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Costurones en el disfraz de halcón.

A tenor de los "minutes" de ayer del último FOMC, os dejo mi articulo en la revista Capital de este mes (a la venta hace unas semanas):

"Seguimos de carnaval paloma disfrazada de halcón".

Es ampliamente estudiada en las facultades de periodismo de todo el mundo, la anécdota (cierta o no, pero si ilustrativa) durante el viaje que el arzobispo de Canterbury hizo en 1905 a Nueva York. Sus secretarios ya le avisaron de que tuviese cuidado con la inquisitiva prensa americana.

El prelado los tranquilizó diciéndoles que tenía mucha experiencia en el trato con los periodistas. Al llegar a Nueva York, un periodista le preguntó: ¿Qué piensa Vuestra Eminencia de los prostíbulos de los barrios del este de Manhattan?

El arzobispo, quedó perplejo un momento, pero intentado mostrar sus dotes de “control” de situaciones potencialmente embarazosas preguntó: ¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?

Al día siguiente, la prensa de Nueva York titulaba en primera página:

“Primera pregunta del arzobispo de Canterbury al llegar a Nueva York: ¿Hay prostíbulos en los barrios del este de Manhattan?”

Como siempre, un cierto grado de soberbia y una mucha de inexperiencia, van de la mano en los pequeños desastres y que acaban mudando de tamaño.

Algo parecido debió ocurrirle a Janet Yellen que se estrenaba el pasado miércoles como presidenta de la Reserva Federal. Aunque en la rueda de prensa posterior al FOMC reconoció que es difícil concretar a cuánto tiempo se refiere el comunicado de la Fed cuando habla de mantener durante un "periodo considerable" los tipos en mínimos históricos una vez concluya su programa de compra de deuda, "probablemente signifique algo del orden de alrededor de seis meses, o similar", fue su torpe respuesta a una pregunta sobre el tema.

Algunos quieren vestir la torpeza con las ropas, tan de moda ahora, de la transparencia. Pero mucho me temo que el cambio de los cambios en el “forward guidance” aplicados por Yellen en su primera reunión van más en la dirección de “oscurecer” que en “transparentar” los mecanismos de decisión sobre los tipos de interés. Y, en la medida de lo posible, mantenerlos inusualmente bajos el máximo de tiempo posible.

Para colmo, las conclusiones del llamado “dot plot”, que se publicó tras la reunión, no le ayudaban. Se trata de una pequeña encuesta sobre la visión de los tipos de interés que se realiza entre los miembros del propio comité de política monetaria de la Fed (FOMC). Estadísticamente la mediana de la encuesta dictamina que el tipo estará a final de 2016 en el 2,25% cuando en el anterior resultado de este panel (diciembre de 2013) el resultado era de 1,75%.

Aparentemente el juego estadístico de un incremento del 0,50% puede ser relevante, pero quizás convenga hacer un ejercicio de perspectiva. Si estudiamos esta misma encuesta en abril de 2012 la mediana de la distribución apuntaba a que el 2014 finalizaría ya con unos tipos del 1%. Ahora sabemos que el planteamiento es que se mantengan en el 0,25%

Al fin y al cabo su mensaje fue: todo dependerá de las condiciones de la economía. Y nada más cambiante que una economía en la que unas tormentas de nieve en invierno (que parece que no suelen ser habituales en esa época del año) pueden haber provocado una fuerte desaceleración de la actividad económica.

Por una sencilla respuesta a una pregunta Yellen, la “paloma” se ha convertido en “halcón”. De la misma manera que el puritano Arzobispo de Canterbury pudo aparecer como el primer turista sexual del Nueva York de principios del siglo pasado.

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