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Miguel Córdoba, Director general de Comercio e Inversiones de Extremadura

“El sector exterior va a tirar de la economía extremeña”

J. Armestar

Desde su llegada hace dos años y medio a la Dirección General de Comercio e Inversiones del Gobierno de Extremadura, Miguel Córdoba se ha entregado a una doble tarea: abrir mercados para las empresas extremeñas y atraer inversiones a la región, con el fin de ir tejiendo un sector industrial ahora casi testimonial en el PIB. Lo cierto es que ya se apuntan algunos logros: la exportación ha crecido tanto en volumen (de 1.256 millones en 2010 se ha pasado a 1.615 millones en 2013), como en número de empresas (1.220 exportadoras en 2011 y 1.686 en 2013).

Pregunta. ¿A qué atribuye este aumento de las exportaciones?

Respuesta. Fundamentalmente a dos factores. Por una parte, a una cuestión de supervivencia empresarial: al caerse los mercados domésticos ha habido que buscar otros destinos. Por otra, a la tarea de sensibilización que emprendimos, fomentando la internacionalización bajo la premisa de que vender fuera te obliga a estar más preparado y estar más preparado te ayuda a vender fuera. Es un círculo virtuoso en el que, una vez que una empresa entra, gana rápidamente en competitividad. El ejemplo es claro: en Extremadura la exportación suponía hace dos años el 7% del PIB (ahora supera el 10%), en España el 22% y en Alemania el 50% ¿Cómo han soportado la crisis cada una de esas tres economías? Ahí se ve la importancia de la internacionalización a la hora de aguantar las crisis.

P. ¿Cuáles son los riesgos que ve en este proceso de internacionalización?

R. Hay tres riesgos básicos: la concentración de mercados, con mucha dependencia de la UE; la concentración de sectores, con fuerte orientación al alimentario, y la concentración de empresas, con gran peso de unas pocas grandes exportadoras. Estamos combatiendo esas tres debilidades. El primer dato es que el número de exportadoras ha crecido un 30% en dos años. El segundo, que también ha subido mucho el número de empresas que venden fuera de la UE, casi un 50%. Respecto a la concentración de sectores, el 54% de nuestras exportaciones son alimentos, por lo que la estrategia de industrialización que se presentará en breve contiene un plan de refuerzo de la exportación en el sector industrial, con medidas de discriminación positiva.

P. ¿A qué tipo de empresas se dirigirán esas medidas?

R. A las de sectores como la automoción, donde ya exportamos 100 millones anuales, los bienes de equipo, maquinaria industrial, a todos los sectores no ligados con la producción de alimentos. Tenemos que insistir en la industria, que tiene un peso muy bajo en el PIB pero genera muchas oportunidades, valor añadido y cinco veces más empleo inducido que, por ejemplo, el sector servicios.

P. Dada la actual dependencia de los mercados de la UE, ¿cómo ha afectado la mala situación en esos países?

R. El hecho de que la exportación haya crecido incluso en mercados como Portugal puede explicarse porque hay muchas empresas que se están iniciando en la internacionalización y arrancan por lo cercano, por Portugal, que casi se podría decir que no es exportar por la vecindad. Sin embargo, hay otros países donde teníamos poca presencia y ahora crecemos mucho, como EE UU, China o India. En este último caso partimos de muy poco y estamos duplicando la exportación en un mercado muy interesante.

P. Hace poco se ha celebrado el Foro África y antes se habían mantenido contactos al más alto nivel en Israel, ¿qué expectativas hay puestas en esas zonas?

R. Son mercados muy diferentes. En Israel nos focalizamos en cooperar para generar star-up, empresas de base tecnológica, porque se trata de un país líder en este campo. En el caso de África, queremos hacer ver a las empresas que es una zona que va a tener un crecimiento espectacular en poco tiempo. Sus mayores oportunidades están en la construcción, energía, tecnología agropecuaria, gestión del agua y de los residuos,

P. ¿Se trataría entonces de vender conocimiento más que productos?

R. Sí, iría por ahí. Hay muchos sectores donde las empresas extremeñas han adquirido un nivel de tecnología y conocimientos excelentes, como en la agricultura, y hay países que tienen necesidades grandes de alimentos para su población. Es un campo más en el que vender conocimientos.

P. ¿Y cómo se trabaja para fomentar la inversión extremeña fuera y atraer capitales a Extremadura?

R. La inversión fuera es especialmente interesante en el sector de servicios. Ya son varios los casos en los que Extremadura Avante, la empresa pública, ha apoyado la constitución de entidades extremeñas que invierten en compañías foráneas. Respecto a la atracción de inversiones extranjeras, vamos a presentar el plan estratégico de inversiones con dos parámetros: el Gobierno de Extremadura es una administración cercana y facilitadora, y no es tanto ayudar a las que vienen, sino ir a buscarlas; con una visión proactiva que antes no se tenía y que ahora se ejercita.

P. ¿Qué evolución prevé?

R. No quiero pecar de iluso, pero creo que el pequeño tamaño de Extremadura es una gran ventaja. Nos permite un trato directo y personalizado con las empresas, estar cerca de sus necesidades y prestar servicios individualizados. Creo que son las exportaciones las que van a tirar de nuestra economía, porque las empresas extremeñas están cada vez más preparadas y vamos superando hándicap como el de no saber comercializar, ofreciendo cada vez más productos de alta gama. Debemos duplicar el peso de la exportación en el PIB, alcanzar el 20%. Todo eso pasa por enfoques nuevos, como el que se le ha dado a Alimentos de Extremadura, que antes era solo una marca y ahora es un programa de apoyo que ayuda a abrir mercados.

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