Récord de consumo de cerveza tras el alza fiscal a los espirituosos
Los cerveceros niegan que las ventas aumenten por la subida fiscal a productos como el whisky o el vodka El consumo de espirituosos tocó suelo tras el incremento tributario de junio
Los últimos datos de impuestos especiales publicados por la Agencia Tributaria reflejan ya el efecto de la subida fiscal a las bebidas espirituosas que aprobó el Gobierno en junio y que, según la patronal del sector, ha intensificado el efecto sustitución en beneficio de la cerveza. Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España, rechaza que exista este vínculo y argumenta que las mayores ventas en su sector anticipan la mejoría de la economía. En su opinión, la cerveza no compite con los espirituosos.
Los datos de la Agencia Tributaria muestran que entre julio y septiembre se comercializaron 1.050 millones de litros de cerveza. Se trata de una estimación de Hacienda que, en caso de cumplirse, supondría el mejor trimestre de la serie histórica que se inicia en 1995.
La estadística tributaria refleja los litros de alcohol o cerveza que salen de una fábrica o se importan desde el extranjero para entrar en el circuito comercial interior. La buena marcha que prevé Hacienda en el caso de la cerveza contrasta con los malos datos del sector de bebidas espirituosas. La Agencia Tributaria estima que, en el tercer trimestre, las ventas mayoristas de alcoholes como whisky, ginebra o vodka se limitaron a 19 millones de litros, la peor cifra jamás registrada entre julio y septiembre, los meses del año de mayor actividad en la restauración.
Desde la Federación Español de Bebidas Espirituosas (FEBE) argumentan que se enfrentan a uno de sus peores años después de que el Gobierno elevará el 29 de junio el impuesto sobre el alcohol. Ya en abril, el Ejecutivo sugirió que tomaría esa medida y ello provocó un efecto acaparamiento que explica que, en el segundo trimestre, se comercializaran 31 millones de litros, el mejor dato desde 2004. Este adelanto de compras influyó también en los malos resultados del tercer trimestre.
Tras el incremento tributario, la recaudación por el impuesto especial sobre el alcohol aportó 38 millones en octubre, un 30% menos que en el mismo mes del año anterior. Las patronales del sector alertaron que el aumento fiscal aprobado en junio –que supuso elevar el tipo impositivo un 10%– no se traduciría en mayores recursos.
Dentro de las bebidas con alcohol, los espirituosos soportan la mayor carga fiscal, seguido a cierta distancia por la cerveza. También existe un impuesto especial sobre el vino, sin embargo, España aplica un tipo del 0%. Hacienda valoró antes del verano elevar el gravamen también a la cerveza, aunque finalmente optó por no castigar antes de la temporada veraniega a una bebida que tiene un papel vital en la facturación de bares y restaurantes.
En cualquier caso, el Ejecutivo tiene previsto aprobar el próximo año una profunda reforma fiscal que modifique la mayoría de figuras tributarias. Un comité de expertos ya está trabajando en la elaboración de un informe que servirá de guía. La mayoría de analistas y los expertos apuestan por reducir la fiscalidad directa (IRPF y Sociedades, entre otros) y elevar los impuestos indirectos. En este grupo entra el IVA y también los impuestos especiales que gravan al alcohol, al tabaco o los hidrocarburos.
Bruselas recomienda que España aplique el tipo general del 21% a bienes y servicios que actualmente están gravados al tipo reducido del 10% o al superreducido del 8%. El turismo es uno de los sectores que actualmente están bonificados, sin embargo, el Ejecutivo ha rechazado cualquier medida que suponga elevar una actividad clave para la economía española. En el caso de los impuestos especiales, la posición del Gobierno no es tan contundente.