Dirigir con discreción
Con una importante trayectoria en grupos internacionales, Fernando Basabe llegó a la dirección del grupo Applus+. El ejecutivo lo ha conducido en su triunfal llegada al parqué
El desarrollo de la empresa de certificación e inspección Applus+ se ha producido de manera discreta. El grupo, nacido en 1996, ha ido creciendo poco a poco hasta protagonizar hace unas semanas un esperado debut en bolsa que no defraudó, a pesar de que era difícil alcanzar las altas expectativas que se habían depositado en él. Precisamente la discreción que tanto caracteriza a esta empresa, originada en Cataluña y dedicada inicalmente a la inspección técnica de vehículos, es también una de las señas de identidad de su consejero delegado, Fernando Basabe (Madrid, 1959). La destreza en entornos internacionales es el otro aspecto en el que coincide, gracias a su dilatada experiencia profesional, con la firma que dirige.
El directivo cuenta en su currículum con una Licenciatura en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y también con un máster en Administración de Empresas de la escuela de negocios IESE, en Barcelona. Su trayectoria profesional comenzó en el ámbito financiero, concretamente en Manufacturers Hanover Trust Co (entidad que más tarde se fusionó con J. P. Morgan) donde trabajó en diferentes puestos relacionados con la banca corporativa.
Posteriormente, Fernando Basabe comenzó su relación con el mundo de la inspección industrial. Fue en la multinacional suiza SGS _–precisamente, uno de los grandes rivales de la compañía que hoy en día dirige– donde se inició en la gestión en este terreno, en el que todavía hoy se encuentra inmerso.
Allí prestó sus servicios durante 15 años en los que ocupó diferentes cargos. Empezó como director de desarrollo corporativo y poco después fue ascendido a director general. A partir de 2002, desempeñó el rol de director de operaciones en Europa Occidental.
Avalado por sus anteriores trabajos, el ejecutivo desembarcó en Applus+ en 2011. “Hoy culmina y se reconoce el camino recorrido por este grupo en los últimos años”, afirmaba Basabe el pasado 9 de mayo en el discurso que ofreció ante los medios con motivo de la llegada de la compañía al parqué. El debut ha sido calificado por la mayoría de los analistas como uno de sus favoritos dentro de los que hay previstos este año, y por el momento no ha defraudado (el primer día sus títulos subieron un 4,5%).
En estos años que Fernando Basabe mencionaba, la mayoría de los cuales él se ha situado al frente de la empresa, su gestión ha contribuido a que esta lograra algo más que capear la crisis económica, ya que Applus+ se ha ido posicionando como uno de los referentes del sector, incrementando considerablemente su tamaño. Esto ha sido posible gracias su condición multinacional, ya que la empresa cuenta con laboratorios en más de 60 países de los cinco continentes y la mayor parte de su facturación se produce fuera de España.
Casado y con tres hijos, este directivo guarda con celo su intimidad y su vida privada, pero también prefiere evitar los focos en lo profesional y por ello se limita a centrarse en sus tareas. Sus apariciones públicas se restringen a los actos de más relevancia relacionados con la compañía, como las presentaciones de resultados en las que opta por limitarse a algunas declaraciones claras y concisas.
Uno de esos momentos excepcionales en los que Basabe se expuso ante los medios fue el toque de campana que marcaba el inicio de cotización del grupo de certificación e inspección catalán. Y es que el esfuerzo del consejero delegado ha sido muy importante para que esa imagen se produjera. Reuniones con inversores europeos y estadounidenses han sido prácticamente una constante durante los últimos tiempos en su agenda y en la del resto del equipo directivo para que el resultado final haya resultado más que satisfactorio.
Pero a este riguroso ejecutivo todavía le quedan muchas tareas por delante, ya que todo indica que Applus+ aún tiene fuerzas para continuar afrontando retos y desarrollándose. Fernando Basabe seguirá trabajando por ello en ese discreto plano en el que prefiere situarse.