¿Qué negocios serán rentables en 2050?
Los negocios de los alimentos (y más los modificados genéticamente), de producción de energía, ropa, automóvil y medicamentos, el comercio electrónico y los centros de atención de ancianos fuera de los sistemas de seguridad social auguran ser los más exitosos dentro de los próximos treinta años según un informe de la gestora de fondos Fidelity.
¿Las razones? Los expertos proyectan que para 2050 el envejecimiento de gran parte de la hoy población activa de los países desarrollados, el crecimiento de la población mundial, y la multiplicación de la clase media en las economías en vías de desarrollo serán los factores que determinarán la demanda en el mercado de la compra y venta.
Para entonces, España tendrá la segunda mayor tasa de adultos mayores de 65 años, lo que supondrá un peso a todos los servicios "que ayuden a prolongar la vida activa y la independencia" humana, y el consumo de la clase media será proporcional a sus dimensiones: representará el 16% de la población mundial, el doble de lo que es ahora.
Esto, concluyó un estudio sobre las tendencias de inversión y la demografía (presentado ayer en Madrid por Fidelity y la Fundación de Estudios Financieros) debería convidar a los inversores a valorar "seriamente" sus estrategias. Marginar los planes a corto plazo por unos de luces más largas. "Las compañías son muy cortoplacistas, porque tenemos obsesión con los resultados de mañana...", ha planteado Nicky Stafford, uno de los autores del ensayo, para quien "las estrategias que fusionan la comprensión de los motores demográficos y el análisis fundamental de las empresas pueden desarrollar perspectivas sólidas sobre la rentabilidad a largo plazo".
El negocio de los jubilados
En treinta años habrá más gente de entre 60 y 80 años que menores de edad. En España la esperanza de vida es de 82,33 años, ligeramente superior al del resto de la eurozona. Esto supondrá que los estados deberán aumentar su cuota presupuestaria para la tercera edad y extremar la búsqueda de capital humano y fuerza laboral.
Pero, resalta el estudio, habrá sectores productivos que se beneficiarán de ello: crecerá la demanda de fármacos contra enfermedades crónicas, la de artículos que alarguen la independencia física (audífonos, máquinas ortopédicas), y de los centros de cuido de ancianos que no dependan de los gobiernos. Los servicios financieros que aseguren jubilaciones también ganarán impulso, aunque Fidelity advierte que la política y la macroeconomía generarán “componentes de riesgo” a este tipo de negocio.
La clase emergente que se suma al capitalismo
La Fundación de Estudios Económicos ha resaltado que en 45 años la población mundial se duplicará. Con 14.000 millones de personas y ni una hectárea adicional de tierra para cultivar, la demanda de comida presionará la agricultura y, proyectan los empresarios, pondrá trabas a la soberanía alimentaria.
El hecho —según Fidelity Worldwide Investment— de que “gran parte de la tierra cultivable en el mundo en vías de desarrollo es poco eficiente” supondrá un “sólido” incremento del uso de fertilizantes, semillas modificadas para su alto rendimiento, y equipos agrícolas.
En consecuencia con su incapacidad de aprovechar la tierra para cultivar, los países emergentes serán muy atractivos para el negocio global de la comida. “El margen de crecimiento es amplio, a la vista de que las economías desarrolladas gastas 2.041 dólares per cápita en productos de primera necesidad frente a los 207 dólares del restante 86% de la población mundial”, formula el estudio.
Las organizaciones también proyectaron éxito a los inversores que apunten a nuevas tecnologías para la extracción de petróleo y de producción de otros tipos de energía, así como los que se fijen en ampliar la gama de productos de consumo discrecional (telefonía móvil, electrónicos, ropa y automóviles). A estos últimos, han dicho, los empujará la creciente clase media, que usará cada vez más la Internet para comprar. Para mitad de siglo, el 93% de ese nivel socioeconómico vivirá en países en desarrollo.