Un bar donde tomar café al tiempo que se imprime en 3D
Del cibercafé al Fabcafé. Locales que mezclan el uso de la tecnología con el placer de tomarse un buen cruasán, un cupcake o un bocadillo con una bebida. Pero, mientras el reclamo para el cliente del cibercafé cuando estos se estrenaron era poder consultar el correo electrónico, una página web o echar una partida a un videojuego, el del Fabcafé (en este caso es el nombre de una franquicia) es poder imprimir un objeto en 3D a partir de un diseño propio o hacer un grabado personalizado en unas zapatillas o en un pastel.
Tras el concepto del Fabcafé –que nació en 2012 y que pretende poner la fabricación digital al alcance de cualquier persona– está la productora japonesa Loftwork, aunque ha sido Cecilia Tham, una estadounidense de origen asiático afincada en Barcelona, quien la ha traído a Barcelona. El pasado jueves se inauguró en la Ciudad Condal el primer Fabcafé de Europa y el tercero del mundo, pues los otros dos que existen de esta franquicia están en el moderno barrio de Shibuya, en Tokio (Japón) y en Taipei (Taiwán).
El local catalán cuenta con impresoras 3D UP Plus, proporcionadas por la empresa catalana EntresD, una de las compañías pioneras en la distribución de impresoras 3D de sobremesa en España para el mercado doméstico y profesional. El bar también dispone de una cortadora-grabadora láser de la marca austriaca Trotec, la misma, dicen desde Fabcafé, que utiliza Apple para hacer las grabaciones en sus dispositivos.
“Con esta última máquina, la primera que hay en España de este tipo, nuestros clientes podrán personalizar desde unas zapatillas a unas galletas o hacer un libro redondo, cuentan por teléfono los responsables de este nuevo Fabcafé, situado en la entrada del Markers of Barcelona (MOB), un espacio de coworking compartido por profesionales que trabajan en áreas creativas, y que la propia Tham montó hace dos años.
“Lo que queremos es que estas tecnologías de fabricación digital resulten asequibles a todos los bolsillos. Queremos democratizarlas y que la gente pueda hacerse piezas de diseño propio al tiempo que se toma un buen café”, comentan. El cliente puede llevar su diseño en un archivo digital o acudir al local con un ordenador portátil, que una vez conectado por wifi al sistema, estaría ya listo para lanzar la impresión.
Entre 7 y 10 euros por pieza
La idea es que el cliente vaya al Fabcafé de Barcelona con su propio diseño 3D para imprimir sus propias creaciones, pero en el local también se podrán adquirir diseños 3D realizados por diseñadores de los otros Fabcafé y que estarán disponibles para que los clientes puedan imprimirlos.
El coste por utilizar la impresora es de 5 euros por iniciar el proyecto y después 20 céntimos por gramo de impresión. Así, una pieza única personalizada podría salir por entre 7 y 10 euros, aunque el precio final dependerá de la cantidad de material que sea preciso utilizar. Los responsables del Fabcafé, que abre de lunes a viernes y de 9:30 a 19:30 horas, explican que actualmente las impresoras solo imprimen en material plástico de colores, pero que más adelante planean trabajar con otros materiales.
En cuanto al precio por utilizar la cortadora-grabadora láser, este se fija en función del tiempo. El uso de la máquina durante 15 minutos cuesta 8 euros; 15 euros si el tiempo empleado es de media hora. “Llevamos abiertos tres días y la acogida ha sido fantástica”, dice Tham. “Mucha gente se ha acercado por curiosidad, pero otra mucha ya ha hecho sus primeras piezas”.
“La impresión 3D tiene un enorme potencial”, añade Marc Torras, director general de EntresD. “El usuario profesional suele tener claro qué es y para qué la va a utilizar, pero el usuario doméstico ha oído hablar de ello pero no tiene muy claro lo que es ni para qué la puede utilizar. El Fabcafé nos da la oportunidad de ver impresoras 3D funcionando, ver las posibilidades que ofrecen y hasta imprimir nuestras piezas por un precio muy asequible”. Los clientes siempre recibirán el apoyo de un técnico, de forma que no es preciso ser un experto.