Rajoy logra un pacto para la recuperación con patronal y sindicatos
Una reunión inesperada al más alto nivel en Moncloa. Ese fue el formato escogido por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para reunir a los máximos líderes patronales y sindicales, en presencia también de la ministra de Empleo, Fátima Báñez. El objetivo del encuentro era recabar el compromiso de los interlocutores sociales para que contribuyan a consolidar la recuperación;y lo consiguió, según informaron en un comunicado conjunto todos los participantes.
Así, tanto Rajoy y Báñez como los líderes patronales y sindicales coincidieron en reconocer que “la economía española ha registrado recientemente signos de cambio, aunque persiste un elevado nivel de desempleo”. Este escenario “demanda actuaciones concretas para favorecer y acelerar un cambio de tendencia”, admitieron los participantes en el encuentro.
De ahí que todos ellos convinieron en la necesidad de “abrir una nueva etapa, en la que desde un renovado protagonismo del diálogo social, se acuerden medidas destinadas a favorecer el crecimiento, impulsar la creación de empleo, consolidar la evolución positiva de la demanda externa y reforzar la cohesión social”.
Para ello, todas las partes se comprometieron ayer en la reunión a desarrollar un “ambicioso calendario de negociaciones”. Algunas de ellas en el ámbito tripartito y otras bipartitas entre patronal y sindicatos.
Controlar precios y salarios
Son precisamente los compromisos que adopten en materia de negociación colectiva los empresarios y los sindicatos los que más preocupan al Gobierno.
Tal y como avanzó CincoDías el pasado 10 de febrero, los gestores de la política económica del Gobierno estarían interesados en que la patronal y los sindicatos renueven el actual Acuerdo para la Negociación Colectiva 2012-2014 en condiciones muy similares a las actuales, de forma que la política de demandas salariales siga bajo control. Gracias a este pacto, las retribuciones pactadas en los convenios colectivos en 2013 se situaron en el 0,6%. Este control de los costes laborales que supone prácticamente congelar los salarios es la principal vía que encuentra el Ejecutivo para continuar con el proceso de recuperación de la competitividad ya iniciado en los últimos años a través de esta contención de costes. Junto a esto, el Gobierno también pide un control de los precios, con compromisos explícitos de los empresarios, para prolongar dicha ganancia de competitividad.
En este punto, los secretarios generales de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez, así como los presidentes de las patronales CEOE, Juan Rosell, y CEPYME, Jesús Terciado, informaron a Rajoy de que ya están analizando los efectos del actual Acuerdo de Negociación Colectiva para abordar las condiciones de su renovación.
En ese marco, los interlocutores sociales precisaron que están analizando la posibilidad de “acompasar la evolución de los salarios con el proceso de recuperación del empleo”. Esto supondría seguir manteniendo los costes salariales bajo control independientemente de la evolución de los precios, que es el indicador que los sindicatos han defendido que se utilizara para garantizar la ganancia de poder adquisitivo y el inicio de la recuperación de las demandas salariales.
Dicho esto, los interlocutores sociales consideraron necesario pactar un nuevo acuerdo de negociación colectiva “que, apostando por la mejora de las condiciones generales de la economía, continúe favoreciendo, de forma equilibrada, la competitividad de la misma, potenciando, a su vez, la negociación colectiva y la utilización de mecanismos de flexibilidad interna como alternativa a la destrucción de empleo. Todo ello acompañado de un escenario adecuado de control de precios”, indicaron en el comunicado.
Igualmente, el Gobierno admitió que sería conveniente realizar una evaluación conjunta con patronal y sindicatos del papel del salario mínimo interprofesional (SMI) y su evolución futura.
En cuanto al ámbito tripartito del diálogo social, el Ejecutivo se comprometió a promover el diálogo con los empresarios y los representantes de los trabajadores en materia de reforma fiscal. Asimismo, evaluarán las políticas salariales y de empleo en el sector público, negociarán la reforma del sistema de formación para el empleo y buscarán fórmulas específicas de acceso al empleo de los parados de larga duración.
Ni una palabra de la reforma laboral
El diálogo social ha resucitado. Tras dos años largos de confrontación abierta, en los que ha mediado hasta una huelga general contra las políticas de Rajoy cuándo éste llevaba en Moncloa dos meses y medio, los sindicatos y la patronal se sientan frente al presidente del Gobierno y renuevan el compromiso histórico, solo roto durante esta severa crisis, del diálogo social. El encuentro, como el comunicado conjunto emitido a su conclusión, es llamativo. Se produce cuando la economía “ha doblado el cabo de Hornos”, en expresión del propio Rajoy, y cuando parece que la recuperación es un hecho.
Con el encuentro de ayer los sindicatos y la patronal avalan el cambio de tendencia operado en la actividad económica y puede decirse que hasta la política económica que lo ha propiciado; pero no se hace ni una sola alusión, ni para bien ni para mal, a la reforma laboral en el comunicado, cuando los sindicatos han convocado a los españoles a una huelga general contra la citada norma y el Gobierno ha hecho pivotar sobre ella, en teoría y en la práctica, la recuperación.
Pero el comunicado hace referencia concreta a varios aspectos de la política económica en los que sindicatos y patronal siempre han querido participar, y en los que los Gobiernos solo comunicaban sus intenciones primero, y sus decisiones, después. Política fiscal, gasto público, servicios públicos y su provisión, etc. Además, aparece en el texto difundido ayer la necesidad de negociar un nuevo mecanismo para la formación profesional financiada con cotizaciones empresariales, tras haber saltado por los aires el anterior por las corruptelas de unas y otras organizaciones.
Desde el punto de vista político llama la atención el momentum electoral en el que vuelve el consenso sobre cuestiones hasta ahora utilizadas, sobre todo por los sindicatos, para confrontar.