Algo se mueve en la financiación
Toda la banca ha puesto este año en la diana, para bien, a las pymes, a los autónomos y a los emprendedores en general. Son el primer objetivo comercial para la colocación de crédito nuevo, tanto por constituir el 90% del tejido empresarial del país como por ser el territorio en el que se debe disputar el reparto del activo destinado a los nuevos negocios, dadas las escasas posibilidades en la actividad inmobiliaria. Con todas las cautelas, desde que culminó el proceso de recapitalización de la banca dañada y pese a que no ha terminado el proceso de desapalancamiento de la economía, la oferta ha comenzado a moverse y a casar operaciones con una fuerte competencia, y en muchos casos utilizando los recursos auxiliares que ha puesto en marcha el ICO. Llama la atención el caso de Bankia, que admite haber concedido 2.900 millones de crédito nuevo en los tres primeros meses del año.
La evidencia dice que hay liquidez y condiciones de financiación más flexibles que hace un año, aunque la solvencia requerida al tomador del préstamo siga siendo elevada. Solo falta la recomposición definitiva de las expectativas del consumo y la inversión de los particulares para consolidar una demanda que haga sostenible el crecimiento y la solvencia financiera de las pequeñas empresas y las medianas.