La magia de la melancolía
La ciudad más viva de Portugal cuida su tradición con la vista en el futuro
Melancólica y decadente, mágica también, en Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal, se mezcla con naturalidad la belleza de lo antiguo con la arquitectura y el arte más modernos. Presume de ciudad invicta, título que se ganó al oponer resistencia a las tropas de Napoleón, y es la capital económica del país. Su gente, abierta con los visitantes, es reconocida por su carácter amable y acogedor.
Ubicada junto a la desembocadura del Duero, la ciudad está estructurada de manera escalonada, con edificios construidos a diferentes alturas sobre la colina situada enfrente del río. El Duero la define y le aporta riqueza, es por donde empezó a fluir a principios del siglo XVIII el comercio del afamado vino de Oporto, producido río arriba, hasta alcanzar la frontera española. El centro histórico y la ribera del municipio de Vila Nova de Gaia, en la margen izquierda, donde se encuentran las bodegas, están catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Guía para el viajero
CÓMO IR. Es un destino cómodo y accesible en coche. Se encuentra a poca distancia de Galicia y Castilla y León y a 600 kilómetros de Madrid. La opción más rápida, y a veces la más barata, es el avión. Varias compañías aéreas regulares y low cost vuelan a diario desde Madrid. Una forma poco convencional de llegar es recorriendo el Duero en un crucero fluvial de varios días. Los barcos parten del muelle de Vega Terrón en la localidad de La Fregeneda, Salamanca.
DÓNDE DORMIR. En el centro existe una amplia oferta de alojamientos a precios muy asequibles: habitaciones dobles desde 25 euros. También hay hoteles de cuatro estrellas, como el Teatro Hotel, ubicado en la antigua sede del legendario Teatro Baquet. Y para aquellos que quieran salir del bullicio del centro, la cadena Vila Galé es una excelente opción. En el hotel de Oporto se disfruta de vistas de la ciudad desde una piscina magnífica. En el restaurante es posible degustar muy buen vino y aceite procedentes de una propiedad del hotel en El Alentejo.
DÓNDE COMER. Es una ciudad con una gastronomía rica y variada. Una de las zonas más animadas y llena de restaurantes, bares y cafés es Ribeira, a orillas del Duero.
Oporto es una ciudad para recorrerla a pie y la estación de trenes de San Bento, situada en el centro, es un buen punto de partida. Construida a principios del siglo IX sobre los restos de un antiguo convento, su fachada señorial esconde una auténtica joya: un hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se encuentra dibujada la historia de Portugal. Es una visita obligada. También lo es la Torre de los Clérigos, el monumento más vistoso de Oporto, con 76 metros de altura. El esfuerzo de subir sus más de 200 escalones se ve compensado con una magnífica panorámica de la ciudad.
Cerca se encuentra un edificio de estilo neogótico, construido en 1906, que alberga la librería Lello, considerada como la más bella de Europa. Es una delicia. Más que un lugar donde comprar libros es un rincón para perderse y disfrutar de su magia. Ha sido utilizado como escenario para rodar escenas de algunas películas de Harry Potter.
Desde allí, descendiendo por escaleras y estrechas calles medievales que desembocan en Ribeira, la zona situada en la margen derecha del río, se empieza a percibir mejor el pulso de la ciudad y a disfrutar de su atmósfera: edificios espléndidos –algunos abandonados–, fachadas de colores, comercios que recuerdan épocas pasadas... El tiempo parece haberse estancado. Oporto es una de las urbes más antiguas de Portugal y, como tal, el trazado de su casco histórico es sinuoso y pintoresco.
Una vez en Ribeira, y antes de embarcarse en un crucero, un paseo que dura algo más de una hora bajo los seis puentes del Duero, merece la pena pararse a respirar el ambiente de este barrio en plena transformación, de moda, plagado de terrazas, comercios, restaurantes y turistas.
La esencia de Oporto
Solo es necesario cruzar el puente Luis I, que une Oporto con Gaia, para visitar las bodegas, algunas fechadas antes de 1700 y ubicadas en antiguos monasterios, como la de Ferreira, que junto a Sandeman, Graham y Calém son algunas de las más interesantes. Sorprende la riqueza e intensidad de aromas. Una diferencia del vino de Oporto con otros es el aguardiente que se añade para interrumpir la fermentación. Así conserva la dulzura de las uvas, pero con un alto nivel de alcohol.
Esta ciudad es también cuna de Álvaro Siza Vieira, uno de los más destacados arquitectos de la reconocida Escuela de Arquitectura de Oporto, galardonado con el premio Pritzker y autor de la Fundación Serralves, sede del Museo de Arte Contemporáneo. Oporto es un destino muy cercano para los españoles, incluso para una escapada de fin de semana. Un lugar donde recabar una y otra vez y descubrir siempre algo nuevo. Es la ciudad más viva del país, ha sido y es el punto de encuentro de artistas e intelectuales, el núcleo social y cultural de Portugal.