Bruselas y Google firman la paz sin multas ni castigos para el buscador
El expediente de la Comisión Europea contra Google se extinguió casi por agotamiento de las dos partes, para disgusto de unos denunciantes que además de alcanzar una cifra récord (hasta 18) habían soñado con un castigo ejemplar al buscador de la envergadura del sufrido por Microsoft hace 10 años. A la compañía de Bill Gates se le impuso una sanción de casi 500 millones de euros por abuso de posición dominante y se le obligó a abrir a la competencia el mercado de navegadores en internet.
En el caso de Google, el expediente por abusar presuntamente de su posición dominante en el mercado de buscadores nunca llegó a despegar del todo. Y desde el comienzo, como reconoció ayer el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, Bruselas se decantó por resolver el caso por la vía amistosa.
“La confrontación”, señaló el comisario, “hubiera dilatado durante años el proceso, generado incertidumbres y no hubiera obtenido ningún resultado a corto plazo para los consumidores”.
Finalmente, tras tres años de investigación, la CE aceptó ayer una solución amistosa, que convertirá en legalmente vinculantes los compromisos ofrecidos por el buscador. Entre ellos destaca la de que Google garantizará durante cinco años que los servicios de tres de sus competidores aparecerán de manera “clara” y en condiciones similares a las de sus propios servicios en búsquedas, por ejemplo, de hoteles, restaurantes o vuelos.
Las organizaciones europeas de consumidores calificaron como “profundamente decepcionante” la oferta de Google aceptada por la Comisión. Y los denunciantes del buscador, entre los que figura Microsoft, se indignaron ante la decisión de Bruselas de aceptar los compromisos sin consultarles como hizo tras las dos anteriores ofertas de la compañía dirigida por Eric Schmidt. “Sin la revisión de terceros, Almunia se arriesga a dejarse engañar con Google”, advirtió la plataforma Icomp, que agrupa a varias de las empresas que presentaron quejas y han impulsado el caso contra el buscador.
“En algún momento había que tomar la decisión”, señaló Almunia. “Si siguiéramos recibiendo ofertas de Google y sometiéndolas a consulta, entraríamos en un bucle interminable”, añadió el comisario.
Trámite final
Bruselas, como prescribe el Reglamento de antitrust, se limitará ahora a informar a los denunciantes sobre los compromisos ofrecidos por Google para despejar las inquietudes de la CE y a explicarles por qué no dará continuidad al resto de quejas planteadas.
Almunia aseguró que esperará a recibir la respuesta de esos denunciantes antes de hacer oficial el acuerdo con Google. Y aunque el comisario aseguró que no se trata de un “trámite inútil”, dejó claro que el acuerdo solo se podría reabrir en caso de que le presenten “argumentos muy poderosos”.
Una posibilidad bastante remota porque el comisario defendió el alcance y trascendencia de lo acuerdos alcanzados. “Ninguna otra autoridad, ni siquiera la de EE UU, ha logrado concesiones similares”, señaló. Y aseguró que la tercera oferta de Google presenta “sustanciales mejorías en relación con las dos ofertas rechazadas el año pasado”, aunque solo puso dos ejemplos en la rueda de prensa.
Almunia también concedió especial relevancia a la futura supervisión de los acuerdos alcanzados con Google. Para ello, la CE nombrará un asesor independiente que, durante los cinco años de duración del acuerdo, velará por su cumplimiento. Almunia recordó que la violación de esos acuerdos le supuso a Microsoft una multa de más de otros 561 millones de euros. Pero en el caso de Google, el mercado de búsquedas varía a tal velocidad que también el cumplimiento de los compromisos o su violación será difícil de verificar.
Las concesiones hechas por el buscador
El acuerdo entre Bruselas y Google ha llegado después de que el buscador presentara una tercera propuesta, con concesiones que Almunia calificó de “sensiblemente mejores” que las dos anteriores.
En la nueva y definitiva propuesta, el gigante de internet se compromete a garantizar que, siempre que promocione sus propios servicios especializados de búsqueda en su página web (como por ejemplo hoteles o restaurantes), también mostrará los servicios de tres competidores, seleccionados a través de un sistema automatizado y objetivo, de forma “comparable” a los suyos.
“Comparable no quiere decir trato idéntico. No es lógico pedir tratar a los rivales exactamente igual que a sus propios servicios”, matizó Almunia, quien recordó que su misión “es proteger la competencia en beneficio de los consumidores, no de los competidores”.
El comisario señaló que algunos de los denunciantes abogaban por prohibir incluso que el buscador despliegue automáticamente la oferta de sus servicios. Pero Almunia lo descartó porque “nuestro objetivo no es interferir en el algoritmo de Google”.
En segundo lugar, el buscador se compromete a ofrecer a todas las empresas, incluidos los medios de comunicación, la posibilidad de vetar el uso de sus contenidos en los servicios especializados del buscador.
Google también renuncia a la exclusividad que imponía en contratos de publicidad. Y en cuarto lugar, el buscador se compromete a permitir la migración de las campañas publicitarias desde su plataforma AdWords a otras plataformas.
Los cuatro compromisos estarán en vigor cinco años. Su violación puede acarrear multa de hasta el 10% de la facturación de Google.
Los editores de prensa europeos critican con dureza el acuerdo
Los medios de comunicación europeos criticaron ayer con dureza el acuerdo de la CE y Google. En un duro comunicado remitido por la Asociación de Periódicos Europeo (ENPA), estos señalaron que “las propuestas de Google a día de hoy no impiden el mantenimiento abusivo de la promoción de los servicios de Google, sino que precisamente consagran la legalización de este favoritismo”. Añaden que con este pacto el buscador mantendrá “inalterada” su capacidad para degradar a su discreción a sus rivales en los resultados del buscador. Por este motivo, la ENPA y la Asociación de Revistas Europeas (EMMA) urgen a la CE a asegurar “un proceso completo, abierto y transparente de valoración por los terceros interesados de los compromisos formulados por Google”.
“Si el Comisario decide legitimar el comportamiento anticompetitivo de Google, ello tendrá un efecto devastador para el desarrollo y mantenimiento no solo de la prensa independiente sino también del conjunto de las industrias creativas europeas”, indicó el presidente de la ENPA, Ivar Rusdal.
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