Los bancos no tienen ya excusa para frenar el crédito
Ha comenzado el año de la esperanza. El ejercicio en el que todos los sectores de la economía han diseñado su estrategia y presupuestos con previsiones al alza, bajo el prisma de la recuperación. Y de momento, las estimaciones no solo están cumpliendo los objetivos, sino que las están superando. Uno de los hechos que hace tan solo un mes podría considerarse un espejismo o un deseo más que una realidad era la posibilidad de que se reabriese el mercado de emisiones en España tras un parón de varios meses la segunda semana del año. Y no solo ha sucedido esto, sino que las entidades que han logrado abrir la primera ventana de las emisiones han sido dos firmas nacionalizas, BMN y Bankia. Los dos bancos han sido los primeros en marcar el camino al resto de entidades.
Lo lógico y hasta ahora lo habitual era que Santander, BBVA o Caixabank fueran las entidades que abriesen el mercado de las emisiones en España. Y tras ellas les siguiera el resto de los bancos. Pero en esta ocasión ha sido al revés, y encima con una acogida fuera de lo normal. La firma que preside Carlos Egea se convirtió en la primera entidad española de capital público que emitió deuda. 500 millones de euros en cédulas hipotecarias, que recibió una demanda de más de 1.600 millones. Le siguió Bankia, con la colocación de 1.000 millones, aunque la demanda superó los 3.500 millones.
Varios expertos destacan lo insólito de la apertura del mercado, y la vuelta de los inversores internacionales al sector financiero español. Hace un lustro que la crisis financiera y económica comenzó a azotar al tejido producto y al bolsillo de los españoles. Y hace casi un lustro que comenzó la caída de las cajas de ahorros, y que al final ha derivado en la desaparición de muchas de ellas, en la transformación completa del sector y en la nacionalización de otras, caso de Bankia, una de las entidades incluidas en el grupo de las grandes.
Y ahora ha sido esta entidad la que ha contribuido a devolver la confianza del mercado hacia España. Curioso cuando fue una de las principales causas de la desconfianza de los inversores institucionales hacia el país.
También es curioso que sea un banquero prejubilado, José Ignacio Goirigolzarri, y su equipo, encabezado por José Sevilla, como gran parte de la cúpula actual de Bankia, salientes de BBVA hace también casi un lustro, los que han conseguido abrir el mercado de deuda, y que haya sido su antigua casa, el banco que preside Francisco González, el que siguió los pasos a la antigua caja de ahorros y realizar la tercera emisión de deuda del sector al día siguiente.
Eso sí. Las condiciones de la emisión de BBVA eran mejores que las ofrecidas por la firma que preside Goirigolzarri, ex consejero delegado del segundo banco español.
La noticia de la apertura del mercado de deuda, unida al despegue de la Bolsa, y sobre todo a las mejores perspectivas de la economía del país, cierran cada vez más los argumentos de la banca para no abrir el grifo del crédito.
Además, todos los bancos presumen de altas dosis de liquidez y de buenas intenciones para facilitar financiación a las empresas y familias, y dentro de este capítulo, a las pymes, principal motor de la economía del país.
Pero si estos argumentos no son suficientes para que la banca inyecte el mercado de crédito este año, habrá que recordar otros de los grandes argumentos del sector para hacer todo lo contrario, para contraer la financiación.
Hasta no hace mucho los bancos aseguraban que si el Gobierno no les permitía contabilizar como capital de primera categoría los activos fiscales diferidos (DTAs en sus siglas en inglés) no podían conceder más crédito. Si se vetaba el capital también se vetaba el crédito.
Y añadían en su argumentario, que los 50.000 millones de capital que consideraban que se debía activar como consecuencia de los créditos fiscales o activos fiscales que tenían reconocidos derivarían en 500.000 millones de euros en crédito. El Gobierno al final ha aprobado la activación de 31.000 millones de euros en DTAs en capital, lo que siguiendo los cálculos del sector, supone poder inyectar 310.000 millones de euros en créditos en la economía real.
Y si todo esto no fuera suficiente justificación para activar la financiación existen otros argumentos. Bruselas está tan sensibilizada con la escasez de crédito en España, que está dispuesta a abrir la mano y dejar que las entidades nacionalizadas puedan dar más crédito que el fijado en los planes de recapitalización de estas firmas, explican fuentes del Estado. Considera que uno de los principales finales de las ayudas a la banca era restablecer el flujo del crédito. Si Novagalicia puede saltarse la barrera y dar 9.000 millones de euros en nuevo crédito en cinco años, Bankia más, explican otras fuentes vinculadas a la política comercial de la entidad.