El 911 Targa recupera el estilo que lo hizo inmortal
Porsche vuelve a lucir el arco metálico y la luneta envolvente
Hasta ahora, el 911 se vendía con carrocería cupé o cabriolet, y la tercera versión recién presentada es sobre todo un guiño a la tradición. Su razón de ser está en que retoma el estilo años setenta, con el arco metálico y la luneta de cristal envolvente que ya son iconos del diseño. De hecho, el primer 911 Cabriolet llegó en 1982, 15 años después que el Targa. A la hora de desarrollarlo, la idea ha sido compatibilizar la línea clásica del modelo Targa con la comodidad de uso que exige el cliente actual.
En los Targa clásicos el techo de lona se desmontaba a mano, primero soltando las fijaciones del parabrisas y luego quitándolo desde fuera. Después se podía guardar en el maletero. Todo cambió en 1996, cuando el 911, tipo 993, incorporó un sistema similar al de un techo solar, en el que el techo se deslizaba hacia atrás y se acoplaba junto a la luneta posterior. Era más cómodo porque no había que guardar manualmente el techo, pero no llevaba el genuino arco metálico. Las siguientes generaciones de esta versión (996 de 2002 y 997 de 2006) siguieron empleando el mismo sistema, hasta que ahora han vuelto al estilo original.
El año pasado se comercializaron más de 30.000 unidades del 911 en el mundo, y aproximadamente uno de cada diez fue Targa. Ahora, con el nuevo estilo, esperan que crezca su participación en el total de las ventas. La estructura combina acero y aluminio para mantener el peso bajo, y es muy similar a la del Carrera 4 Cabriolet. El sistema de la capota consta de dos piezas móviles: el techo de lona (con estructura de magnesio) y la luneta trasera, y el tiempo de apertura o cierre automático es de unos 19 segundos. Al accionarlo, el sistema de radar que ayuda al aparcamiento sirve también para medir la distancia que hay detrás, para que la cúpula no toque con nada.
El nuevo Targa se vende solo con tracción total, en versiones Targa 4 (125.900 euros) y Targa 4S (142.800 euros). Esto implica motores de seis cilindros opuestos de 3.4 y 3.6 litros, con potencias de 350 y 400 CV respectivamente. Asimismo, los Targa, al ser 4x4, llevan la carrocería 44 mm más ancha en la parte de atrás que los Carrera con tracción trasera. El anterior Targa (tipo 997) también se vendió solo con tracción total.
Parece claro que, respecto al 911 Cabriolet, el estilo del Targa es más clásico y exótico, aunque tiene inconvenientes. El techo no se puede accionar en marcha y en el Cabrio en cambio sí es posible, a condición de circular a menos de 50 km/h. En el Targa la visibilidad lateral también es peor, porque mientras en el Cabriolet no hay ningún pilar que entorpezca la vista, en el Targa la barra puede obligar al conductor a recurrir al retrovisor para ver.
En cambio, una ventaja del Targa es la menor rumorosidad interior al rodar sin techo. En todo caso, la sensación de calidad es superior a la que ofrece cualquiera de sus rivales. El comportamiento es igual al de cualquier 911 con tracción total, absolutamente adictivo. La respuesta del motor, el cambio o los frenos es modélica, y el Targa 4S lleva de serie la suspensión activa (PASM) y el Porsche Torque Vectoring (PTV) para eliminar el subviraje (tendencia a seguir recto en las curvas) y mejorar la agilidad y la tracción.
El origen de un concepto innovador
Porsche comenzó a usar el término Targa en 1965 para designar al primer 911 descubierto, gracias a un arco de seguridad metálico y la sección central del techo desmontable. El nombre se tomó de la Targa Florio, una competición siciliana en carretera abierta en la que Porsche logró importantes victorias en los años sesenta y setenta.
Hoy la palabra 'targa' se emplea genéricamente para describir a cualquier deportivo con la parte central del techo desmontable, ya sea un Chevrolet, un Honda o un Pontiac, aunque los derechos para usar el término pertenecen a Porsche.
Además, el diseño del arco nació porque las leyes norteamericanas de protección a los ocupantes obligaban a instalar en los descapotables una barra antivuelco.
Lo que inicialmente se creó como una solución impuesta (los anteriores 356 descapotables no llevaban barra antivuelco), pronto se convirtió en un apreciado elemento de diseño. Se presentó en Fráncfort en septiembre de 1965 y la producción (de los modelos 911 y 912) comenzó en diciembre del 66, llegando al mercado en 1967. Al principio, la luneta trasera era de plástico y abatible, pero a partir de 1969 comenzaron a montar la luneta de cristal envolvente.