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Abenomics en entredicho.

La economía de Japón creció un 0,2 % intertrimestral en el cuarto trimestre del 2013, lo que se traduce en una revisión a la baja desde el dato preliminar (+0,3%), debido al nuevo recalculo de los gastos de capital y consumo privado. El resultado decepcionó al mercado que esperaba se confirmara el registro del 0,3% previamente anunciado.

En términos interanuales el crecimiento se sitúa en el 0,7% frente al 1,0 % de la primera estimación. El gasto de capital subió 0,8%, una revisión a la baja desde la lectura inicial de una expansión de un 1,3%, mientras que el consumo privado creció un 0,4%, frente a la estimación inicial de un alza de un 0,5%.

Del mismo modo, Japón registró un déficit por C/C récord en enero, otro factor que podría reforzar los temores a una desaceleración económica más profunda, en medio de una debilidad de las exportaciones y un esperado enfriamiento de la demanda por un alza en los impuestos al consumo.

El déficit en cuenta corriente se amplió hasta los 1,589 Bill. de ¥ (se esperaba 1,4 Bill. de ¥) registrando así su cuarto mes consecutivo de déficit, debido principalmente a que el aumento de la demanda de energía y la depreciación del yen dispararon los costes de las importaciones.

La balanza comercial de bienes arrojó un déficit de 2.345 millones de ¥. La debilidad del yen, mejora las exportaciones (+16,7% interanual) pero, por contra, aumenta el importe de las importaciones que crecieron a un ritmo mayor (+30,3%) a causa del incremento de la compra de crudo. En enero, el yen cayó un 16,5% frente al dólar, y un 19,5% respecto al euro.

La política del Primer Ministro Abe (Abenomics) tendente a la devaluación del yen ha mejorado las exportaciones, pero también ha encarecido las importaciones y agravado la dependencia energética de Japón (importa el 90% de la energía que consume). En 2013, la balanza por C/C retrocedió por tercer año consecutivo, aunque cerró con un superávit de apenas 3,3 Bill.¥.

El debilitamiento del yen no ha resuelto el cambio sufrido por Japón que (con la parada de sus nucleares tras el accidente de Fukushima), ha pasado de ser un país exportador neto a uno importador. Desde el desastre nuclear y en medio de una corriente a nivel mundial en contra de la utilización de este tipo de energía, Japón desactivó 48 de sus 50 reactores nucleares y paralizó la apertura de nuevos proyectos. En la actualidad, Japón sólo cuenta con dos reactores operativos (Ohi-3 y Ohi-4) pertenecientes a Kansai Electric Power Company. Antes de la crisis de Fukushima, casi el 30% de la producción energética de Japón procedía de la nuclear, ahora esta fuente ha sido sustituida, principalmente, por centrales térmicas.

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