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Las sanciones empezarán “en unos días” si Moscú no acepta negociar

La UE y Rusia se quedan a un paso de una guerra comercial abierta

 Angela Merkel junto al primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk.
Angela Merkel junto al primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk. YVES HERMAN (REUTERS)

La primera cumbre europea extraordinaria desde el comienzo de la crisis de Ucrania se saldó hoy con otro paso más hacia la confrontación diplomática y comercial con Rusia, a pesar de que varios países, entre ellos Alemania, se resisten a romper del todo los puentes con el Kremlin.

La cita en Bruselas duró casi el doble de las tres horas previstas inicialmente. Y la propia evolución de la jornada fue endureciendo la respuesta europea, aunque al final se acordó una gradación en las represalias que permite parar la maquinaria si el presidente ruso, Vladimir Putin, muestra voluntad de negociación.

El primer castigo, según el presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, se activará en cuestión de días si el Gobierno ruso no comienza las negociaciones con el primer ministro de Ucrania, Arseniy Yatseniuk, a quien el Kremlin ni siquiera considera legítimo.

Si los contactos de Moscú y Kiev no se producen, bien de manera bilateral o a través de mecanismos multilaterales, la UE aplicará de manera inmediata la prohibición de entrar en territorio europeo y la congelación de bienes en entidades financieras europeas a miembros de la administración rusa todavía por determinar.

En EE UU, el presidente Barack Obama también firmó una orden que permitirá, llegado el caso, el mismo tipo de castigo (congelar bienes y suspender visados) contra dirigentes rusos.

Van Rompuy no concretó el plazo para evitar ese primer castigo, pero todo indica que las negociaciones deberían comenzar antes del 16 de marzo, fecha fijada por el Parlamento de Crimea para someter a referéndum la posible escisión de la península ucraniana y su anexión a Rusia. La UE dejó claro ayer que considera ilegal esa consulta.

La segunda batería de sanciones afectaría, según las conclusiones de la cumbre, a “una amplia serie de áreas económicas”, en lo que Bruselas anticipa que tendría unas “consecuencias muy graves para la relación comercial entre la UE y Rusia”. Esa guerra abierta comercial se desencadenará, según la UE, “si la Federación rusa da nuevos pasos para desestabilizar la situación en Ucrania”. La UE se alinearía con la administración Obama, partidaria de asfixiar al régimen de Putin si no frena la escalada militar.

El choque comercial podría tener consecuencias devastadoras, a juzgar por el tamaño de las dos economías implicadas. Las exportaciones de la UE a Rusia suponen casi 161.000 millones de euros al año, mientras que las de Rusia al bloque europeo (sobre todo energía) superan los 237.000 millones, con una balanza favorable a Moscú de más de 70.000 millones de euros en 2012. La inversión europea en Rusia, además, supuso 167.00 millones de euros en 2001, según datos de la Comisión Europea.

Daños tremendos_

Aunque el daño sería mutuo, todo indica que Rusia es la parte más vulnerable si se desencadena una escalada de represalias comerciales. La economía rusa es altamente dependiente del sector exterior y se encuentra ya al borde de la recesión. Y como subraya un análisis de Barclays, las principales empresas rusas, Gazprom o Rosfnet, dependen de los mercados internacionales para refinanciar su deuda y podrían verse en dificultades para acceder a ellos si hay ruptura con la UE o EE UU.

Del lado de la UE, el impacto sería especialmente grave para los países bálticos y los antiguos miembros del bloque soviético, como Polonia, pero esos socios lideraron ayer las llamadas a una respuesta contundente contra el Kremlin. “La UE no entiende lo que está pasando”, se quejaba a su llegada a Bruselas la presidente de Lituania, Dalia Grybauskaité, partidaria de aumentar la presión contra Putin. De no ser así, advirtió, “después de Ucrania será Moldavia y después otros países”.

Inversión y supresión de aranceles para Kiev

El primer castigo de la UE a Putin se produjo ayer y fue visual: Bruselas recibió con alfombra roja al primer ministro ucraniano, Arseniy Yatseniuk, con quien el presidente ruso se niega incluso a negociar. “Es la primera vez que recibimos así a un dignatario extranjero desde que ocupo este cargo, lo que demuestra nuestro compromiso”, señaló Heman Van Ronmpuy, presidente del Consejo Europeo desde 2010. Pero la humillación al Kremlin fue mayor si cabe porque la UE, al tiempo que amenazaba con represalias comerciales a Rusia, ofreció a Yatseniuk inversiones millonarias, supresión de aranceles que permitirán a las empresas ucranianas ahorrar hasta 1.000 millones de euros al año y un acuerdo para facilitar la concesión de visados a los ciudadanos ucranianos que deseen entrar en territorio europeo. Una alfombra roja que Yatseniuk agradeció.

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