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GPS, el vigilante que todo lo registra

Disponer de información que nos permita saber dónde y cuándo se va a producir un atasco y tener la posibilidad de evitarlo, no parece fácil. Pero es posible. De hecho, el uso generalizado de dispositivos GPS proporciona valiosos datos que, bien utilizados, abren múltiples posibilidades para mejorar la gestión del tráfico, ayudar a reducir la siniestralidad o ahorrar costes.

Desde hace años, los datos sobre el tráfico, recopilados diariamente a través de los sensores instalados en las carreteras, se fusionan con mediciones anónimas similares procedentes de usuarios de GPS, navegadores de los teléfonos móviles y otros datos aportados por sensores de carreteras, mapas, evaluaciones de campo o imágenes aéreas y por satélite.

Este trabajo proporciona una imagen exacta de las condiciones de la circulación en muchas carreteras y ciudades, ya que recoge los cambios y alteraciones que se producen en cada momento.

Con todo ello, se obtiene información en tiempo real como, por ejemplo, dónde se registran más atascos y accidentes en hora punta, o a qué velocidad se circula en un punto determinado a diferentes horas. A lo largo de años se han obtenido bases de datos históricas que resultan de inmenso valor para los gestores del tráfico de las ciudades.

La conducta de los conductores en varios países europeos, a partir de datos históricos y en tiempo real del tráfico, son la base de un estudio que realiza la Universidad Complutense. Los expertos utilizan datos de TomTom y el Sistema de Información Geográfica de Esri.

Desde 2008, TomTom viene recopilando datos y mediciones anónimas de los usuarios de sus navegadores GPS, entre otras fuentes. Ello les ha permitido contar hoy con la base de datos de tráfico más grande del mundo, con nueve billones de puntos de recogida.

“Nosotros integramos información procedente de distintos dispositivos. Ofrecemos servicios de tráfico, tanto datos históricos como transferencia de información en tiempo real. Y una de las tipologías de uso de ese servicio es para mejorar la gestión del tráfico desde los centros de control”, indica Giuseppe Noto, gerente de administración de TomTom Licensing.

El Congreso de los Diputados inició el pasado 28 de noviembre el debate del proyecto de Ley sobre Tráfico. En ella se contempla la prohibición de los sistemas de detección de radares, bajo multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del permiso de conducir.

Además, continúan prohibidos los inhibidores de radares y se permite el uso de aquellos dispositivos que informan de la posición del radar en carretera.

Navegadores GPS como Tom Tom o aplicaciones móviles como AvisaMe Radares, desarrollada por Mobivery, seguirán siendo legales, ya que utilizan bases de datos públicas para informar a los conductores, accesibles por internet y en la propia página de la DGT.

Esta información tiene un primer uso evidente que es ayudar a las autoridades a mejorar los atascos enviando, por ejemplo, agentes para regular las incidencias. Los centros de control del tráfico la utilizan para decidir sobre los servicios de carreteras, lanzar mensajes en sus pantallas sugiriendo rutas alternativas o programar informaciones relacionadas con situaciones especiales, como la operación salida en periodos de vacaciones.

Pero más allá del uso de esta información para la toma de decisiones a corto plazo, “las bases de datos históricas registran también la evolución del tráfico y detectan zonas que, de manera recurrente, son conflictivas”, señala Noto. Por ejemplo, “si la serie histórica muestra que una determinada carretera tiene problemas todos los días a unas horas concretas, puede ser una base sólida para que la Administración competente tome la decisión de cambiar la señalización de la vía o instalar un nuevo semáforo” .

Así lo ha entendido el Gobierno Vasco que, recientemente, ha adquirido a TomTom la información histórica de tráfico de su territorio desde 2008 para decidir cómo mejorar los flujos de tráfico e incluso las carreteras de la comunidad autónoma. También utiliza estos datos para realizar estudios medioambientales o de contaminación acústica.

Asimismo, las oficinas de turismo han comenzado a valorar y utilizar esta información para recomendar a los turistas las rutas más convenientes para visitar las ciudades y lugares de interés. Con ello, el visitante tiene la posibilidad de evitar ruidos y zonas congestionadas, asegurando que su estancia sea una buena experiencia.

Para las empresas también puede ser de interés conocer cuál es el tráfico en una zona determinada en la que están pensando ubicar sus infraestructuras o realizar inversiones. Por ejemplo, si el negocio es construir un centro comercial les puede favorecer un lugar con mucho tráfico; no así si lo que quieren es instalar un centro de producción.

“Es importante que se piense más a medio y largo plazo y se profundice en la utilización de toda esta información, no solo para hacer más fluido el tráfico en nuestras carreteras y reducir la siniestralidad, también para ahondar en la toma de decisiones sobre futuras inversiones en infraestructuras, mejora de las carreteras o para ayudar a los conductores a decidir la mejor ruta para llegar a su destino con seguridad, rapidez y ahorrando costes”, concluye TomTom. Esto, concluye Giuseppe Noto, irá en beneficio de todos: conductores, empresas y las propias administraciones.

Lo cierto es que las distintas Administraciones son cada vez más conscientes del valor de esta información y están dando pasos hacia un mayor uso de la misma para mejorar el tráfico y reducir la siniestralidad.

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