Qué pescados subirán de precio por el temporal del Cantábrico
Las pescaderías españolas han notado esta semana una reducción de la oferta del Cantábrico y Noroeste y un encarecimiento de especies como el rape o besugo, como consecuencia del temporal, que ha obligado a la flota costera a amarrar sus barcos.
El presidente de la Federación de Asociaciones Detallistas de Pescado (Fedepesca), Gonzalo González, ha explicado hoy a Efeagro que en los últimos días ha faltado el pescado fresco que capturan las embarcaciones de bajura en aguas cantábricas o del resto de Galicia.
La limitación de oferta ha provocado el encarecimiento de pescados como el rodaballo salvaje, el rape o el besugo.
González ha explicado que una vez pasada la Navidad y el período vacacional que toman los marineros tras esas fiestas, los precios parecían “volver a la normalidad” en los mostradores de los pescaderos, hasta que el temporal ha mermado el suministro de producto del norte español y esto “se ha notado”.
El responsable de Fedepesca ha explicado que el suministro de pescado en Andalucía y en el Mediterráneo “no ha fallado”.
En cualquier caso, la carencia de género del Cantábrico y de Galicia ha repercutido en las pescaderías de todo el país.
Aunque el mal tiempo se ha acentuado en las costas cantábricas, con amarre general de las embarcaciones y falta de actividad en sus lonjas, también ha afectado a otros puntos del litoral español.
Por ejemplo, la lonja de San Feliu de Guíxols (Gerona) ha pasado varios días sin subastar pescado por el mal tiempo y en el Golfo de Cádiz, los barcos de cerco tuvieron dificultades para volver a faenar con normalidad, tras el período de parada biológica.
Según las pescaderías, el abastecimiento ha afectado a un número puntual de especies y, por ejemplo, en el caso de la merluza, el pescado más popular, no ha habido problema porque también llega de caladeros europeos del Norte, a los que acude la flota de altura.
“Hemos pasado el primer asalto del temporal con un aprobado alto (en cuanto a oferta), esperamos no tener que preocuparnos en los próximos días”, ha añadido González, en referencia a los pronósticos meteorológicos que mantienen las alertas.
En cuanto a la flota, las cofradías de Galicia, Cantabria, Asturias y del País Vasco han expresado su desesperación por el encadenamiento de temporales, desde que comenzó lo que denominan un invierno desastroso y especialmente duro por falta de actividad debido al clima.
Los pescadores lamentan que no han podido trabajar con normalidad desde noviembre.
En Lugo, el patrón mayor de la Cofradía de Burela (Lugo), Basilio Otero, ha reconocido a Efe que los patrones de algunas embarcaciones tienen ya “problemas serios” para pagar a la Seguridad Social, a causa de ese parón.
Según Otero, un barco de artes menores deja de ganar cada día “entre 300 y 500 euros”, pero “en un arrastrero esas cantidades se pueden multiplicar hasta por treinta, a lo mejor entre 9.000 y 10.000 euros” por cada jornada de trabajo perdida.
La patrona mayor de la Cofradía de Ribadeo, Celia Pacio, ha manifestado que para los mariscadores la situación tampoco es buena, porque en diciembre, de trece días que podían salir a recoger percebes, sólo pudieron trabajar cinco, y en enero, de las diez jornadas permitidas para sacar erizo, sólo salieron cuatro.
Aparte de la meteorología, la costera de la caballa (xarda o verdel) mantiene en tensión a los pescadores del Cantábrico, que auguran que el reparto de sus capturas va a ser problemático.
En este punto, la última novedad es la declaración de los armadores de cerco de Cantabria, quienes han rechazado que se distribuyan la caballa y el jurel (chicharro) de forma individual, por considerar que el sector no está preparado para un cambio en la gestión del recurso.
Esto significaría que este sector cántabro se une a las flotas de Asturias y de Galicia, partidarias de un reparto “lineal” como se ha hecho hasta ahora; por el contrario, en el País Vasco defienden criterios históricos