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10 recomendaciones para estudiantes Erasmus

Ya tenemos detalles del plan Eramus Plus, el programa de referencia para el intercambio de estudiantes en el ámbito universitario. La UE aportará fondos para 30.000 becas, mientras que el Ministerio de Educación financiará otras 10.000 con condiciones particulares, como son tener aprobados 60 créditos (un curso completo) y el nivel B2 del idioma del país destino. España es uno de los destinos preferentes de los estudiantes europeos. Recibe, cada curso académico, alrededor de 39.000 estudiantes. También somos uno de los países que más universitarios envía fuera.

En mi opinión, el programa Erasmus es la acción de diplomacia pública que más ha contribuido a crear identidad europea. La experiencia de conectar generaciones de europeos en su periodo de formación para que aprendan juntos tiene un impacto incalculable en el sentimiento europeo. Por eso, y probablemente porque yo también fui Erasmus, soy fiel defensor del programa de movilidad.

Cada año animo a mis estudiantes a salir fuera, a "desenroscarse la boina" como decía un antiguo compañero mío. Hay que moverse para salir del aislamiento e internacionalizar nuestras mentes. Cada año elaboro un discursito para mis alumnos con el ánimo de fomentar su participación en estas u otras becas parecidas. Por eso, el libro ¿Qué es el programa Erasmus? De Emilio García Prieto me ha interesado. El autor tiene una extensa trayectoria profesional como profesor y como gestor de programas de educación internacional. Sus ideas, comentarios y recomendaciones son precisas, muy útiles para quienes tenemos que promover el programa entre el alumnado. También es una buena guía de cifras y datos para comprender las dimensiones del programa y las razones de 25 años de éxito.

Me quedo con sus diez recomendaciones para el buen disfrute del programa Erasmus. La primera es el espíritu emprendedor. Para muchos, supone la primera emancipación del hogar familiar. Es una aventura en todos los sentidos porque siempre aparecen situaciones inesperadas, aprendemos a gestionar la incertidumbre, hay pocos recursos y muchos planes. Saber combinar estos elementos es garantía de éxito. Este espíritu se concreta en la apertura de mentes. Hay que querer conocer nuevas culturas, nuevas costumbres y formas de actuar. Es la adquisición de nuevas competencias y favorece la comunicación intercultural. Una persona que disfruta de la beca Erasmus incrementa su capacidad de empatía, una competencia esencial en el mundo del siglo XXI.

La experiencia Erasmus tiene que favorecer el desarrollo de la competencia lingüística. Se recomienda llevar un nivel básico adquirido para que el estudiante pueda avanzar. Por eso, es recomendable tomar un curso previo. El objetivo ideal sería ser capaz de trabajar en ese mismo país al finalizar la estancia. Por eso, hay que elegir bien la institución. No importa si es grande o pequeña, si un semestre u otro, sino saber qué queremos conseguir durante la experiencia. En tiempos de redes sociales, podemos conocer al detalle la realidad que nos vamos a encontrar. Localiza comunidades online, contacta con los antiguos alumnos de tu Facultad y habla con los profesores.

Hay que empezar bien desde el principio y organizar bien la estancia. Esto significa llegar con suficiente antelación al país, acercarse inmediatamente a las oficinas receptoras de la universidad destino, hacerse con los papeles y la documentación (carnets, horarios y demás). Así podremos aprovechar mejor la estancia, potenciar el rendimiento académico, ampliar la red de contactos e integrarse en el país destino. Es el momento de probar e innovar, conocer la literatura y el cine local, conocer nacionales, probar su comida y trata de motivarse cada día. Ya habrá tiempo de volver a las redes de contacto de nuestra universidad de origen.

Se trata de construir Europa. El programa ha contribuido a crear Europa y cada estudiante que disfruta de la beca es un éxito, un paso hacia delante en la construcción del sueño europeo. Hay que ser conscientes del éxito que esto conlleva. El autor sugiere que si se puede hay que repetir con una estancia para prácticas, que es la oportunidad de crecer profesionalmente, abrirse un hueco en el mercado laboral y cimentar un futuro desarrollo competitivo. Por último, el autor recuerda que la experiencia Erasmus consiste también en disfrutar. La parte lúdica también es relevante porque en pleno proceso de formación académica y de la persona, salir fuera del entorno generará experiencias irrepetibles.

El libro está dirigido a todos los públicos, sí, pero yo desde aquí lo recomiendo a los futuros becarios. Que aproveche.

Sígueme en @juanmanfredi

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