José Ignacio Wert aseguran que en estos momentos el proceso “se encuentra en una fase muy avanzada y ya está gestionando la firma de una Encomienda de Gestión a una empresa pública”. Añadieron que dicho acuerdo con esa empresa pública “se considera cerrado a falta de formalización, y facultará a la misma para adjudicar la explotación hotelera”.

El hotel de El Paular permanecerá cerrado durante un periodo que ahora no es posible determinar. Las instalaciones están obsoletas y cualquier compañía interesada en su explotación precisará de tiempo y dinero. “A partir de julio se iniciará una nueva etapa que posibilitará una gestión integral del conjunto que incluya su uso y aprovechamiento, la conservación y la promoción y difusión del monasterio de El Paular de forma sostenible y compatible con la vida monástica actual”, aseguraron.

“Es como si se nos fuera la Renault”

El cierre temporal del hotel de El Paular preocupa en Rascafría. El complejo ha sido durante décadas un reclamo para turistas y profesionales que celebraban en el hotel convenciones multitudinarias. Restaurantes y otros centros de ocio del pueblo madrileño se han beneficiado de la visita de cientos de miles de personas a las instalaciones del monasterio o del hotel. Así, en 2011, cuando regresaron al claustro del monasterio los cuadros de Vicente Carducho restaurados por el Museo del Prado, 45.000 personas visitaron sus instalaciones.

 “Cuando accedes al claustro del monasterio te trasladas en el tiempo”, comenta Ana García, alcaldesa de Rascafría (PSOE). “El poder que llegó a tener el complejo de El Paular hace siglos fue enorme, aquí se firmaba el precio de la lana”, explica. “El hotel era en realidad el pabellón de caza de la familia Trastamara”, indica. Para Rascafría, el cierre del Sheraton es como “si se nos fuera la Renault”, dice.

A la regidora del pueblo madrileño le preocupa no sólo la pérdida de turistas y visitantes, también el futuro de los trabajadores del hotel. “Queremos que se incluya una cláusula en el nuevo contrato que se vaya a establecer para que la empresa que se haga cargo contrate a estos trabajadores, así lo hemos transmitido al Ministerio de Cultura y a la Comunidad de Madrid”, dice.

Rascafría se encuentra a 92 kilómetros del centro de Madrid y tiene una población de algo más de 2.000 personas. Se encuentra enclavado en el Valle Alto del Lozoya, en la parte noroccidental de la Comunidad de Madrid, en la Sierra de Guadarrama, situado a unos 1.100 metros de altitud y delimitado por dos cadenas montañosas. El Monasterio de El Paular está emplazado a dos kilómetros del casco de Rascafría.

Siglos de historia

 1390: El rey Enrique II de Castilla ordena las obras de construcción del monasterio para la Orden de San Bruno.

1604: En las instalaciones del complejo se fabrica el papel en el que será impreso El Quijote.

1835: La desamortización de Mendizábal provoca la salida de la orden de los cartujos. En 1876 el Gobierno declara el complejo Monumento Nacional.

1954: El Gobierno franquista cede el complejo, deteriorado durante la Guerra Civil, en usufructo a la Orden Benedictina.

2014: El complejo regresa a manos públicas.

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