Repsol reduce su deuda en 2.400 millones tras vender su GNL a Shell
Con la operación supera el objetivo de desinversiones a 2016 Provisiona 200 millones más de lo previsto por Canaport
La venta del negocio internacional de gas natural licuado (GNL) de Repsol a Shell, que adelantó hoy CincoDías, se ha formalizado con algunos pequeños ajustes en las cifras pactadas en febrero del año pasado. Así, el pago en efectivo de 4.400 millones de dólares (3.200 millones de euros)acordado entonces ha quedado en 4.100 millones (unos 3.000 millones de euros), ya que algunos contratos han quedado fuera y porque uno de los activos del paquete, el 25% de la central ciclo combinado de Bahía de Bizkaia Electricidad (BEE), fue vendido en octubre a uno de los socios de la planta, la británica BP, por 200 millones de dólares, tras ejercer su derecho de tanteo.
Pero el objetivo último de la operación, que era para Repsol liberarse de la deuda asociada a sus activos de GNL en el mundo se ha cumplido. Según el acuerdo, Shell asume, como estaba previsto, 2.253 millones de dólares en compromisos financieros, de los que se libera la compañía española, así como deuda en sociedades no consolidadas (497 millones de aquella cantidad).
De esta manera, según un hecho relevante remitido por Repsol a la CNMV, la petrolera reduce su endeudamiento neto tras la transacción en 3.300 millones de dólares (unos 2.400 millones de euros), con lo que la compañía “fortalece significativamente su balance y liquidez”. La deuda a 31 de septiembre, sin contar Gas Natural Fenosa, e inlcuida las preferentes, ascendía a 7.117 millones.
Repsol ha vendido a Shell participaciones minoritarias en la sociedad Atlantic LNG (en Trinidad y Tobago); Perú LNG, así como contratos de comercialización de GNL y de fletamento de los buques metaneros (unos 250 contratos), con sus créditos y deuda vinculados. La operación ha supuesto para la petrolera que preside Antonio Brufau unos beneficios y plusvalías de 2.900 millones de dólares (más de 2.100 millones de euros) después de impuestos, ligeramente por encima de las cifras adelantadas en el pasado mes de febrero.
El único activo del que no se ha podido desprender es la planta de regasificación de Canaport, en Canadá, para la cual se ha firmado un contrato de suministro con Shell por 10 años y un millón de toneladas de GNL. El fuerte crecimiento de la producción de shale gas en Estados Unidos, que ha hundido los precios, ha devaluado un activo por el que Repsol ha tenido que realizar una provisión neta de 1.500 millones de dólares por estos activos norteamericanos, 200 millones más de lo anunciado en febrero.
Según Repsol, esta diferencia se debe a la nueva normativa fiscal española, que también ha hecho variar las plusvalías previstas. Las que están pendientes de ser contabilizadas tras dicho ajuste se repartirán entre los años 2013 y 2014.
También entre los dos ejercicios se ajustará el traspaso de la facturación que corresponde a Shell desde septiembre de 2012 procedente de los activos que ha adquirido. El acuerdo al que llegaron Repsol y la petrolera anglo-holandesa en febrero de 2013 establecía que Repsol seguiría explotando los activos que formaban parte del paquete en venta, pero que, una vez concluido el traspaso, el negocio generado pasaría a Shell con fecha del 31 de septiembre de 2012. Aunque, el resultado ya se ha ido anotando, lo que resta se ajustará entre el año pasado y este.
Con esta operación que ahora se cierra, Repsol ha superado con creces los objetivos de desinversión previstos en su Plan Estratégico 2012-2016: 5.000 millones de euros hasta ahora, frente a unas estimaciones para los cuatro años del plan de entre 4.000 y 4.500 millones de euros.
Constituido el tribunal para el arbitraje por YPF
Pese a las negociaciones que Repsol mantiene con el Gobierno argentino para acabar con el conflicto sobre la expropiación de YPF, la petrolera española sigue adelante con su arbitraje ante el Ciadi, el organismo del Banco Mundial en el que se dirimen conflictos sobre inversiones entre distintos países. De hecho, tras serle denegada a Argentina la recusación del árbitro elegido por Repsol, el abogado chileno Francisco Orrego Vicuña, y del presidente del tribunal por parte del Banco Mundial, el mexicano Claus von Wobester, aquel ha sido constituido.
El rechazo a la recusación de ambos árbitros (YPF nombró a un tercero) se considera un triunfo para Repsol. El tribunal dispone de 60 días para su primera deliberación.
La petrolera española ha dejado claro que no retirará ninguno de los pleitos que mantiene contra la confiscación de YPF en tanto no logre un acuerdo satisfactorio. Tras muchas presiones, el consejo ha aceptado negociar la última oferta de Argentina, que consiste en el pago de 5.000 millones de dólares (alrededor de 3.600 millones de euros) en bonos del Estado argentino. Repsol busca todas las garantías para cobrar.