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El ex presidente de Pescanova reclamaba 663.199,2 euros

El juez desestima la petición de indemnización de Sousa

Fernández Sousa dimitió como presidente de Pescanova el 17 de julio Cobraba 55.266 euros mensuales en calidad de director gerente

Manuel Fernández Sousa, ex presidente de Pescanova.
Manuel Fernández Sousa, ex presidente de Pescanova.Pablo Monge.

El juzgado de lo mercantil número uno de Pontevedra, el mismo que sigue el concurso de Pescanova, ha desestimado la solicitud de Manuel Fernández Sousa de recibir 663.199,20 euros de la multinacional gallega por “despido improcedente”.

El ex presidente del grupo pesquero presentó una demanda contra Pescanova el pasado mes de octubre tratando de defender su condición de trabajador de la compañía durante casi 37 años. Previamente había tratado de llegar a un acuerdo con la empresa en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de Vigo.

La pasada semana se celebró una vista en el juzgado de Pontevedra en la que la administración concursal de la empresa, Deloitte, y la abogada de Pescanova argumentaron contra la pretensión de Fernández Sousa asegurando que no existe base para hablar de “despido” ya que, dijeron, la relación entre Fernández Sousa y Pescanova era “mercantil” y no laboral. Ambos pidieron al juez una declaración de "temeridad" por parte del ex presidente del grupo gallego al solicitar la indemnización comentada.

Fernández Sousa dimitió como presidente de Pescanova el pasado 17 de julio, cargo por el que cobró en 2011 cerca de un millón de euros. Lo hizo después de que el juez del concurso de Pescanova decidiera la suspensión de las facultades de administración de los consejeros del grupo y una semana después de conocerse el contenido del informe elaborado por KPMG, según el cual integrantes de la cúpula de la empresa conocieron o llevaron a cabo prácticas contables irregulares dirigidas a esconder deuda y aflorar beneficios.

El 15 de abril Fernández Sousa, que afronta querellas admitidas en la Audiencia Nacional por varios delitos, entre ellos los de presunto delito de falseamiento de cuentas anuales y uso de información privilegiada, admitió ante la CNMV haber vendido 1,98 millones de acciones de Pescanova entre diciembre y febrero reduciendo su participación en el grupo al 7,5%. Hasta ese día el presidente y primer accionista de la empresa se había presentado como poseedor del 14,4% de Pescanova.

En la sentencia sobre el incidente concursal laboral seguido a instancia de Fernández Sousa el juez Roberto de la Cruz explica que debe insistirse en que "el hecho único del que se hace derivar su derecho a indemnización es la baja en la Seguridad Social acordada el 16 de septiembre de 2013, de tal modo que hasta el momento subsistiría vigente la relación laboral especial de alta dirección, entonces extinguida a instancia de Pescanova". El magistrado añade que se desprende que Fernández Sousa dejó su cargo como director gerente en abril "o en todo caso desde mayo, por lo que no cabe hablar de modo alguno de despido o cese de la relación laboral en ese momento ni por esa causa".

Sobre la declaración de temeridad requerida por Pescanova y Deloitte, el juez indica que en este caso "si bien existen determinados elementos que apuntan a un escaso rigor en el ejercicio de la acción (la ya reprochada estrategia procesal de presentar la misma demanda –así se dice, sin ambages– en dos juridiscciones distintas; la falta de relato detallado de los hechos y de identificación de las acciones ejercitadas a que también se ha hecho referencia; y, además, la insostenibilidad del argumento por el que por dar de baja en la Seguridad Social a quien ya no era ni consejero se habría producido el despido, de la clase que fuese, al actor, eludiendo así los plazos de caducidad ya transcurridos), lo cierto es que ello no puede suponer (...) la imposición de las costas, sino tan sólo la imposición de una multa que no ha de ser el caso visto el carácter restrictivo de la sanción (...)".

“Este es un día triste, sin duda”, dijo Fernández Sousa en su carta de dimisión. “Pero, después de 37 años de mi vida entregados a Pescanova, de miles y miles de jornadas de esfuerzo, de sacrificios y de muchas alegrías, puedo decir que Pescanova es viable. Porque, como yo siempre estuve seguro, Pescanova es una compañía con futuro".

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