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Porsche 918 Spyder, hito tecnológico

Se habla mucho del coche del futuro, pero igual que ahora habrá diferentes modelos para diferentes necesidades y bolsillos. Lo que es indudable es que el nuevo Porsche 918 Spyder ofrece la tecnología más avanzada del mercado, y es capaz tanto de gastar 3 litros de combustible a los 100 km. (en conducción tranquila, evidentemente) como de acelerar casi tan rápido como un Fórmula 1.

Solo se fabricarán 918 unidades, con un precio mínimo de 787.000 euros cada una. Los “SuperPorsche” de producción limitada son joyas para coleccionistas y nacen cada diez años.

Con el 918 Porsche se ha enfrentado al reto de hacer un biplaza que enamore a coleccionistas y fanáticos de las altas prestaciones, en general reacios a sistemas eléctricos de apoyo. Frank Walliser, máximo responsable del proyecto 918, insiste en que la tecnología híbrida no vale solo para bajar el consumo sino también para aumentar la potencia y mejorar las prestaciones. “Hace años para hacer un superdeportivo era suficiente una buena relación peso/potencia, pero ahora hay que tener en cuenta muchos más factores”. Deben ser muy rápidos y emocionantes pero además fáciles de conducir, usables para todos los días y ecológicos en la medida de lo posible.

Ofrece cinco modos de conducción, desde eléctrico a radical para circuito

Para entender como funciona el 918 Spyder hay que aclarar que emplea tres motores (un 4.6 V8 de 608 CV y dos eléctricos) y dispone de cinco modos de conducción. Se seleccionan en un mando giratorio en el volante que está “inspirado” en el manettino de Ferrari.

Complejo pero fácil de utilizar

Son los siguientes: E-Power, Hybrid, Sport Hybrid, Race-Hybrid y Hot Lap. En E-Power (E en el selector) y con la batería a tope tiene una autonomía para funcionar en modo eléctrico más de 30 km, y alcanza un máximo de 150 km/h. Además puede acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos. De todas formas al pisar el acelerador con fuerza entra el motor térmico, y si la carga de la batería cae por debajo de un mínimo, se activa el modo Hybrid (H en el selector) para cargarla. Esta posición es la idónea para lograr un bajo consumo, con los motores eléctricos y el de combustión trabajando de forma alternativa. Si queremos que el motor de gasolina funcione permanentemente es mejor pasar a Sport-Hybrid, donde también empujan los eléctricos para mejorar la eficiencia. La posición aún más deportiva es Race Hybrid (R), donde el motor se utiliza con cargas altas y los eléctricos le apoyan cuando es necesario. Además el cambio tiene una gestión más deportiva. A diferencia de los modos anteriores, en éste la carga de la batería no se mantiene constante, sino que fluctúa. En comparación con el Sport Hybrid, en Race Hybrid los motores eléctricos funcionan a la máxima potencia durante un corto periodo de tiempo. El máximo rendimiento se logra en la posición Hot Lap, pulsando el botón rojo cuando está en Race Hybrid. Aquí la batería se exprime al máximo. El 918 lleva un cable para enchufarlo y Porsche ofrece dos estaciones de carga para instalar en el garaje. Con la de serie tarda unas cuatro horas en cargar la batería, y con la opcional hace una carga completa en solo 25 minutos. Los clientes más detallistas pueden pedir su 918 con el paquete Weissach, que rebaja el peso en 41 kilos.

Un extra de 72.000 euros

Para quienes lo encarguen el precio pasará de los 787.000 a los 859.700 euros, y un 45% de los clientes que han señalizado su 918 lo han pedido. Según Porsche vender este biplaza no es un gran negocio, y reconocen que difícilmente recuperarán la inversión en desarrollo y producción con los aproximadamente 800.000 euros que cuesta cada unidad. El beneficio está en toda la tecnología que se podrá aplicar a los futuros modelos, incluyendo el 911 Hybrid que no tardará en llegar. El conductor vas sentado muy cerca del suelo, y a la derecha del volante hay una pequeña palanca como la de los automáticos, con las posiciones P, D y R. En marcha el 918 pronto se rebela como un aparato excepcional, rapidísimo y con tacto de coche de carreras. Pero lo más interesante es que es divertido y natural (no se nota que es híbrido al frenar o al retener), y no atemoriza a su conductor a pesar de la enorme potencia disponible. Por supuesto su capacidad de aceleración es casi infinita, (de 0 a 100 km/h en 2,6 seg.) prácticamente igual que el Bugatti Veyron de 1.200 CV. Esto se puede comprobar en las rectas, y es la inmediatez del empuje de los motores eléctricos (los dos suman 286 CV) lo que hace al 918 acelerar de una forma tan increíble.

Porsche ibérica (España y Portugal) ha recibido de momento diez pedidos en firme del nuevo Porsche. La llegada al mercado del 918 coincide prácticamente con la de otros dos coches que rivalizarán con él. Del Ferrari LaFerrari se harán 499 unidades, y es un híbrido con motor V12 y 950 CV. Costará 1,2 millones y es diferente al 918 en varios puntos, sobre todo porque es tracción trasera y no funciona en modo eléctrico puro. El otro gran rival del Porsche es el McLaren P1, cuya producción será de 375 unidades a un millón cada una. Se trata de un híbrido V8 con 916 CV y, a diferencia del 918, es biturbo y tracción trasera.

Técnica

 La estructura es un monocasco de CFRP (plástico reforzado con fibra de carbono) formado por dos piezas unidas. La batería suministrada por Bosch ha sido colocada transversalmente en el suelo, detrás de los asientos.

Detrás de los ocupantes va el V8 (con el escape encima) y el motor el eléctrico trasero de 157 CV. Lleva un acoplamiento de desembrague en seco que realiza la conexión con el motor de combustión.

 En eje delantero lleva un motor eléctrico (129 CV) y, por tanto, es un 4x4. No hay conexión mecánica entre el eje delantero y el grupo motor trasero. La clave para la gestión de la tracción es el Porsche Traction Management (ePTM).

Supercoche de los ochenta

Fue como un 911 perfeccionado. La tecnología que lleva hoy parece normal, pero cuando se presentó fue la sensación. Costaba 50 millones de pesetas, y la suspensión sube y baja girando un selector redondo. El motor es un boxer puro, con su clásico sonido, y con dos turbos para que alcance 450 CV que le permiten acelerar como un cohete. Cumplía la reglamentación de Grupo B para competición y gracias a la tracción total logró ganar el París-Dakar, y también compitió en Le Mans bajo la denominación 961. Comparado con rivales tan brutales como el Ferrari el F40, el 959 era muy refinado. Bill Gates se cuenta entre sus afortunados propietarios. Se hicieron 292 unidades y se adelantó 25 años al concepto de superdeportivo con el que es sencillo convivir. Cotización: 400.000 euros.

Un biplaza para pilotos expertos

Este biplaza está de actualidad porque en uno de ellos se ha matado Paul Walker, protagonista de la saga cinematográfica Fast and Furious, cuando iba de copiloto. No contaba con control de estabilidad, sólo de tracción, de modo que era un automóvil muy rápido y delicado al límite, no apto para inexpertos. Se fabricaron 1.270 unidades y fue el primer “turismo” con bastidor monocasco de plástico de dos piezas reforzado con fibra de carbono. Su chasis y su suspensión de tipo pushrod derivan del GT1 ganador de Le Mans en 1998. El V10 en posición central se diseñó inicialmente para volver a Le Mans en 2000, y con 5.7 litros rinde 612 CV a 8.000 rpm. Acelera de 0 a 100 en 3,9 segundos y de 0 a 200 km/h en 9,9 segundos. Costaba 504.000 euros y hoy se cotiza en unos 350.000.

De Le Mans a las calles

Si el 959 o el Carrera GT son modelos raros y exclusivos, el 911 GT1 lo es mucho más. No se trata de un coche de calle que emplea tecnología desarrollada en competición, sino que es un bólido para correr las 24 Horas de Le Mans, aunque matriculable. En 1996 el 911 GT1 de primera generación (con frontal estilo 993) debutó en Le Mans. Más tarde una pequeña serie de 21 unidades, ya con frontal al estilo 996, fueron fabricados por el departamento de competición como modelos de calle para poder homologarlo para correr en la prueba francesa. El motor era el seis cilindros 3.2 biturbo del 962 con 544 CV, con el que acelera de 0 a 100 en 3,6 segundos. Hoy se cotiza en un millón de euros aproximadamente.

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