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La nueva metodología de las balanzas fiscales

¿Los catalanes se benefician del gasto del Estado en el Museo del Prado?

De la Fuente, el experto que ha ideado la nueva fórmula, califica de "chazupa" los cálculos de la Generalitat Hacienda quiere contrarrestar el discurso nacionalista con las balanzas fiscales

El Museo del Prado en Madrid.
El Museo del Prado en Madrid. Pablo Monge

El cálculo de las balanzas fiscales ofrece problemas de difícil solución e imposible acuerdo entre los expertos. Por ejemplo, ¿a qué comunidad se imputa el gasto del Estado en el Museo del Prado? Es cierto que se encuentra en Madrid y es la economía de esa comunidad quien aprovecha los ingresos derivados de los turistas que visitan el museo. Sin embargo, los expertos que han ideado la nueva metodología para calcular las balanzas fiscales defienden que estas instalaciones también “benefician en alguna medida a todos los españoles”. Así, han optado por imputar el 75% del gasto en el Museo del Prado a Madrid y, repartir el 25% entre el resto de comunidades. La misma fórmula se utiliza para todos los museos o edificios como el Liceo de Barcelona.

¿Y el gasto en construcción y mantenimiento de infraestructuras? La nuevas balanzas fiscales imputarán la inversión en función de los beneficiarios últimos. Es decir, “con la ayuda de indicadores de tráfico de pasajeros (por lugar de residencia) y de mercancías (por origen y destino) se atribuirá el gasto en función de la comunidad”. La idea de fondo es que si los catalanes se benefician de, por ejemplo, la Terminal 4 de Barajas, debe imputarse a Cataluña parte del gasto. La Generalitat, en cambio, es partidaria del llamado enfoque flujo monetario, donde las inversiones se asignan en su totalidad en el terriotorio donde se realizan. Sin embargo, el enfoque carga-beneficio entiende que una carretera construida en, por ejemplo, Badajoz, no solo beneficia a los extremeños. Por lo tanto, debe imputarse parte del gasto a otras comunidades, cuyos ciudadanos también pueden disfrutar de la carretera. ¿Y cómo se hace metodológicamente? Los expertos reconocen en el informe la dificultad y señalan que la imputación se realiza "un poco a ojo".

Hacienda presentará en marzo las balanzas fiscales, a pesar de que se especuló con la posibilidad de que se dejara de publicar esa cifra. El propio ministro contribuyó a ello cuando dos semanas atrás anunció que las balanzas fiscales pasarían a denominarse " “sistema de cuentas territorializadas”. 

Sin embargo, todo se limita, que no es poco, a un debate nominativo y metodológico. Los profesores universitarios Ángel de la Fuente, Ramón Barberán y Ezequiel Uriel han ideado un nueva fórmula para calcular los saldos fiscales con un mayor nivel de detalle y que han optado por denominar “cuentas territorializadas”. La metodología gustó en Hacienda, sin embargo, como han señalado sus autores con escaso éxito, las balanzas fiscales no desaparecen. Las cuentas territorializadas seguirán ofreciendo el dato sobre lo que aportan los ciudadanos de una comunidad a las arcas de la Administración central y lo que reciben del Estado, aunque la fórmula de cálculo utilizado rebajará el déficit fiscal denunciado por la Generalitat.

Los expertos señalan que la imputación territorial del gasto en transporte se realiza "un poco a ojo" 

El ministerio de Hacienda no oculta –y tampoco los profesores que han ideado la fórmula– que uno de los principales objetivos de las nuevas balanzas fiscales pasa por contrarrestar el discurso nacionalista e independentista catalán, que denuncia que la comunidad sufre un “expolio fiscal”. Se trata de rebatir el eslogan del “España nos roba”, reconocen fuentes del Ejecutivo.

Por lo tanto, habrá balanzas fiscales, sin embargo, la metodología ideada no gustará en la Generalitat. Los expertos elegidos por Montoro realizan su cálculo con el enfoque carga-beneficio. En este caso, las inversiones del Estado se imputan en función de quién se beneficia de ellas. Así, la construcción de una carretera en Badajoz se asigna en su mayoría a Extremadura, pero también a otras comunidades en la medida en que sus ciudadanos pueden utilizarla. Por otra parte, los ingresos se imputan en el territorio donde reside el contribuyente que soporta la carga tributaria. La Generalitat de Cataluña, en cambio, es partidaria del enfoque flujo monetario, donde las inversiones se asignan a la comunidad en la que se realizan y los ingresos se atribuyen también en el lugar donde se genera el impuesto. Por ejemplo, si un extremeño consume en Cataluña, el IVA pagado se imputa a la Generalitat. Con el enfoque del flujo monetario, el Ejecutivo de Artur Mas calculó que la Generalitat presentaba un déficit fiscal de 16.500 millones.

De la Fuente calificó ayer de “chapuza” la metodología utilizada por Cataluña y denunció que no tiene en cuenta que servicios como los de Defensa o Exteriores benefician también a los catalanes. Este experto señala que el gasto que realiza el Gobierno en, por ejemplo, las embajadas, debe imputarse en parte también a Cataluña. Fuentes del Ejecutivo califican de “propaganda nacionalista” los informes elaborados por la Generalitat. A pesar de estas críticas, el Gobierno de Artur Mas también presenta las balanzas fiscales con el enfoque carga-beneficio. Con esta metodología el resultado es un saldo negativo de unos 11.000 millones.

De la Fuente aseguró que los resultados con la fórmula ideada por él mostrarían un resultado similar a los 11.000 millones. En cualquier caso, los expertos elegidos por Montoro recuerdan que esa cifra ofrece poca información y defienden establecer saldos fiscales en función de ciertas políticas de gasto. La idea es prestar especial atención a las partidas que tienen una lógica territorial.

Por otra parte, los datos brutos que permiten calcular las balanzas fiscales se han colgado en la web del Ministerio de Hacienda y, por lo tanto, las comunidades y expertos que quieran podrán calcular los saldos con metodologías alternativas. Esto solo acaba de empezar.

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