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Los bancos inician una campaña para explicar que las cajas fueron las causantes de la crisis

La banca exprime el ahorro de los clientes para salvar ingresos

Las cuentas de resultados del primer trimestre de la banca lo confirman. Vuelve la normalidad al sector tras casi seis años de crisis. Esa es la principal y positiva conclusión de los resultados presentados por Bankinter, Banco Sabadell y CaixaBank la semana pasada. Desde hoy y hasta el miércoles lo hace el resto de los principales grupos financieros españoles: Bankia hoy, Santander el martes y el miércoles lo hacen Popular y BBVA.

La caída de la morosidad parece que es ya una tendencia imparable que se produce por primera vez en seis años para Banco Sabadell y desde hace ocho para CaixaBank, según han expuesto en sus respectivas presentaciones. Bankinter también ha registrado una menor entrada de créditos impagados, aunque su tasa aún no ha descendido, pero como el resto de las entidades, sus responsables están convencidos de que al cierre de este año su tasa de morosidad será inferior al 5% (ahora es del 5,05%).

Tras esta positiva noticia, que anunciarán también las demás entidades, se esconce un claro mensaje macroeconómico, el tímido inicio de la recuperación económica. Este mensaje toma mayor relevancia si se tiene en cuenta que el descenso es superior al previsto por los propios bancos hace solo dos meses. Incluso, a comienzos de año los técnicos del Banco de España estimaban que la morosidad sobrepasaría este año la tasa del 15%, pese a la ligera mejora de la economía, según transmitieron al sector en sus reuniones en enero con motivo del cierre de las cuentas de la banca correspondientes a 2013.

Otra buena noticia es que los resultados y el negocio comienzan a recuperar el fuelle perdido durante más de un lustro. Pero habrá que esperar aún varios años para que esta mejora se traslade a la rentabilidad, reconocen todos los bancos. De momento, parece que no será hasta 2016 cuando la rentabilidad suba.

Lo mismo pasa con el crecimiento del crédito. Aunque los bancos aseguran que han aumentado la concesión de créditos en los últimos meses, estos préstamos son de nueva producción, pero no compensan las elevadas amortizaciones que se están produciendo desde que se inició la crisis, o lo que es lo mismo, el conocido como desapalancamiento del sector financiero. El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, fue el más claro. No habrá crecimiento del crédito hasta 2016.

La cuenta de resultados de la banca mejorará simplemente por las menores necesidades de provisiones que tendrá que realizar este año la banca. No sólo por el previsible descenso de la morosidad, sino también porque no se esperan nuevos decretos o circulares que fijen dotaciones extra, como ha ocurrido en los últimos ejercicios.

Otro apartado que contribuirá a aumentar los ingresos serán las comisiones, que suben tanto por cuestión de precio, tras el crecimiento del negocio de los fondos de inversión, gestión de acciones y salidas a Bolsa, o de la banca privada.

La venta de deuda pública sigue siendo una destacada fuente de generación de plusvalías que inflan las cuentas de resultados.

Pero la banca tiene este año puesta su esperanza en los márgenes de intereses, que tras varios años en caída libre vuelven a recupera su protagonismo. No hay que olvidar que este margen es el verdadero corazón del negocio bancario, mide la diferencia entre lo que ingresa el banco en depósitos y el coste de lo que presta.

Este crecimiento es una noticia muy positiva para el sector, pero también ligeramente engañosa. El negocio bancario aunque está remontando no lo está haciendo tanto como para que los márgenes suban como lo están haciendo en este trimestre.

La razón es que los bancos están aprovechando los bajos tipos de interés para revisar a la baja la remuneración del ahorro de sus clientes, es decir, de los depósitos. Es lo que el sector llama optimizar los márgenes de clientes.

Este ajuste a la baja de las remuneraciones, recomendada por el Banco de España, supone para el sector miles de millones de ahorro. De momento, varios bancos terminaron el año pagando de media por los depósitos del 1,5% al 1,9%, pero ya reconocen públicamente, que al cierre del presente ejercicio la rentabilidad de este producto puede situarse por debajo del 1% y llegar incluso al 0,2%.

Pero mientras que las entidades comienzan a ver florecer tímidamente su negocio, han aprovechado el cambio de presidente en su patronal, la AEB, para “hacer labor de pedagogía”, como declaraba el jueves Jaume Guardiola.

Dicho y hecho. La banca ha pedido al nuevo presidente de la AEB, José María Roldán, que explique a la sociedad con claridad quienes fueron los culpables de la crisis por la que ha atravesado el sistema financiero, y que ha costado ya más de 53.000 millones de euros, según datos de la patronal bancaria. El objetivo es devolver la reputación al sector. El mensaje es claro: los gestores de las cajas y su estructura jurídica han sido las causantes del descalabro sectorial. Eso sí, no todas han pasado sido las culpables. Las sanas, como CaixaBank o KutxaBank, o Unicaja e Ibercaja salvan en algo el honor de un sector ya desaparecido, el de las cajas de ahorros.

Otra alegría que se ha llevado la banca es el de la marcha de Sareb, más conocido como ‘banco malo’. Sus socios, los bancos y el Estado “están muy satisfechos con su trayectoria, más si se tiene en cuenta lo rápido que se constituyó”, aseguran fuentes conocedoras de su contabilidad. Pero el optimismo es doble, pese a las críticas de la troika. Aunque Sareb ha cambiado su plan de negocio y el retorno de su rentabilidad, “no prevé ampliar capital”, dice la misma fuente.

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