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Las firmas internacionales pretenden dar un vuelco a la operativa bancaria española.

Pon un fondo en tu vida

El protagonismo de los fondos de inversión en el panorama financiero español es ya una realidad. No solo porque disponen de dinero para invertir en España a precios muy baratos, sino también porque parece que la conclusión a la que han llegado es “ahora o nunca”.

Los fondos han encontrado en España un territorio sin explotar por ellos. Aunque el país ha sufrido una crisis que bien podría denominarse cataclismo económico, poco a poco va reconstruyendo su tejido productivo, o por lo menos eso intenta. Y es ahí donde los fondos han encontrado su hueco. Mientras que la banca sale de unos negocios que ya no considera estratégicos, y que le han producido más de un dolor de cabeza, los fondos aprovechan para entrar en España con unas carteras ya hechas y con el apoyo inicial de los vendedores.

En cierta forma, recuerda lo que ocurrió a principios de la década de los noventa en el sector financiero español. Los bancos copaban el mapa bancario, pero las cajas querían crecer a costa de lo que fuera. Los grandes bancos se valieron de las ansias de las cajas por expansionarse y hacer más negocios de los que les permitía su estructura para venderles unas filiales que ya no les eran útiles. La diferencia estaba en que entonces las cajas compraron estas segundas marcas bancarias a precios de oro, mientras que los bancos hacían hucha con las que pudieron crecer fuera de España.

Han pasado los años y las cajas han muerto de éxito. Son un resquicio del pasado. Los fondos, sin embargo, parece que reavivan la competencia en el sector financiero. De momento, el fondo estadounidense Apollo presentará en los primeros días de diciembre su plan para España. Será entonces cuando se llevará a cabo el traspaso de los activos de Evo Banco, aún en poder de Novagalicia, al fondo.

Apollo cuenta ya en España con una ficha bancaria, Evo, que el pasado mes obtuvo licencia para operar como banco, con una plataforma de tarjetas de crédito adquirida a Bank of America en 2011 y con una plataforma y cartera de créditos al consumo provenientes de la compra de una división de Citibank y de Finanmadrid a Bankia. Además, acaba de cerrar la compra a Santander de la inmobiliaria Altamira. Solo le queda una pata para completar el círculo de su actividad financiera en España: adquirir una aseguradora. Otro compatriota suyo, el también estadounidense Guggenheim, lleva más de un año intentando hacerse con otra entidad financiera, Novagalicia. Hay más fondos interesados, pero esta firma es la que lleva más tiempo estudiando la operación, e incluso cuenta con el apoyo de la cúpula del banco gallego.

Pero mientras que los fondos se hacen con una pequeña parte del pastel financiero español e intentan emular el sistema que impera en el mundo anglosajón, la banca sigue vendiendo activos o tiene en el cajón esta posibilidad para engordar su hucha, no tanto para comprar como para tener un retén para hacer frente a las aún elevadas provisiones que debe realizar la banca por el crecimiento de la morosidad en España.

Una novedad que aportarán los fondos de inversión al sistema financiero español será su forma de hacer y de concebir el negocio, muy distinta a la que estábamos acostumbrados en el país. Lógico si se tiene en cuenta que necesitan rentabilizar a medio plazo sus inversiones. De media buscan una rentabilidad del 25%. La oficina pasará a un segundo plano y será la tecnología, con internet a la cabeza, la que suplirá los espacios físicos.

La banca española también comienza a girar hacia esta forma de operar. Prácticamente todas las entidades buscan su nicho en la banca online en detrimento de la capilaridad de las oficinas. Pondrán en marcha megaoficinas con personal especializado en diferentes negocios. De estas sucursales colgarán otras más pequeñas, pero el número se reducirá frente a las que hay en la actualidad.

La entidad que empieza a coger músculo financiero y que ya vuelve a ser un competidor a tener muy en cuenta es Bankia. Rivales del banco que preside José Ignacio Goirigolzarri ya observan a Bankia como una firma “muy a tener en cuenta. Desde hace unos meses, aunque pocos, han comenzado a detener la fuga de clientes e incluso es muy posible que estén recuperando cuota de mercado que perdieron con el anterior equipo directivo”, declara un competidor de Bankia.

Una firma que ha visto cómo la cláusula suelo de las hipotecas ha minado su incipiente recuperación es Cajasur. La entidad propiedad de BBK, o ya mejor dicho de Kutxabank, mantiene negociaciones con la plantilla para aplicar un ERE temporal para suprimir el 50% de las horas que trabajan.

Además, reclama una rebaja salarial de entre el 4% y el 15%. Quiere ahorrar así 17 millones de euros para compensar parte de los 40 millones anuales que dejará de ingresar por la suspensión de sus cláusulas suelo. Es una de las entidades más penalizadas por este producto.

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