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Es la máxima expresión de un coche con Internet

Tesla, un coche con pantalla de 23 pulgadas es posible

Los automóviles de hoy está claro que no son nada sin una conexión a Internet, eso nadie lo duda. Por ello el papel de los operadores en el futuro de los coches conectado es clave. Bien es cierto que todos nosotros disponemos de un smartphone, que en la mayoría de los casos puede dar conectividad al coche, pero seamos sinceros, es no es lo mismo que nuestro automóvil tenga en su interior y perfectamente conectado con todos sus sistemas un módulo de telefonía móvil. Ahí es donde operadores como Telefónica han empezado a dar pasos.

En la pasada edición del Mobile World Congress, el operador hizo pública su colaboración con Tesla, sin suda que el fabricante de coches eléctricos por excelencia. Los coche que esta firma venda en el Viejo Continente tendrán plena conexión a través de la redes de Movistar, O2 o KPN. Mucho más allá del acuerdo y de lo que implica, lo importante es la experiencia de probar un coche plenamente conectado. Es la única manera de tomar la verdadera medida a lo que supone tener un coche conectado de verdad y no a través del smartphone que tenemos en el bolsillo.

Para empezar el Tesla S, uno de los modelo sobre el que se ciñe el acuerdo, dispone de una amplia pantalla de 23 pulgadas en la que la visualización de los contenidos es única. Por qué decimos esto, porque si esa pantalla y todo el equipo informático que lo gestiona tuviera que “tirar” de la conexión de nuestro smartphone, que lo podría hacer, hay una serie de problemas que conviene saber. Para empezar no dispondría de la velocidad de funcionamiento que tiene un sistema perfectamente integrado en el coche, con su módulo de 4G conectado por y para él.

Por otro lado nuestro smartphone vería como su batería se consumiría a una velocidad endiablada por la cantidad y velocidad a la que debe gestionar y enviar la información. No olvidemos que además nuestro móvil debe estar encendido manteniendo todas sus funciones a pleno rendimiento. Ni que decir tiene que la tarifa de datos se consumiría a igual velocidad de lo que lo hace la batería del smartphone, dicho esto es necesario que este tipo de servicios tengan unas tarifas ex profeso para su uso en el coche, sino el usuario puede ver cómo pagar a final de mes una abultada factura en datos.

Dicho esto queda claro que los coches conectados son el futuro y el papel del operador más. Pero también lo es que hacen falta soluciones integradas que de verdad den buena conectividad al coche, así como unas tarifas de datos adecuadas a este uso. Una pantalla de 23 pulgadas con Google Maps, navegador de Internet, música on lines y demás es un frenesí de datos constante y el usuario tiene derecho a disfrutar de ello con unos precios dignos. Si es así, cada vez más usuarios se querrán conectar desde sus coches y los operadores tendrán una nueva vía de negocio.

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