El banquero que pidió perdón
Si estuviera viendo que se acercaba un tsunami, pero mi presidente (ahora expresidente) me dijera, tranquilo, no va a pasar nada, yo me lo creería. Castellano es un hombre que irradia tranquilidad. Nunca traslada a sus colaboradores síntomas de nerviosismo o estrés. Y siempre tiene su puerta abierta para que entre cualquier persona. Todos los trabajadores de Novagalicia Banco han tenido ocasión de sentarse con él y charlar, exponer sus problemas o ideas”. Estas declaraciones han sido realizadas por una persona que apenas lleva dos años y medio trabajando con él, pero su opinión coincide con la de casi todos sus colaboradores.
José María Castellano es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de La Coruña. En su dilatada vida profesional ha ocupado diversos puestos ejecutivos en empresas y en el sector financiero, pero siempre impuso una condición, quería seguir dando clases en la universidad. Es lo que más le ha gustado y de lo que más se siente orgulloso, de su perfil docente. Pero, pese a esta facultad para impartir clases, Castellano sigue siendo un hombre muy tímido, con lo que provoca inicialmente un cierto rechazo al creer que es una persona muy seria. “Pero es todo lo contrario, es muy guasón y le encanta contar chistes. Eso sí, los que cuenta son muy malos, y no tiene nada de gracia contándolos, los destroza”, explica uno de sus colaboradores.
Puede que sea por esta condición de profesor, puede que sea también por su delicada salud de hierro, que le ha hecho pasar varias veces por el quirófano para reparar su desobediente corazón, lo que ha impregnado su carácter de hombre tranquilo, reposado y reflexivo, que sabe escuchar y hacerse escuchar, según aseguran todas las personas que le conocen. También puede que por esta delicada fortaleza, uno de sus hijos se convirtiera en un destacado cardiólogo.
Hace una semana, este internacional gallego (durante un año y medio se pasó la mayoría del tiempo fuera de España buscando fondos para que entraran en el capital de Novagalicia) dejó su gran proyecto gallego, Novagalicia Banco. Eso sí, aunque no entraba entre sus planes abandonar en estos momentos la entidad salvo que fuera comprada por un gran banco español, Castellano ha logrado su objetivo, que la firma gallega pueda mantener su independencia y no ser absorbida ni por Santander ni por BBVA ni por La Caixa. Castellano apostó por el fondo Guggenheim para que adquiriera NCG, pero cuando apareció en el escenario el venezolano Banesco, el ya expresidente de Novagalicia defendió esta oferta, incluso delante de Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta.
Hasta el día de la adjudicación de Novagalicia a Banesco, el equipo del FROB apoyó la labor de Castellano en la firma gallega. Ideó los procesos de arbitraje para que los preferentistas tuvieran alguna posibilidad de recuperar sus ahorros y ha sido el único banquero que se ha atrevido a hacer una campaña para pedir perdón públicamente a los clientes de Novagalicia por la venta de preferentes por parte de los anteriores gestores de la firma gallega. “Antes de nada, pedir perdón”, esa fue su declaración de principios.
Su refugio ahora es Ono, la empresa de telecomunicaciones de banda ancha que opera en España y que Castellano preside desde 2008, aunque abandonó las funciones ejecutivas en 2011, poco después de ser nombrado presidente ejecutivo de Novagalicia. Ysu reto más inmediato es, precisamente, sacar a Bolsa esta empresa controlada por firmas de capital riesgo.
También sigue siendo presidente de Evo Banco, firma creada por él y por el también saliente consejero delegado de Novagalicia, Cesar González-Bueno. Este banco, adquirido por el fondo estadounidense Apollo el pasado año, fue también uno de los múltiples proyectos innovadores creados por Castellano y su equipo para evitar el cierre de más oficinas (las que estaban fuera de Galicia, León y Asturias) en Novagalicia e intentar minimizar la salida de empleados tras recibir casi 9.000 millones de euros en ayudas públicas. Pero varias fuentes apuntan a que sus días en esta entidad están contados.
Le gusta leer, sobre todo historias del Imperio Romano. Es muy austero, y diariamente hace deporte, “por prescripción médica”, dice. Su lugar favorito para ejercitar sus músculos, su casa.
Su trayectoria profesional comienza como director de sistemas de información en Aegon España. Más tarde, entre 1974 y 1984, ocupó el puesto de director financiero y director general del grupo de procesos cárnicos Conagra. Fue consejero de Inditex desde 1985 hasta 2005, compañía en la que ejerció como vicepresidente y consejero delegado. Durante ese periodo gestionó su expansión internacional y participó en su salida a Bolsa. Pero algo ocurrió que le distanció del que fuera hasta entonces su amigo y presidente de Inditex, Amancio Ortega.
Algo pasó también entre Castellano y Juan Carlos Escotet, presidente de Banesco, que ha derivado en su inmediata salida de NCG. El expresidente de Novagalicia ha decidido abandonar la entidad sin esperar un periodo transitorio ni aceptar el ofrecimiento de Escotet para permanecer como consejero en NCG. Castellano, nacido en 1947 en La Coruña, fue, además, consejero de Argentaria Corporación Bancaria de España. Entre 2002 y 2005 fue miembro de la junta directiva de Fadesa, y de 2005 a 2008 ejerció como consejero en varias compañías, entre ellas, Ono, Puig, Tous, Adolfo Domínguez o el banco de inversión Rothschild. Entre 2007 y 2009 fue presidente de la Fundación Bankinter, y de 2009 a 2011 ocupó la vicepresidencia de La Voz de Galicia. Uno de sus mejores amigos, Juan Arena, expresidente de Bankinter y ya exconsejero de Novagalicia. Ambos comparten aficiones y un carácter similar.