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Ingresos de hasta 19 millones de euros

El CNIO licencia a Merck parte de sus investigaciones en cáncer

El centro público cede los derechos para futuros fármacos antitumorales

Maria Blasco, directora del CNIO.
Maria Blasco, directora del CNIO.Pablo Monge

Las investigaciones del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) comienzan a dar resultados comerciales. Esta institución pública y la compañía química y farmacéutica alemana Merck firman esta tarde en Madrid una alianza para colaborar en el área del desarrollo de fármacos anticancerígenos. Se trata de del primer acuerdo a nivel mundial del CNIO con una gran multinacional.

Por este acuerdo, el CNIO cede los derechos exclusivos para desarrollar y comercializar nuevos compuestos basados en inhibidores de la proteína quinasa ATR, con utilizada para una gran cantidad de tumores. A cambio, Merck abonará al CNIO un pago inicial y otros potenciales ingresos de hasta 19 millones de euros, además de un porcentaje de las futuras ventas alcanzadas.

Estos ingresos llegan en un momento importante para el centro, ya que debido a los recortes del Ministerio de Economía y Competitividad, del que depende el CNIO, ha tenido que despedir a parte de su plantilla de investigadores.

De momento, estas moléculas se encuentran en fase preclínica, es decir, que todavía no se ha probado con humanos. En esta etapa es cuando el laboratorio aleman coge el testigo de la aplicación de los potenciales fármacos.

Este convenio es el resultado de la evaluación de Merck Serono, la división biofarmacéutica de Merck, sobre las moléculas inhibidoras de ATR desarrolladas en su totalidad por el propio CNIO, a través del programa de Terapias Experimentales y el Grupo de Inestabilidad Genómica.

El CNIO se creó en 1998, comenzó a operar en 2003 y ha estado dirigido durante más de una década por el investigador Mariano Barbacid. Desde hace dos años, le sustituyó en el cargo María Blasco, la actual directora.

Hace medio año también vendió la licencias de desarrollo a Inflection Bioscience, una pequeña compañía biofarmacéutica irlandesa, en ese caso para inhibidores de la proteína quinasa PIM.

El CNIO contó en 2011con 48 millones de euros de presupuesto, provenientes de financiación pública, de fondos competitivos, de venta de servicios y de aportaciones privadas de fundaciones como las de La Caixa, BBVA, Caja Navarra, Avon, Marcelino Botín, Santander o Catalana Occidente.

También cuenta con una spin-off radicada en Valencia, llamada BiOncoTech, fundada en 2010. Esta pyme tiene como objetivo iniciar los primeros pasos de los estudios clínicos de un compuesto, el BO-110, destinado al tratamiento de cánceres que, por su agresividad y falta de tratamientos efectivos, se engloban dentro del concepto de enfermedades raras o poco frecuentes.

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