La periferia 'resucita': la deuda de España, Portugal e Irlanda toca mínimos
Calma tras la tormenta. La distensión en el mercado de deuda llevó el lunes el interés del bono español a diez años por debajo del 3,7% por primera vez desde 2006. Ayer, aunque la rentabilidad en el mercado secundario repunta y vuelve a superar esa frontera, el Tesoro ha logrado colocar cerca de 4.000 millones en letras a seis y doce meses con intereses más bajos que en la anterior subasta. El comportamiento de los mercados en los últimos meses muestra un cambio de percepción sobre los países de la periferia de Europa, los llamados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España, cerdos en inglés) por algunos medios financieros en el momento álgido de la crisis de la deuda.
Las tensiones en torno a la deuda soberana de estos Estados fueron de tal magnitud que llegaron a poner en duda la propia supervivencia del proyecto del euro. Tras sendos rescates millonarios a la economía irlandesa, portuguesa y griega y a parte del sector financiero en España, la percepción de los inversores ha cambiado y lo peor de la crisis parece quedar atrás. Las agencias de calificación dan señales de esa visión menos pesimista de la periferia europea. La semana pasada, Moody´s mejoró la calificación de Irlanda hasta Baa3, fuera del bono basura. En el caso de España, no ha habido revisión de la nota por parte d ninguna de las principales agencias de calificación, pero sí han mejorado su perspectiva de negativa a estable.
Si el lunes fue el bono español a diez años el que consiguió rebajar una resistencia que se le atragantaba desde antes de la crisis, aunque no ha logrado de momento consolidarse por debajo de ella, la deuda portuguesa también ha alcanzado un nuevo hito. La rentabilidad del bono luso a 10 años se sitúa en el 4,96%. Es la primera vez que consigue bajar del 5% desde 2010. El bono portugués empezó el año en el 6,13%. En las tres semanas que llevamos de 2014, el cambio de sentimiento de riesgo sobre la Europa periférica ha empujado a la baja el interés que Portugal debe pagar para colocar su deuda.
Irlanda, el segundo país europeo en recibir el rescate, ha sido también el primero en abandonarlo y volver con normalidad a financiarse sin ayuda en los mercados. El bono irlandés a diez años llegó a alcanzar un interés superior al 14% en julio de 2011. En tres años, el panorama ha mutado por completo. Hoy, la rentabilidad del bono irlandés a diez años es del 3,21%, su mínimo desde 2005.
Grecia, país que ha necesitado dos rescates (y para el que no se descarta una tercera línea de ayuda) se suma con bastante más timidez a este nuevo escenario para los países periféricos, pero no es ajeno a él. Aunque continúa con las puertas de los mercados de deuda a largo plazo cerradas a cal y canto, el país heleno también está percibiendo estos nuevos aires. La semana pasada, colocó 1.625 millones en letras a 3 meses al 3,75%. El interés del bono a diez años se disparó en febrero de 2012 hasta el 37,1%. Ahora se encuentra en el 7,94%. Un nivel muy elevado, pero que se mueve en mínimos para el bono griego con vencimiento a una década desde mayo de 2010.
Un país que se ha visto sacudido por las turbulencias de la crisis de deuda en la Unión Europea es Italia. La deuda soberana del país transalpino alcanzó su máximo en noviembre de 2011 (7,2%). En los últimos meses, ha caminado parejo a la deuda española. Durante buena parte de la crisis, la rentabilidad del bono español a diez años ha estado por encima del italiano. En verano del año pasado, la deuda española logró revertir esta situación. Ahora, los costes de financiación son algo menores para España. El interés del bono español a diez años es del 3,72%, mientras que el italiano está en el 3,82%. El bono transalpino comenzó el año en el 4,12%.