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Su presupuesto se ha reducido desde 2008 en 500 millones de euros

Problemas por mar y aire para una Armada limitada por los recortes

La entrega del primer submarino S 80 puede retrasarse dos años La vida útil de los cazas con los que cuenta culmina en 2025 y no hay sustitutos

Un futuro ilusionante, pero no exento de dificultades

"La hora de la meridiana es una vieja y saludable costumbre en la Armada”, comentó ayer el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Jaime Muñoz-Delgado, en un encuentro celebrado en Madrid con periodistas para repasar la situación de la Armada española. Con sextantes en la mano los principales oficiales observaban el Sol al mediodía para obtener con la mayor exactitud posible la situación de la embarcación. Momento que aprovechaban otros oficiales para “tomar algo y hablar de lo divino y lo humano”. ¿De qué hablan hoy los oficiales de la Armada española a la hora de la meridiana? Posiblemente de problemas varios, por mar y por aire.

La Armada española afronta su ejercicio más austero en años marcado por la crisis del submarino S 80 y la posibilidad de que entre 2020 y 2025 se quede sin cazas operativos. Muñoz-Delgado se refirió ayer a un “futuro ilusionante, pero no exento de dificultades”.

El proyecto de la Armada española más ambicioso en décadas, la construcción, encargada a Navantia, de cuatro submarinos S-80, encalló a mediados del pasado año. Problemas de sobrepreso han retrasado la entrega prevista para este año del primer submarino de esas características, que cuenta con un presupuesto total de 2.136 millones de euros.

La Armada asume que la primera entrega se puede retrasar dos años. “Los problemas están en vía de solución, el sobrepreso se arreglará alargando el submarino... Sería demasiado osado dar ahora una fecha, pero será uno de los mejores submarinos del mundo”, aseguró el Almirante. Preguntado sobre si considera que algún responsable debería explicar en el Congreso lo sucedido en la construcción de los submarinos, Muñoz-Delgado dijo que él estaría “encantado de ir”, aunque añadió que ese “no es mi cometido”.

La Armada cuenta con una flota de 16 cazas Harrier. El diario El País publicó hace dos semanas que se han dado de baja cuatro de estos aviones por falta de fondos para mantenerlos y actualizarlos. El Ajema admitió ayer la posibilidad de que en un horizonte de diez años la Armada pudiera quedarse sin cazas. La vida útil de los Harrier con los que cuenta ahora se estima que concluirá entre 2020 y 2025. Y para sustituirlos, explicó Muñoz-Delgado “la única alternativa que existe ahora en el mercado son los cazas JSF”. Se trata de los F-35, desarrollados por el programa estadounidense Joint Strike Fighter (JSF), un proyecto al que actualmente, señaló el Almirante, es muy difícil que España se sume al no haber participado en el mismo desde el principio y por su elevado coste.

La incógnita que rodea al futuro de la presencia de cazas en la Armada es tal que en una diapositiva presentada ayer sobre una previsión de sus efectivos en 2025, el apartado en el que debía aparecer el número de estos aviones estaba vacío.

Cantabria abre las puertas a Navantia en Australia

No todo fueron ayer malos presagios sobre el futuro de la Armada española. El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Jaime Muñoz-Delgado, destacó el proyecto de construcción de fragatas 110, el más importante de cara al futuro junto con los submarinos S 80. Se trata de fragatas que pueden cumplir de sobra funciones de escolta y participar también en acciones de guerra electrónica o de seguridad naval.

El Ajema subrayó el éxito de la experiencia obtenida en Australia con el buque Cantabria. La Real Marina Australiana (RAN) se interesó por el buque español y firmó en noviembre de 2013 un acuerdo con la Armada española para el despliegue durante un año del Cantabria en Australia y poder observarlo en acción. La RAN ha financiado todos los gastos, y durante un año el buque español, que recientemente ha llegado a Ferrol, ha participado en 58 maniobras permaneciendo 352 días fuera de la base, realizando 215 días de mar y suministrando más de 12.000 toneladas de combustible. El Ajema aseguró ayer que las autoridades australianas han quedado plenamente satisfechas con el rendimiento del buque español. Lo que podría facilitar a Navantia la adjudicación de la construcción de este tipo de barcos para la armada australiana. “La Armada española”, señaló el Ajema, “no es agente comercial de la industria española, pero con el uso del Cantabria en Australia se han demostrado sus posibilidades”.

El buque de aprovisionamiento de combate Cantabria, que lleva ese nombre a petición del expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, botado en 2008, fue construido en la fábrica de Navantia en Puerto Real.

Portaaviones Príncipe de Asturias

La Armada española ha recibido varias llamadas de inversores potenciales interesados por el portaaviones Príncipe de Asturias, que ha sido dado de baja recientemente. El Almirante Jaime Muñoz-Delgado señaló ayer que la Armada y Navantia estarían “encantados” de que se vendiera, pero advirtió que “no es fácil operar un barco así”.

La Armada “sigue con su plan de desguace”, dijo el Ajema, puesto que “no hay ninguna oferta”. El Príncipe de Asturias fue construido en los astilleros de Ferrol y entró en servicio en el año 1988.

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