Extremadura se fija el ‘Objetivo África’
Argelia, Marruecos, Túnez, Angola y Mozambique, en la mira de las empresas extremeñas
Decidida a reducir la dependencia comercial de Europa, la Junta de Extremadura ha instado a las empresas locales a buscar nuevas oportunidades de negocio en Argelia, Marruecos, Túnez, Angola y Mozambique.
El presidente de la comunidad, José Antonio Monago, lo define como el Objetivo África: “En seis años el continente africano debería suponer el 15% de nuestras exportaciones como mínimo”, dijo durante el primer Foro África Extremadura celebrado esta semana en Mérida.
El objetivo es ambicioso y demandará un esfuerzo bastante grande de promoción comercial porque, si bien en los últimos tres años las exportaciones extremeñas a la región han aumentado desde los 80 millones de euros a los 93, estos apenas suponen el 5,7% de los envíos totales de la comunidad, que siguen estando concentrados en Europa (80%).
“Sería interesante explorar oportunidades en el sector agrícola y agroindustrial, ya que en muchos países africanos la mitad de la población vive del campo”, comenta desde Barcelona Lluís Renart, profesor de la escuela de negocios IESE.
En tres años, las ventas extremeñas a la región han pasado de 80 a 93 millones de euros
“Al igual que ocurrió en España a lo largo del siglo XX, en los próximos años, estos sectores perderán peso demográfico gracias a procesos de mecanización y regadío. Quizá muchas empresas extremeñas puedan ayudar en este proceso de transformación hacia una agricultura más eficiente y orientada no solo a abastecer su propio mercado interior sino también los mercados de exportación”, sostiene.
Javier Ochando, director de la consultora Axis Corporate, que colabora con Senegal en la búsqueda de inversores, coincide en que por su especial condición agrícola, Extremadura sería una gran candidata a ganar mercado en esta actividad primaria, ya que en materia de explotación agrícola, en África, a excepción de los monopolios del cacao, café y algunas frutas, “está todo por hacer”.
“La riqueza de la tierra permite el cultivo de innumerables productos, especialmente cereales, arroces, frutas, verduras y frutos secos. Si pensamos en biomasa, las posibilidades se multiplican”, afirma.
Por lo pronto, buena parte de los productos que Extremadura exporta al continente son frutas de hueso (ciruela, melocotón, albaricoque), aunque también le vende bienes manufacturados como camisas, componentes de automoción, estructuras metálicas y torretas eléctricas.
De todos modos, el 80% de los envíos extremeños se concentra en tres países: Argelia, Marruecos y Túnez. La Junta desea que a estos destinos se sumen Angola y Mozambique, que junto con las anteriores son las economías más prometedoras y con las que más contactos se han entablado.
De ahí que el foro estuviese dedicado a estos cinco países.
El consejero comercial de Angola aclara: "No buscamos financiación, sino tecnología y experiencia”
“África es el continente del futuro”, manifestó Antonio da Cruz Lima, consejero económico y comercial de Angola en España. “Tiene mil millones de habitantes con una tasa de crecimiento poblacional positiva, es decir, no tenemos los problemas de envejecimiento de Europa”, añadió.
Sin embargo, reconoció que la región necesita de la inversión extranjera para distribuir mejor la riqueza entre una población que está muy dispersa (33 personas por km2).
“Los chinos ya se han dado cuenta de que pueden producir alimentos en África y exportarlos para abastecer a su población. No sé qué están esperando los europeos. Por mi parte, es más fácil entender el castellano que el mandarín”, bromeó Da Cruz.
El consejero indicó que el objetivo de su Gobierno es atraer capital extranjero para reconstruir un país devastado por 27 años de guerra (acabó en febrero de 2002) y reducir la dependencia del petróleo y los diamantes. Pero aclaró que lo que buscan no es financiación.
“El alza del petróleo, del que somos el segundo productor africano, nos ha generado en los últimos años ingresos de 5.000 millones de euros. El problema es que no sabemos cómo invertirlos. Por eso, lo que queremos de ustedes no es el dinero, sino la tecnología y la experiencia”, enfatizó.
Convino en que la ley angoleña “dice algunas cosas para asustar” como que la empresa extranjera deberá invertir un mínimo de un millón de dólares por persona si quiere tener derecho a incentivos fiscales y garantías de repatriación de capitales. No obstante, aseguró que “la gente no tiene que llevar una maleta con dos millones de dólares”, sino equipos por ese valor que se encuentren en buen estado.
Argelia fue el país que presentó la cartera de proyectos más grande, casi toda obra civil que cuenta con financiación pública, desde miles de colegios hasta 80 estadios de fútbol y 30 embalses de agua.
“Entre 2010 y 2014, tenemos programados desembolsos por un total de 286.000 millones de euros”, destacó Obka Aziez, consejero económico y comercial de la Embajada argelina. Si bien el programa quinquenal 2015-2019 todavía está por definirse, adelantó que van a destinarse 53.000 millones de dólares para la construcción de miles de kilómetros de autopistas y carreteras nacionales, además de 3.600 millones para aeropuertos.
Como carta de presentación, Aziez publicitó los numerosos acuerdos que Argelia ha firmado con España, al igual que las concesiones que grupos españoles como Abengoa, Técnicas Reunidas e Isolux Corsán han ganado en el país.
Diferencias culturales
Una empresa española que conoce muy bien el mercado africano es la consultora tecnológica Satec, que lleva invertidos 15 millones de euros en la apertura de filiales en Marruecos, Argelia, Túnez, Angola, Mozambique y Cabo Verde.
“La principal barrera que nos encontramos es la diferencia cultural”, señala Isaac Gil Rabadán, director corporativo de recursos y procesos del grupo astuariano. “Es necesario sumergirse por completo en la idiosincracia del país. También armarse de paciencia, ya que los ciclos de venta son dilatados y complejos”.
Marruecos lució como el país más avanzado de los cinco: una monarquía en proceso de apertura democrática que está invirtiendo fuertemente en la modernización de sus puertos y la formación de sus jóvenes, y que tiene planes en marcha para atraer compañías de automoción, aeronáutica, nuevas tecnologías, electrónica y textil, a los que este año se sumarán cosmética, petroquímica y plastifarma.
“No queremos destruir empleo en España para llevarlo a Marruecos sino complementarnos y buscar sinergias”, subrayó Aziz Atiaoui, representante de Invest in Morocco. Así, por ejemplo, mencionó que el país tiene un déficit de casi un millón de viviendas protegidas, lo que podría interesar a las constructoras españolas.
Túnez mostró oportunidades en infraestructuras, agricultura y turismo de salud. “Tenemos dos zonas francas pero todo el país puede serlo porque contamos con un sistema de puntos francos que otorga los mismos beneficios dentro de los muros de la empresa”, precisó Amina Mkada, directora de Fipa Túnez, la agencia de promoción tunecina.
Por su parte, Mozambique ofreció facilidades para la obtención de visados y permisos, incentivos fiscales y un ambiente favorable para los negocios. “Los procedimientos administrativos son muy simples”, aseguró Filomena Malelane, consejera comercial de la Embajada del país en Lisboa.
Apuntó que las mayores oportunidades están en agricultura, minería, turismo e infraestructuras.
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