Gilpérez cambia Telefónica España de arriba abajo
Los movimientos afectan a la operativa interna y a la actuación en el mercado Las últimas decisiones han sido las reestructuraciones de Operaciones y Logística La operadora trata de mantener la rentabilidad en plena guerra de tarifas
Telefónica España se está enfrentando a una de las reestructuraciones más relevantes de su historia. De la mano de su presidente, Luis Miguel Gilpérez, la compañía vive cambios decisivos tanto internos como en sus actuaciones en el mercado de las telecos, a su vez envuelto en una de las mayores sacudidas de todos los tiempos, a causa de las guerras de tarifas, que han penalizado a Telefónica. “Está cambiando la compañía de arriba abajo”, dicen fuentes del sector, que recuerdan que Gilpérez es de los directivos que convoca comités directivos a primeras horas de la mañana o reuniones hasta altas horas de la noche.
Así, dentro de los últimos movimientos, la compañía ha aprobado amplias reestructuraciones en divisiones claves. En Operaciones y Red, ha aprobado un plan de transformación para planificar su actividad a largo plazo, que incluirán el progresivo apagado de las redes de cobre y de otras tecnologías obsoletas como el RDSI, ATM y X25. La empresa ha mirado hasta su política energética, con la intención de reducir su factura anual que ronda los 200 millones de euros.
En Logística, Telefónica ha aplicado una amplia reestructuración con el objetivo de crear una plataforma integrada de distribución mayorista de terminales, en torno a Iberbanda, que ha absorbido Zeleris, el operador logístico integral de la operadora que hasta formaba parte de T-Gestiona (Recursos Globales), y la división mayorista de Telyco, la división de tiendas. En este caso, Telyco va a concentrarse en el negocio minorista para impulsar la fidelización de los usuarios.
Los cambios se producen en un momento en el que Telefónica España está cerrando la ejecución del ERE, universal y voluntario, que va a suponer la salida de la compañía de 6.830 empleados entre 2011 y 2013, lo que dejará la plantilla en cerca de 26.000 personas. Buena parte de los trabajadores que van a dejar Telefónica en 2013, harán efectiva su salida en este mes de diciembre, lo que ha llevado a la empresa a diseñar planes de coordinación en distintos departamentos y provincias. La coordinación viene también motivada por las nuevas incorporaciones. En este caso, una vez se cierren los proyectos en marcha, el empleo generado dentro del Plan Social del ERE va a rondar los 1.030 puestos de trabajo, un 45% por encima la cifra inicialmente comprometida.
Telefónica, que está cerca de cerrar con los sindicatos una nueva clasificación profesional, está acelerando también el proceso de internalización de actividades, que hasta ahora realizaban terceras empresas. El propio Gilpérez ordenó que se realizase una auditoría en todos los departamentos, con el objetivo de reducir el outsourcing y recuperar tareas para la plantilla.
En esta línea, Telefónica ha vuelto a traer a España buena parte de los call center dedicados a la atención al cliente, que hasta ahora estaban instalados en otros países. A principios de 2013, la firma un plan para territorializar los call centers en las cinco áreas en las que la empresa tiene dividida su presencia en España: norte, centro, sur, este y Cataluña. Su objetivo pasaba por acercar el servicio de atención al cliente. Telefónica, que a final de 2012 abrió un centro de Las Palmas de Gran Canaria, cuenta con cerca de 20 centros de proveedores como Atento y Unisono, y otros ocho con personal de la propia teleco.
Este movimiento se ha encuadrado en la insistencia de Gilpérez de reducir las reclamaciones. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria, las reclamaciones a la empresa han bajado del 2,5% al 1,5%, situándose en la parte baja del ranking de protestas en el sector.
En el ámbito de infraestructuras, Telefónica ha acelerado el despliegue de la fibra óptica. La compañía, que estableció un acuerdo con Jazztel para la compartición de verticales, prevé extender su red a 3,5 millones de hogares a final de 2013 y a ocho millones a la conclusión de 2015. La inversión en este segmento, en el periodo entre 2011 y 2015, superará los 300 millones de euros anuales. Telefónica ronda ya los 500.000 clientes de fibra, área que ha contribuido a que la operadora mantuviese su crecimiento en la banda ancha fija.
En el móvil, ha subido la apuesta en el 4G. A final de año habrá desplegado su red en 65 municipios de más de 100.000 habitantes con la instalación de 2.000 nodos. Eso sí, el camino no ha sido fácil. La operadora vio como sus rivales Vodafone, Yoigo y Orange se adelantaban a la hora de lanzar sus servicios de 4G. Tras varios meses de negociaciones, Telefónica estableció un acuerdo con Yoigo en agosto para poder usar su espectro en el 4G. Un pacto que no gustó a Vodafone y Orange, que presentaron distintas denuncias ante las autoridades reguladoras.
En el ámbito comercial, Telefónica ha protagonizado fuertes sacudidas como la eliminación de los subsidios en la compra de móviles en marzo de 2012. Una medida con la que el grupo ahorró más de 500 millones de euros el pasado año. Además, ha extendido la financiación y la compra a plazos. Dentro de las iniciativas, Telefónica y CaixaBank establecieron hace pocas semanas una sociedad conjunta de financiación de móviles, bautizada como Telefónica Consumer Finance. Esta financiera podría alcanzar el millón de contratos al año, según ambos socios.
Además, Telefónica provocó un terremoto en el sector hace poco más de un año con el lanzamiento de Movistar Fusión. Esta oferta integrada, que incluso venía a penalizar los ingresos de la propia Telefónica al comercializar de forma conjunta y con descuento productos que hasta entonces vendía de forma separada, provocó que sus rivales lanzaran propuestas comerciales en esta dirección. Bajadas de precios, productos nuevos como Movistar TV que sustituía a Imagenio, el impulso de Tuenti en el móvil low cost... el departamento comercial de Telefónica no ha dejado de trabajar, al igual que el del resto de telecos.
El objetivo final de Telefónica con estos movimientos se ha centrado en gran medida en mantener la rentabilidad, pese a la caída de ingresos y la pérdida de clientes por la presión de la competencia. En los nueve primeros meses del año, Telefónica España registró un margen de Ebitda del 50,2%, 3,2 puntos porcentuales más que en el mismo periodo de 2012, pese a la caída de los ingresos del 11,2%.