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Las opiniones de los expertos

Las dudas y recelos que despierta la 'tarifa plana' de Báñez

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez una intervención en la sesión de control al Gobierno en el pleno del Congreso de los Diputados.
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez una intervención en la sesión de control al Gobierno en el pleno del Congreso de los Diputados. EFE
Raquel Pascual Cortés

Si hay algo en lo que coinciden todos los expertos a la hora de evaluar la nueva tarifa plana para la contratación de nuevos trabajadores fijos es en la complejidad que tiene calcular sus efectos. ¿Servirá para crear empleo neto? ¿tendrá un elevado coste para las arcas de la Seguridad Social o, por el contrario, tendrá un efecto neutro o incluso positivo? ¿generará un efecto sustitución de trabajadores caros por baratos?

Las respuestas a estas preguntas dividen a los economistas. Para empezar, algunos de ellos echan mano de la experiencia y los estudios realizados para asegurar que históricamente otras bonificaciones similares “han servido para crear poco empleo neto”, ha asegurado el director de Coyuntura y Estadísticas de Funcas, Ángel Laborda.

Sin embargo, son mayoría los consideran que la tarifa plana sí servirá, al menos, para incentivar la contratación indefinida debido al ahorro de costes que supone. Según distintos cálculos, para el último dato del salario mediano en España, que roza los 20.000 euros anuales, estos ahorros oscilan entre los 3.500 euros y los 3.700 respecto a contrato indefinido no bonificado o un temporal, durante los dos primeros años de aplicación de la medida.

La clave, por tanto, es cuánto de este nuevo empleo será adicional o neto. Esto es, cuantos nuevos contratos se harán, además de los que ya se iban a hacer en cualquier caso sin este incentivo. Esta variable, marcará también a lo que ascenderá el coste de oportunidad de la medida. Según el cálculo de los expertos de Fedea, José Ignacio Conde Ruiz, Marcel Jansen y José Ignacio García Pérez, en su blog Nada es gratis, este “peso muerto”, como lo denominan, costará unos 5.000 millones que se “regalarán a las empresas por algo que hubieran hecho igualmente”.

A este coste se añade el puramente financiero, que representa lo que dejarán de ingresar las arcas de la Seguridad Social por un lado por la bonificación e ingresarán, por otro, por las cotizaciones de los nuevos empleos netos generados por esta medida. El Gobierno calcula que se generará el suficiente empleo como para que este efecto sea neutro. Algo que la mayoría de los expertos duda, sin atreverse a hacer estimaciones.

A esta incertidumbre sobre el coste, se añaden las dudas sobre cuanta cantidad de empleo neto se generará. Los expertos de Fedea también estiman que no serán muchos los nuevos puestos debido a dos cuestiones. La primera es que creen que muchos contratos se extinguirán cuando termine la bonificación. Y, en segundo lugar, explican que muchas empresas harán una estrategia de contratación destinada a sustituir trabajadores fijos caros, por nuevos indefinidos bonificados.

Es precisamente ese efecto sustitución uno de los que más preocupa al profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, Miguel Ángel García. “Este riesgo se eliminaría si el Gobierno ampliara de un mes a tres meses, por ejemplo, el periodo de referencia para calcular si el incremento del empleo es neto”. Dicho esto, García resalta “el perfil electoralista de la medida, orientada a intentar un incremento rápido del empleo”. Aunque precisa que “una de las pocas virtudes de esta iniciativa será hacer un ensayo para ver hasta que punto el coste del empleo incide sobre la dualidad entre los temporales y los fijos”.

En este terreno, el investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y profesor de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, Lorenzo Serrano, precisa que este efecto sustitución será positivo en el caso de que esta afecte a las conversiones de temporales en fijos.

En cualquier caso, la parte más positiva, según la mayoría de los consultados, es el efecto “quitamiedos” que puede ejercer ante las cautelas de los empresarios a la hora de contratar, según explica el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Joaquín Trigo. Algo que también señala Serrano: al estar acotado en el tiempo –hasta finales de 2014– “servirá para apretar el pedal de las contrataciones”, concluye.

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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