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Afecta a 29 entidades de toda la UE

Bruselas prohibirá que los grandes bancos se jueguen los depósitos en derivados

A cambio, permite la convivencia de banca comercial y de inversión en una misma entidad Santander y BBVA, entre los bancos afectados

El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, en una imagen de archivo. REUTERS/Francois Lenoir (BELGIUM - Tags: POLITICS BUSINESS HEADSHOT) EU-FINANCE/
El comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, en una imagen de archivo. REUTERS/Francois Lenoir (BELGIUM - Tags: POLITICS BUSINESS HEADSHOT) EU-FINANCE/REUTERS

El reglamento, a cuyo texto ha tenido acceso CincoDías, estipula que los bancos “no podrán negociar con instrumentos financieros ni materias primas en beneficio propio” (el llamado propietary trading). La norma sí permite que inviertan a su favor en deuda pública, “para evitar las consecuencias negativas en un mercado tan crucial”.

La prohibición, sin embargo, no afectará de entrada a todas las entidades financieras. En principio, solo atañe a entidades designadas como de importancia sintética mundial o a las que superen cierto volumen de activos (30.000 millones de euros, según el proyecto) o cuya cartera de negociación suponga un 10% del total de activos.

Los datos de la Comisión muestran que solo 29 entidades de las casi 8.000 que operan en Europa cumplirían esas condiciones, entre ellas, Santander y BBVA. El resto podrían seguir exponiéndose, aunque el reglamento faculta a las autoridades nacionales a extender la prohibición del propietary trading siempre que perciban un riesgo.

La norma intenta evitar que se repita la experiencia de la actual crisis financiera. En 2008, la caída del banco estadounidense Lehman Brothers arrastró a varias entidades europeas (en Alemania, Holanda o Bélgica) que habían invertido en derivados, titulizaciones de hipotecas, etc. La debacle puso en peligro a los clientes con depósitos en esas entidades, que solo salvaron sus ahorros gracias a la intervención multimillonaria de los respectivos Gobiernos.

La norma europea, sin embargo, no ataja del todo ese riesgo porque permitirá que sigan conviviendo en la misma entidad la actividad tradicional de la banca comercial (recogida de depósitos y concesión de créditos) con la más sofisticada de la banca de inversión (titulizaciones, inversión en fondos privados, compraventa de derivados...).

La separación de actividades se decidirá caso por caso, cuando los supervisores nacionales aprecien riesgo o detecten operaciones camufladas en beneficio de la entidad.

La CE se aparta del modelo de EE UU, mucho más estricto

El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, ha decidido desmarcarse de EE UU, donde la llamada ley Volcker establece una separación bastante tajante entre banca comercial y de inversión. Bruselas asegura que la estructura del mercado financiero europeo desaconseja esa medida, pues podría dañar un canal que financia al 80% de las empresas (en EE UU solo al 25%).

La CE ni siquiera ha seguido el consejo del llamado informe Liikanen, encargado por Barnier al gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen. Ese informe planteaba la separación estructural de la banca comercial y la de inversión a partir de cierto volumen de activos. Bruselas ha optado solo por conceder esa potestad a los supervisores financieros, que decidirán caso por caso si un banco asume demasiados riesgos y debe ser, por lo tanto, escindido.

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